Invictus, la cerveza artesanal con personalidad

¿Qué ocurre cuando un grupo de amigos se ponen a hablar de negocios, innovaciones y de cerveza? Álvaro Mazzini, socio y gerente comercial de la cervecería Invictus, lo cuenta.,Andy Marquiño / Revista Rumbos Se reunían a charlar y a beber cerveza. Mientras más iban agudizando su paladar y conociendo nuevos sabores, las puertas del mundo de la cebada se les fueron abriendo. Así, tres amigos, familiares y compinches de toda la vida decidieron enrumbarse en una odisea donde hoy, luego de 5 años, dio frutos la cervecería peruana Invictus. PUEDES VER: Lima Beer Week”, la fiesta de la cerveza artesanal en el hotel Marriott Ellos son Fernando Salas, primo hermano de Álvaro Mazzini, y Ricardo Bernedo, amigo del colegio de ambos. Empezaron en el 2011, a sus treinta años, bajo una premisa: la mayor diversidad de cervezas eran importadas. En esa búsqueda de probar cosas distintas y sacar en alto el nombre del país, se les ocurrió hacer su propia cerveza, donde los insumos sean de calidad y no tengan nada que envidiar a marcas internacionales. “Esa es un poco de la historia de muchos de los que estamos acá”, revela Mazzini en el marco del Lima Beer Week en el Sushi Lounge del Hotel Marriott, donde participaron otras 25 casas cerveceras, todas con las mismas raíces y el mismo objetivo: revolucionar la industria artesanal en el país. En el Perú, hacer cebada es un reto. El impuesto es tres o cuatro veces más de lo que pagan las cervezas comerciales. Además, la calidad de insumos premium que utiliza Invictus, por ejemplo, hacen que el costo de una cerveza artesanal sea igual a la calidad del producto que se bebe. Una diferencia notable frente a sus competidores comerciales. Sin importarles ese detalle, Álvaro Mazzini y sus socios, luego de tres años de estar haciendo cerveza de forma casera, fueron comprando más maquinaria y armaron un equipo óptimo para hacer un producto decente. “Así, arrancamos a inicios del 2015 en la casa de uno de los socios, de una forma más profesional, pues tuvimos una planta con una capacidad para producir de 4500 a 5000 litros al mes. En julio ya teníamos lo suficiente como para atender a nuestro mercado”, cuenta Mazzini. CERVEZAS CON PERSONALIDAD Invictus tiene en su carta variedades de estilo belga entre las que resaltan la cerveza Santo (tipo Pale Ale Belga), y que, como indica su nombre, es una bebida suave, pero con toques cítricos y que acompaña bien las comidas frías. Es la indicada para comenzar en este terreno artesanal. A pesar de no ser fuerte tiene mucho carácter, cuerpo y lúpulo. Luego tenemos la cerveza Alquimista (tipo Belgian Dubbel). Se caracteriza por poseer más malta lo que provoca su mejor cuerpo; con sabor a nueces, y mayor grado de alcohol. Y, por último, la Ilusionista (tipo American IPA) que es la más amarga pero sin dejar de ser aromática. En el verano sacaron varias ediciones sabor fresa, frambuesa, arándano y café. “Lo divertido de las cervezas artesanales es que todos buscamos sacar nuevos estilos y sabores. Solo que cada empresa se casa con diferentes estilos”, señala Mazzini. DILEMA CERVECERO No todo es beber y producir cerveza. Álvaro Mazzini señala que el Estado peruano no apoya la producción de la cerveza artesanal. Actualmente, gracias al Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) a la cerveza, esta industria paga una tasa de 25 por ciento al tener más de seis grados de alcohol. “Por litro es más caro lo que se paga, pues todo es sobre el costo de venta al consumidor. Como nuestros insumos son caros y la capacidad por litro es menor, el costo por litro sale más alto y por ende el precio es superior. Es así que el litro de cervezas artesanal en impuestos es cuatro veces más cara”, revela Mazzini. Como su producción no es masiva y se concentra en la calidad, llega a ser más cara que las cervezas comerciales, pero con un sabor más fino. Los fabricantes, más que en enfocarse en una producción masiva donde puedan llenarse los bolsillos, buscan una sola cosa: que el consumidor termine su cerveza con una sonrisa en el rostro y un paraíso en su paladar.