EN VIVO Detinen a hermano y abogado de Dina Boluarte
Precio del dólar HOY, viernes 10 de mayo

Salir de la cuarentena

“Elijamos de ahora en adelante usar el corazón para ser solidarios y la razón para entender que al proteger a los demás, acabamos protegiéndonos a nosotros mismos”.

Parece que necesitábamos un freno, y llegó. Hasta hoy no conocemos el origen real de la pandemia. Pudo ser un murciélago o pudo ser la conspiración del dragón chino contra el Tío Sam, e incluso a la inversa. Lo concreto es que para el Perú, el 4 de mayo ha sido el inicio del proceso paulatino de reactivación de la economía y el final del encierro. Dicho esto, estamos conscientes en que la vuelta a la llamada normalidad debe ser no un acto único y aislado, propio de una hora cero, sino más bien un proceso largo que nos involucra a todos y que en caso de rebrote, nos puede llevar nuevamente al punto de partida de una nueva cuarentena.

Buena parte del mundo se las está ingeniando para pararse frente al partidor. España propone horarios para salir a las calles por edades, y así proteger a los ancianos de cruzarse con los jóvenes que en su mayoría pueden ser inmunes pero también portadores del virus. Los académicos holandeses abogan por pasar de una economía centrada en el crecimiento del PBI a otra basada en la redistribución, con renta universal y servicios básicos garantizados para toda su población; lo cual en nuestro país suena a algo muy lejano dada nuestra condición precaria y tercermundista. Lo que resulta meridianamente claro es que este proceso de salida debe llevarnos a una profunda reflexión, para que tenga sentido y pase de ser un evento negativo a una experiencia de vida enriquecedora.

Ha quedado demostrado que por lo menos hasta que el Homo Deus de Yuval Harari no se instale en la Tierra, todos, sin excepción, somos vulnerables a estos embates y a sus consecuencias. Ha quedado demostrado que el prestigio individual, los premios y las posesiones materiales no nos sirven de nada, o de casi nada.

Ha quedado demostrado que en el aislamiento, lo que anhelamos es la compañía física de los seres queridos, una cena en una mesa larga en familia o disfrutar de la naturaleza. Ha quedado demostrado que en sociedades donde prima el bien común y donde el respeto y la solidaridad para con el otro son más fuertes, la pandemia se lleva menos víctimas.

También ha quedado demostrada la vanalidad de oficios como influencers o futbolistas, y que en tiempos duros, la humanidad requiere de la sapiencia de sus científicos e innovadores, del ejercicio de las nobles profesiones, llámense médicos, enfermeros, psicólogos, y otros que cuidan nuestra salud; por lo cual considero que esta lección es muy valiosa, pues la naturaleza ha tomado un merecido descanso de nuestro atropello desmedido.

Elijamos de ahora en adelante usar el corazón para ser solidarios y la razón para entender que al proteger a los demás, acabamos protegiéndonos a nosotros mismos. Y que si debemos iniciar otro ciclo en cuarentena, seguiremos leyendo, investigando, disfrutando de la música y el arte, conversando más con los hijos, conociendo más a la pareja, o cruzando historias de vida con vecinos a quienes por años hemos visto sin mirar.

Hemos aprendido a detenernos, hemos aprendido a agradecer y valorar lo simple, lo pequeño, a quejarnos menos y tal vez debido a ello quepamos mejor en el término humano que nos debiera definir, por encima de cualquier otro concepto.

La República

Los artículos firmados por La República son redactados por nuestro equipo de periodistas. Estas publicaciones son revisadas por nuestros editores para asegurar que cada contenido cumpla con nuestra línea editorial y sea relevante para nuestras audiencias.