Es fascinante la diversidad de animales que habitan en nuestro planeta. Desde pequeños insectos hasta majestuosos mamíferos, la naturaleza nos brinda una variedad impresionante de especies. Algunos de estos seres han convivido con nosotros desde tiempos inmemoriales, mientras que otros aún son desconocidos para la mayoría de las personas. En ese contexto, ¿sabías que hay un animal en Estados Unidos que solo mide 2 cm?
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Los tálpidos conforman una familia de mamíferos placentarios del orden Eulipotyphla, aunque previamente fueron clasificados dentro del orden Insectívora. Esta familia incluye a los topos y los desmanes, entre otros. Su distribución abarca América del Norte y Eurasia, por lo que están restringidos solo en el hemisferio norte del planeta. Los fósiles más antiguos de tálpidos hallados datan del Eoceno temprano.
En su mayoría, los topos son animales subterráneos, adaptados para la vida bajo tierra, con excepción de los desmanes, que son acuáticos. Dentro de esta familia, los topos musarañas del género Uropsilus se destacan por ser los más pequeños y primitivos. Comparten hábitats y comportamientos más propios de las musarañas que de los topos, como la búsqueda de alimento en la superficie.
Tálpidos
Foto: Marcos Veiga/Alamy Stock
Los tálpidos muestran una gran variación en tamaño, desde los diminutos topos musaraña, que miden alrededor de 2,4 cm y pesan menos de 12 g, hasta el desmán almizclado (Desmana moschata), que puede alcanzar los 20 cm de longitud y un peso de hasta 550 g.
Los topos excavadores han desarrollado una serie de adaptaciones evolutivas para la vida subterránea. Su cuerpo es fusiforme, más similar al de animales acuáticos. Sus ojos son pequeños y en ocasiones están cubiertos de piel. Charles Darwin utilizó este hecho en su teoría de la selección natural: argumentó que los topos no necesitan una visión aguda en ambientes subterráneos y que mantenerla sería un gasto energético innecesario.
Tálpido (topo)
Foto: Rentokil
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Los tálpidos tienen un metabolismo alto, lo que les otorga un apetito insaciable. La mayoría de los topos cavan madrigueras permanentes y se alimentan principalmente de las presas que caen en ellas. Los topos musaraña; no obstante, también excavan túneles, se alimentan en la superficie. Por otro lado, los desmanes cavan madrigueras solo para protegerse y se alimentan en ríos y lagos. Prefieren suelos húmedos y fáciles de excavar, pero pueden vivir en cualquier tipo de suelo con la profundidad suficiente para su madriguera.
La dieta principal de los topos consiste en lombrices, aunque también se alimentan de otros invertebrados e incluso pequeños roedores que atrapan en la entrada de su madriguera. La saliva de los topos contiene toxinas que pueden paralizar a las lombrices, lo que les permite almacenarlas vivas para consumirlas más tarde. Construyen despensas especializadas para este propósito y antes de comerlas, exprimen las lombrices entre sus patas para eliminar la tierra que puedan haber ingerido.