Chinchero II

Se impuso el sentido común. Con varios meses de retraso.,La Contraloría General de la República asestó el tiro de gracia al cuestionado proyecto de construcción del Aeropuerto de Chinchero mediante la modalidad de Asociación Público Privada. El informe dado a conocer ayer revela graves irregularidades en la celebración de la adenda del contrato original, documento que modificó la asignación de riesgos financieros a favor de la empresa concesionaria incumpliendo las normas que regulan las APP. De acuerdo al informe de la Contraloría, se registraron acciones de funcionarios que favorecieron al concesionario, de modo que el Ministerio de Transportes y Comunicaciones suscribió la adenda sin cumplir los requisitos. Esto produjo un perjuicio económico al Estado peruano por 40.6 millones de dólares. Horas antes, el todavía ministro Martín Vizcarra informó que el gobierno había decidido dejar sin efecto el contrato y la adenda debido a que a pesar de los esfuerzos se mantienen las dudas. Como se sabe, durante los seis meses de debate público de este proyecto quedó acreditada la falta de recursos financieros de la empresa concesionaria. Finalmente, al dar cuenta de la renuncia de Vizcarra, el presidente Pedro Pablo Kuczynski (PPK) informó que el aeropuerto de Chinchero “irá adelante”, con modificaciones, sin precisar cuáles serían estas. Como también se sabe, el Jefe del Estado ha sido el principal valedor del proyecto APP, su defensor acérrimo a pesar de las críticas y aún se recuerda sus palabras de grueso calibre –¡a los criticones, cállense la boca y déjennos trabajar!– dirigidas a los críticos del proyecto, en febrero pasado, cuando puso la primera piedra de las obras del aeropuerto. Este es otro momento. Se ha demostrado que los reparos eran certeros y que, por el contrario, es inexplicable la demora en asumir lo que el sentido común y los datos financieros ya dictaban hace meses, como sostuvo en su momento esta casa editora. De hecho, en enero pasado, el Ministerio de Economía y Finanzas reconocía que con la firma de la adenda el contrato del Aeropuerto de Chinchero se había convertido en una obra pública aunque surrealistamente seguía siendo una APP. Considerando que es todavía vigente el debate con los sectores que consideran que dicho aeropuerto no es necesario, se abre una nueva etapa: la de la concreción de Chinchero II como obra pública. Para el efecto, el Estado debe asegurarse el traspaso de los actuados técnicos del diseño del proyecto y garantizar que sea el gobierno central la instancia a cargo de este. El resto de los arreglos institucionales y financieros puede ser resuelto con rapidez. Esta responsabilidad es crucial debido al repentino cambio de actitud del gobierno regional del Cusco, hasta hace poco totalmente entregado al cuestionado proyecto pero que ahora exige el traslado de los recursos a su región para realizarlo. Quizás habría que recordar los graves problemas de ejecución y los casos de corrupción detectados en la actual gestión. Se puede decir lo mismo de los preparativos de un paro regional de los mismos grupos que proclamaban que con corrupción o sin ella debería construirse el aeropuerto.

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