Tragedia en Kansas: sacerdote es asesinado en la rectoría de su parroquia en la ciudad de Seneca

El jueves, Arul Carasala, un sacerdote católico, fue asesinado a tiros por un hombre que se le acercó en la rectoría de su parroquia en la ciudad de Seneca, Kansas, según informaron autoridades eclesiásticas.

Carasala había servido como párroco de la iglesia católica de los Santos Pedro y Pablo en Seneca desde 2011, de acuerdo con la información disponible en el sitio web de la parroquia.

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Sacerdote asesinado a balazos en la rectoría de la iglesia de Seneca, Kansas

El sacerdote Arul Carasala fue encontrado sin vida tras recibir disparos en la rectoría de la iglesia de los Santos Pedro y Pablo en Seneca. Según los informes, “un hombre mayor se le acercó y le disparó tres veces”, como comentó Kris Anderson, directora de educación religiosa en la parroquia. Carasala, quien dedicó más de 20 años de su vida al servicio religioso en Kansas, fue trasladado a un hospital local, pero falleció poco después debido a la gravedad de las heridas.

El presunto tirador fue arrestado en el lugar de los hechos, aunque las autoridades aún no han revelado detalles sobre el móvil del crimen ni la identidad del agresor. La policía continúa con las investigaciones, y el fiscal del condado se ha hecho cargo del caso. Por el momento, las autoridades han descartado que haya un peligro inminente para la comunidad, asegurando que “no hay una amenaza para la comunidad”, como mencionó el arzobispo Joseph Naumann.

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Comunidad de Seneca, Kansas, conmocionada por el asesinato del sacerdote Arul Carasala en su parroquia

La comunidad de Seneca, un pueblo pequeño y tranquilo de aproximadamente 2.100 habitantes, está profundamente conmovida por el asesinato de su sacerdote. Arul Carasala había sido una figura central en la vida religiosa y social de la comunidad desde su llegada en 2011, siendo reconocido no solo por su dedicación como líder espiritual, sino también por su calidez humana. El arzobispo Joseph Naumann expresó en un mensaje de Facebook: “Este acto de violencia sin sentido nos ha dejado lamentando la pérdida de un querido sacerdote, líder y amigo”.

El arzobispo también destacó que Carasala era un “pastor devoto” que sirvió fielmente a la Arquidiócesis durante más de 20 años, incluso desempeñándose como decano de la región Nemaha-Marshall. La comunidad ahora enfrenta el desafío de procesar esta tragedia mientras buscan respuestas a un crimen tan inesperado y doloroso.