Cacasenos, cucufatos y retrógrados

1. Cucufatos del TC. Nueve años después de presentada, el rechazo a la demanda de Óscar Ugarteche para que Reniec reconociera su matrimonio en México en 2010 es una vergüenza retrógrada de los magistrados Augusto Ferrero, José Luis Sardón, Ernesto Blume y Manuel Miranda, quienes pasarán al hall of fame de la violación de los derechos básicos de las personas. Les da tanta vergüenza que impidieron que la deliberación sea pública. La CIDH le enmendará la plana a este póker mojigato.

2. La corte del calzón rojo. Los miembros del juzgado penal colegiado supraprovincial zona sur –Diana Jurado, Lucy Castro y Ronald Anayhuamán– absolvieron al acusado de violación Giancarlo Espinoza porque la mujer violada usaba “una trusa femenina de color rojo con encaje en zona delantera, blondas en contorno de pierna…”. Para este trío impresentable, usar una prenda como esa es una expresión del deseo de ser violada, y justifica, por tanto, su ultraje y posterior absolución.

3. Zopencos del día siguiente. La primera sala civil de Lima avanzó en el esfuerzo de recortar los derechos de las mujeres al revocar la sentencia que garantizaba la distribución gratuita de la píldora del día siguiente en centros de salud públicos ante la apelación de un grupo católico opuesto al uso de la anticoncepción oral de emergencia. Ahora solo podrían usarla las personas con dinero, los pobres no.

4. Sicarios de la libertad de expresión. Paola Ugaz es víctima de una persecución sistemática de difamación y acoso judicial por parte de los denunciados por sus investigaciones –junto con Pedro Salinas– sobre los pedófilos del Sodalicio. El tomatazo: el juez Rómulo Chira del 9 juzgado penal le abrió proceso penal por supuesta difamación en agravio del director del portal pro Sodalicio La Abeja. El juez ni siquiera permitió el ingreso como observadores a la American Bar Association.

5. El gran vacador. Antauro Humala dirige a Manuel Merino para volverlo presidente de la República este mismo lunes a cambio de que lo saque de la cárcel, con la complicidad de AP, el partido que fundó Fernando Belaunde.

6. El matón Trump. Su desapego por la verdad y admiración por los dictadores, lo vuelve uno de ellos: o gano yo, o esta elección es un fraude, dice.