LAS VÍCTIMAS ESTáN SOLAS

Cambios urgentes para impedir el feminicidio, contra el auge de la violencia familiar .,En lo que va del año 39 mujeres han perdido la vida por feminicidio, un récord pavoroso que aumenta en ferocidad y saña. En uno de los últimos episodios, en Tarapoto (San Martín) un hombre incendió la peluquería donde trabajaba su ex pareja que murió en el acto. La dueña de la peluquería también murió luego de una dolorosa agonía . La crueldad de los ataques va en aumento. Recientemente, en Arequipa, un sujeto agredió a su pareja con un taladro; en La Victoria (Lima) otro hombre estranguló a su esposa delante de su hija de 8 años; y en Ayacucho otro sujeto asesinó a su enamorada estrangulándola y echando su cadáver al río. En la mayoría de estos crímenes, el agresor fue denunciado por violencia familiar por lo menos una vez y en algunos casos, como el de Tarapoto, al momento del asesinato estaba vigente una orden judicial que prohibía al maltratador acercarse a la víctima. El sistema ha sido desbordado por la intensidad del delito. Los datos proporcionados recientemente por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), correspondientes a la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES) 2016, indican que el 68,2% de las mujeres peruanas fueron víctimas de violencia psicológica, física o sexual, alguna vez por su esposo o compañero, durante el año pasado. Si bien este dato es menor que el registrado el año 2015, la evidencia es aterradora. Un porcentaje alto de estos actos de violencia, alrededor de un tercio, corresponde a violencia física, hechos sobre los cuales los protocolos de denuncia y protección resultan limitados. Queda claro que para efectos de esta forma de violencia, la recurrencia de las víctimas a la policía y la activación de las instancias judiciales se revelan como insuficientes. Las víctimas están solas, más aun después de que la bancada fujimorista decidiera llevar a cabo una guerra sin cuartel contra la igualdad de género, suprimiendo el incremento de penas para los crímenes de odio y el feminicidio. Otros problemas concurrentes a la impunidad es la falta de registro de las denuncias por intervención de la misma policía que considera que los hechos denunciados son problemas “de familia”, el desistimiento de las denuncias, la falta de Centros de Emergencia Mujer del MIMP, y la falta de calificación adecuada del delito porque las agresiones no se procesan por intento de feminicidio, de modo que el agresor continúa en libertad. Es necesario que se apruebe con urgencia ajustes legales. La legisladora Indira Huilca, presidenta de la Comisión de la Mujer del Congreso, ha presentado un paquete de iniciativas de ley, como la obligación de la PNP de actuar con diligencia en los casos de riesgo severo, la definición del incumplimiento de las medidas de protección como resistencia a la autoridad, y que las fiscalías de familia tengan competencia penal para impedir que las denuncias sean archivadas, entre otras. Sin embargo, lo que se precisa aun con más urgencia es la continuación de la movilización del país para impedir estos crímenes.

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