Madurez digital

Indecopi acaba de lanzar su primer servicio 100% digital y autoejecutable: el proceso de renovación de vigencia del registro de marcas. La medida tiene un impacto directo en la economía de los ciudadanos, que se traduce en tiempo y dinero.

Todo el proceso se hace “en línea”, desde cualquier dispositivo móvil (celular, tableta, computadora) y en casi cinco minutos. Además de resultar plausibles los esfuerzos sostenidos del Indecopi por concretar su estrategia de digitalización, este tipo de medidas pueden servir para reflexionar acerca de cuál es la “ruta tipo” que las entidades públicas deberían seguir para lograr su “transformación digital”.

Ya he dicho antes que aquel término no es el mejor para describir todos los cambios que demanda la digitalización del siglo 21. Y por eso, quisiera proponer aquí el concepto de “madurez digital”: continuum de adecuaciones personales y estructurales; que habilita un uso potenciador de la digitalización del nuevo siglo.

De acuerdo con esta propuesta, las organizaciones se pueden percibir a sí mismas en una constante travesía, que no necesariamente tiene que llegar a un cénit.

Ya entrar en la carrera de la digitalización es crítico, porque todo está impregnado de ella. El primer paso de ese continuum es el que acaba de dar el Indecopi: definir qué servicios ciudadanos más demandados se trasladan al formato digital al 100% y con una disponibilidad always on (24x7). El resto de los pasos del continuum se los cuento pronto por aquí.