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Sociedad

Arequipa: ganaderos en época de “vacas flacas”

De remate. Productores de leche fresca no dan para más. La semana pasada remataron sus vacas lecheras. Ya no pueden mantenerlas. Les suministran maíz y soya de alimento que encarecieron. Las empresas acopiadoras les pagan lo mismo hace 10 años por un litro de leche. La empresa Gloria es la que fija los precios.

Melina, Umbre, Marlubi, Mesli y Bukará se irán directamente al matadero. La crisis de sus propietarios adelantó el final de estas vacas.

El dueño de fundo “América” y presidente de la Asociación de Ganaderos Lecheros (AGAL) Santa Rita, Carlos Lozada, remató los vacunos vivos para cubrir las pérdidas de su establo. En total fueron 30 cabezas de 8 ganaderos lecheros las subastadas al mejor postor en el estadio “Lolo Fernández” del distrito de Majes, Caylloma, el último jueves.

La medida es extrema. Les permitirá un breve respiro, aunque sacrificaron animales de buena producción. “Esto lo hacemos bajo presión para llegar a la quincena y comprar medicinas, forrajes, pagar a personal”, describe Clímaco Cárdenas, presidente de la Asociación de Ganaderos Lecheros del Perú (AGALEP).

Comerciantes pujan por ganar la subasta. Los ganaderos observan con tristeza cómo disminuyen sus hatos. Cada vaca fue subastada entre 2000 a 3400 soles. “Unos cuántos soles más de lo que hubiéramos conseguido con intermediarios”, se consuela Lozada.

La mayoría que acudió al remate vende su leche a Laive, la segunda mayor acopiadora nacional. Los productores de Gloria no acudieron. Temen que la compañía tome represalias contra ellos. " Lo hicieron en el pasado. Han dejado de comprarles. Son prácticas abusivas, antiéticas”, cuestiona Lozada.

Gloria es una de las dos empresas más importantes de la producción de alimentos en el país, de los hermanos Vito y Jorge Rodríguez Rodríguez. Acopian el 70% de leche cruda a nivel nacional.

No es un misterio la estructura monopólica en esta industria, corroborada por el “Estudio de la Ganadería Lechera en el Perú” del Ministerio de Agricultura y Riego en 2017.

Es peculiar que la industria no quiera subir los precios de la leche cruda, cuando la importada (en polvo) sobrepasa los S/ 2 el kilo. “Los efectos son nocivos no solo son para los productores lecheros también para el consumidor”, sostiene Lozada.

Ganaderos en rojo

En el primer semestre del 2020, los ganaderos se sostenían con utilidades tenues (del 5% a 10%) y a punta de efectividad. Pero la crisis se desató hace seis meses, a mediados de agosto del 2020. El costo de maíz y soya, principal alimento del ganado lechero, se disparó hacia el cielo hasta llegar a 60%. Estos productos son importados y el aumento del precio del dólar agudizó el golpe. Una vaca consume a diario entre 5 a 10 kilos de estos granos y sus dueños dependen de ellos para no bajar la cantidad de leche.

“Estamos en una encrucijada. Pero peor estamos si no usamos maíz y soya. Si bajamos el consumo nuestra producción se cae”, advirtió Lozada. Los costos de producción subieron en 25%. Estiman que cada 24 horas en la región los ganaderos pierden 26 mil soles.

Mientras Gianni Simoni Yani nos conduce a su establo “María”, en el distrito de Santa Rita de Siguas, muchas de estas estancias que recorremos están vacías y abandonadas. “Eran 36 (establos), en el año 2000, ahora solo quedamos 4”, precisa. Simoni, presidente del Consejo Regional de la Leche, explica que hace 10 años la industria congeló el precio por el litro de leche. Así su producción, como la de 8 mil ganaderos en Arequipa, es a pérdida.

“María” podría albergar 250 vacas pero solo cuenta con 170 por la crisis. Produce 2500 litros diarios que vende a S/ 1.17, cuando su costo de producción es S/ 1.50. Números en rojo que llegan a los S/ 1000 diarios y S/ 35 000 mensuales. “Tenía 26 obreros y tuve que reducir el personal a 13”, añade. Ni bien llegamos al establo, el veterinario se da cuenta que una ternera falleció por el rotavirus. “Esta es una de las tantas cosas de la que tenemos que lidiar los ganaderos”, señala.

Simoni vende el lácteo a Laive. Para ello cuentan con ordeñadoras que bajo un sistema denominado “espina de pescado” llegan hasta un tanque que almacena la leche hasta los 3 grados centígrados. “Si no aumentan los precios, no hay otra alternativa que dejar el negocio”, confiesa. En quienes producen menos la situación es peor. El veterinario explica que al vender entre 300 a 4000 litros, el precio es S/ 0.90, mientras que quien llega a los 20 mil, pueden pagarle S/ 1.30.

Sartén por el mango

Muy cerca al establo “María” se ubica el de Juan Luis Apaza, ganadero hace 40 años. Ya no puede sostener la compra de insumo y tuvo que vender 20 crías de deshacerse de la mitad de 50 vacas. “Gloria es la que hace un gran monopolio que no se puede combatir con ellos”, lamenta.

Carlos Lozada de AGAL Santa Rita, reconoce que empresas como Gloria y Laive tienen la sartén por el mango y que ellos conocen de esta situación hace 50 años. “Queremos saber qué van hacer. Si nos dicen que no van a subir los precios, está bien, yo vendo mis vacas y salgo del negocio”, confesó el dirigente.

Gloria dice que sí apoya

En un comunicado de prensa, Gloria informó que ofrece a sus ganaderos alimentos para su hatos a precios preferenciales. Aseguran que asumen el 50% del incremento de los precios internacionales de los alimentos y otorgan una bonificación extraordinaria por cada litro de leche. La empresa indica que en los últimos dos meses, “la compañía ha puesto a disposición cerca de nueve mil toneladas de alimentos para el ganado, entre maíz, soya, afrecho y DDGS”

“Ofrecemos un apoyo concreto con alimentos para el ganado a precios preferenciales. Por su parte, con la bonificación extraordinaria de emergencia, estaremos apoyando a nuestra cadena láctea en su conjunto en todo el país”, señaló Juan Carlos Belaunde, Director de Asuntos Corporativos del Grupo Gloria.

Redactor de la edición sur de La República. Estudió en la Universidad Nacional de San Agustín (UNSA) de Arequipa. Trabaja en medios hace 10 años, con mayor interés en las crónicas.