Mónica Cabrejos: “Estudiar periodismo me cambió”

En el Día del Periodista, conversamos con una singular estudiante de esa carrera en la Universidad San Juan Bautista. La ex vedette y hoy panelista de ‘QTM’ cuenta cómo se ha desarrollado su aprendizaje. En el Día del Periodista, conversamos con una singular estudiante de esa carrera en la Universidad San Juan Bautista. La ex vedette y hoy panelista de ‘QTM’ cuenta cómo se ha desarrollado su aprendizaje. Por Juan Álvarez Morales. Foto: Verónica Calderón. –Mónica, ¿por qué te animaste a estudiar periodismo? –De todas las ciencias de la comunicación, el periodismo me gustó en el camino porque lo que me interesaba más eran las técnicas de redacción. –Estás en el décimo ciclo de periodismo. Me pregunto si, cuando empezaste a estudiar, pensaste que terminarías. –En realidad, me demoré tantos años para decidirme a estudiar porque tenía miedo de dejarlo a mitad de camino. Por eso la consigna es terminar sacando fuerzas de donde no hay para hacerlo. –¿Qué te ha costado más? –El tiempo. Eso de trabajar y estudiar es bien difícil. Terrible. –Sobre todo teniendo en cuenta la naturaleza de tu trabajo... –Claro. Porque si salgo de viaje pierdo por lo menos dos días como mínimo, y aunque regrese cansada igual debo esforzarme por cumplir los trabajos que me asignan. –¿Cómo asumías el hecho de que, en la universidad, no eras una estudiante anónima? –De hecho, te trae más problemas. Empezando por el estereotipo. Al principio, algunas profesoras mujeres pensaron que por ser Mónica Cabrejos, la chica vedette, yo iba a aprovechar eso para pasar piola, no hacer mis trabajos y llegar tarde. Tenía bastantes anticuerpos que, por mis acciones, han desaparecido por completo. –¿Y los profesores hombres? –Nunca he tenido problemas de esos que ustedes se imaginan. –No me digas que son más condescendientes contigo... –Como alumna, percibí que al comienzo algunos se preguntaban cosas como "¿qué hace esta bruta acá?". Pero después del primer ciclo ya los profesores dan una referencia de mí, más que como artista o personaje, como alumna. –Has debido ir ganándotelo. –A puro esfuerzo, aunque debo reconocer que en este último me estoy relajando un poco. –¿Y en relación con los compañeros de estudio? –También es difícil. Todos son bastante jóvenes y tienen un ritmo distinto. Por ejemplo, una vez me levanté a hacer un ejercicio en la pizarra, me silbaron y el profesor debió poner autoridad. Esa fue la única vez que sufrí una molestia. –¿Nunca has necesitado hacerte respetar de modo enfático? –No, porque los chicos son tranquilos. Los que ingresan me miran, pero después se acostumbran. –Y vistes de modo casual... –Sí, porque voy a estudiar. Si fuera con tacos me moriría de dolor de pies y riñones. –¿Qué tipo de alumna eres? –La más pesada de todas las que existen en el planeta. Yo pregunto y contradigo todo. De alguna forma eso hace que aprenda más. –Con eso llamas la atención... –No. Por mí, que ni me vean. Eso sí, yo me siento adelante. –Y ahora que ya terminas, ¿cómo evalúas la experiencia? –Maravillosa. Yo era una antes de la universidad y ahora soy otra persona. Me ha cambiado la perspectiva, me ha dado otras prioridades y lecciones que no imaginaba. –Por ejemplo... –Mi vida social está casi anulada. Entre el trabajo y la universidad ya no me queda tiempo. –¿Te salvó, Mónica? –No. Diría que me encaminó. –¿Cómo asumirás la práctica profesional del periodismo? –Me encantaría escribir en un diario. Es muy diferente a la tele. –En ‘QTM’ ya emites opinión... –Pero a mí no me convocan porque estudiaba periodismo, sino porque era un personaje con notoriedad y cierto bagaje cultural, pero sobre todo porque funcioné. –¿Cuál será tu tesis? –Estoy trabajando el tema ‘Fijación de la agenda en los medios’.