Óscar Vilca, artista por naturaleza

En tiempos de metrópolis y tecnología, dice tener su oficina al aire libre. Óscar Vilca, uno de los pocos ilustradores naturalistas vigentes en el Perú, comprendió luego de constantes viajes por los Andes y la Amazonía que sus pinceladas tenían un compromiso con la conservación y el medio ambiente.,Laura Landeo / Revista Rumbos Óscar Vilca estudió en la Facultad de Arte de la Pontificia Universidad Católica del Perú y en la Escuela Nacional Superior Autónoma de Bellas Artes. Hoy es uno reconocido ilustrador naturalista. Rumbos conversó con él para conocer parte su historia. ¿Cómo nace tu vocación como artista y cómo la vida te conduce a representar pictóricamente la naturaleza? Pinto desde que tengo memoria, cuando niño esperaba colores y cartulinas antes que juguetes. De ser un pintor urbano, de retratar el caos y sus combis asesinas, pase a dibujar mariposas por un pedido de Inkaterra. De repente me vi en el Museo de Historia Natural, estudiando formas y texturas. Desde esa primera vez no he parado. Luego siguieron las aves, los mamíferos, las orquídeas; he trabajado para diferentes organizaciones del Perú y el extranjero, siempre retratando a la naturaleza. PUEDES VER: Illescas, la península escondida de Piura | FOTOS Prefieres pintar aves, insectos o plantas, ¿cuál te parece más fascinante? Me siento muy cómodo cuando pinto aves. Son más de quinientas las pintadas hasta hoy. Disfruto mucho de observarlas. Sufro con la pintura botánica, sin embargo, lo que realmente me fascina son los insectos, alucino siempre con sus formas. Sus viajes por el Perú le revelaron su compromiso con la conservación. Foto: Laura Landeo ¿Alguna vez fuiste atacado por un animal o insecto? ¿Cuál ha sido tu aventura más riesgosa, dentro de tu carrera? En los viajes siempre tomo las precauciones necesarias para no correr ningún riesgo, con un gran respeto por la naturaleza y las comunidades visitadas. Lo más peligroso de la selva no son los animales o los insectos, sino los delincuentes vestidos de mineros, de taladores, de narcotraficantes, etcétera. ¿Cuánto crees haber aprendido acerca del Perú a través de tu trabajo? He aprendido que el Perú es un país en donde todavía se puede caminar por lugares increíbles que se conservan como hace miles de años, donde aún no ha llegado la mano del hombre y toda la destrucción que eso significa. Tenemos muchas cosas de qué sentirnos orgullosos, pero también mucho de qué avergonzarnos: pueblos y comunidades sumidos en una gran pobreza, tala indiscriminada, minería destructiva, Amazonía hipotecada en proyectos de gas y petróleo, especies en peligro de extinción, etnias que desaparecen. Hay mucho por hacer. El autor y sus obras. Foto: Laura Landeo Pinceladas por la biodiversidad. Foto: Laura Landeo ¿Cómo sientes a Lima desde el punto de vista ambiental? Es terrible porque hay un desinterés que asusta. Son pocas las autoridades y algunas organizaciones que intentan liderar el esfuerzo por preservar el medioambiente. Somos la única capital en Sudamérica frente al mar y el nivel de contaminación es para espantarse, desde el ciudadano de a pie hasta las grandes empresas son las causantes de este mal. Obras terminadas. Foto: Óscar Vilca ¿Qué crees que debería cambiar en Lima y cómo se podría lograr ese cambio? El día en que dejemos de creer que Lima es el Perú, y que empecemos a vivir en comunidad, respetando el derecho de los demás, dejando de echarle la culpa a las autoridades por no solucionar los problemas que nosotros mismos generamos y, sobre todo, el día que eduquemos a nuestros hijos con el ejemplo, y no los dejemos a merced de la televisión basura, tal vez así podremos lograr algún cambio.