Una coladera llamada OSCE, por Mesías Guevara

Una de las instituciones claves para garantizar que las compras públicas se ejecuten con transparencia, es el Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado (OSCE), en la actualidad por su diseño estructural y legal es débil, carece de mecanismos para enfrentar los actos ilícitos, está sub dimensionada cuenta con pocos recursos financieros y humanos, sin capacidades reales para realizar una fiscalización efectiva, por eso su alcance es limitada. Su actuación tiene muchas sombras, por lo que requiere de una gran transformación.

En ese sentido es importante realizar cambios urgentes, como hacer que su fiscalización sea vinculante de tal manera que sus actos de supervisión sean acatados de manera obligatoria por los titulares de los pliegos, tiene que investigar sobre los sobreprecios y direccionamientos de las obras. Implementar sanciones más drásticas y tener mayor agilidad para responder a las denuncias que presentan los ciudadanos, reglamentar con mayor exigencia las compras por excepcionalidades tales como las que se hacen bajo la figura de emergencia, consolidar su integración con los sistemas de la SUNAT, Contraloría, la fiscalía y la unidad de inteligencia financiera para rastrear lavado de activos.

Para hacer realidad los cambios mencionados, el OSCE debe convertirse en una institución autónoma, separada del ministerio de economía y finanzas, incrementar su presupuesto y usar tecnología de punta como inteligencia artificial para establecer un sistema de alertas tempranas, que le permita detectar fraudes, identificar sobre costos, certificar la idoneidad de los proveedores  y blockchain para tener una trazabilidad en los contratos y que nadie los pueda manipular, implementar un portal de datos abiertos para impulsar la transparencia, instalar oficinas regionales con equipos en anticorrupción, fortalecer el equipo de auditores especializados en ingeniería, finanzas y aspectos legales. Así tendremos una institución fuerte y no una coladera como lo es hoy.