Precio del dólar HOY, domingo 5 de mayo

El Halo de Estela Figueroa

Por Carmen Rivera. Estela Figueroa, santafesina (Argentina, 1946-2022) mujer, poeta, lectora, escritora y educadora.

"Mis sentimientos rodean/ la cintura del mundo/ como dos largas manos/ cuyos dedos se rozan. / O como un elástico/ demasiado tensado/ que de pronto se corta" (Figueroa, 1997).

Estela Figueroa, santafesina (Argentina, 1946-2022) mujer, poeta, lectora, escritora y educadora, autodefine sus creaciones como “Obras pequeñas, escritas en la intimidad y como con vergüenza”. Nació un día como hoy en otoño, al igual como las hojas secas que lleva el viento. Sus inicios son borrosos, su poesía aparece de pronto con desconcierto, pero con la robustez en sus versos. “Hay momentos en que mi cuerpo me parece/ como una casa abandonada. / Y no sé si soy yo/ o es mi fantasma/ que ha entrado en él” (Figueroa, 1999).

La poesía de Estela aborda los rastros marcados por la lucha, la individualidad se enreda con lo colectivo, la periferia es una amalgama de anónimos y pluralidades, en las que ella distingue, separa, agrupa, perfila, para atrapar con la conquista “Yo escribo agazapada/ palabras que han resonado en mi cabeza/ sobresaltándome/ como disparos” (Figueroa, 2001).

El escritor JuanSánchez la describe como la “Pantera negra de medias tintas”, su creación tímida crece. El vínculo es omnipresente, la palabra respira agitadamente para aferrarse se vuelve completa. “Todo amor nace/ a partir de una pequeña confusión. / Nadie puede decir con certeza/ si es el muro el que sostiene a su enamorada/ o es la enamorada/ la que sostiene el muro” (Figueroa, 1998).

Existe en definitiva un halo que condensa anhelos y deseos que se transforman en juramentos, es el estremecimiento de la realidad que provoca heridas convertidas en cicatrices diseminadas y ocultas cuyo desciframiento se nos muestra .“Cuando la dulce estrella de la tarde/ deja caer su luz y no la vemos/ quien está solo en casa/ enferma más cuando las puertas crujen/ porque nadie va a entrar” (Figueroa, 1997).

Su yo lírico es una estela que parece sanarse, porque hay poesía que restablece, alivia, calma, sosiega.

“Me siento presa como en una cárcel/ en una pequeña red de pescador./ Casi no puedo moverme./ Algunos peces me acompañan./ Son mis amigos./ Soy su sirena./ Son los peces-palabra:/ espero ansiosa el momento de atraparlos/ y empezar a cantar” Estela Figueroa.

Columnista invitado

Columnista invitado

Columnista invitado. Autor de contenidos y de las últimas noticias del diario La República. Experiencia como redactor en varias temáticas y secciones sobre noticias de hoy en Perú y el mundo.