Muchos aseguran que Edmundo Cruz Vílchez es una institución del periodismo peruano. Dicen la verdad. Bastará revisar los anaqueles de medio siglo de la prensa en nuestro país para comprobar que este hombre, con todos los vientos en contra, fiel a su profesión, siempre ha ido en búsqueda de la verdad, sobre todo en el doloroso campo de los derechos humanos.
Esta tarde, en el Lugar de la Memoria (LUM), se le rendirá homenaje por su larga trayectoria, por su decencia y docencia de hacer periodismo en un país como el nuestro. Este merecido tributo consiste en una mesa de diálogo que lleva como título “El rol del periodista en el período de violencia 1980 – 2000″, precisamente los años duros en que Edmundo Cruz, como periodista de investigación, fue un combatiente por la verdad. Años en que hacer periodismo de verdad –porque hubo periodismo de mentira- era peligroso y temerario. Por un lado, era atreverse contra el poder, como la época del gobierno fujimontesinista y, por otro, estar expuesto a ser víctima de los grupos subversivos. Ni uno ni lo otro amilanó a Edmundo Cruz. No dejó de ser periodista.
No estamos hablando de un superhéroe. Edmundo Cruz, como cualquier mortal, es un hombre de carne y hueso. Nació en el norte del Perú, en Talara, Piura, en 1937. Tras sus estudios de primaria, llegó a Lima a estudiar en el colegio de Guadalupe. Y de allí, a la Facultad de Letras de la Universidad de San Marcos.
In situ. En Putis, Ayacucho, recoge testimonios. Foto: difusión
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Alguna vez ha contado que quiso estudiar abogacía para dedicarse a la política, pero el periodismo, como una fuerza magnética, lo atrajo a su campo. Con los años, se convirtió en periodista de investigación. Asumió el periodismo con un compromiso ético y una vocación inagotable por la lucha y defensa de los derechos humanos. Otra virtud suya es la rigurosidad con que realiza sus investigaciones.
También se debe mencionar su trayectoria como profesor universitario y formador de generaciones de periodista. Ejerció la docencia en la escuela Jaime Bausate y Meza, Universidad San Martín de Porres y la Universidad Católica del Perú. Actualmente es maestro en la Fundación Gustavo Mohme Llona.
Entre sus investigaciones más recordada, se halla el descubrimiento de las fosas del profesor y los nueve estudiantes de la Cantuta, trabajó que se publicó a manera de serie en la revista Sí, a partir del 12 de julio de 1993.
Documental. Escena de La Cantuta en la boca del diablo. Foto: difusión
Asimismo, el año 2002, en esta casa editora, Edmundo Cruz descubre las fosas de Putis (Huanta, Ayacucho) y de Pichari (La Convención, Cusco). Se trataba de entierros clandestinos de ejecuciones extrajudiciales por miembros de la fuerza del orden.
Así, como estas investigaciones, hay mucho que agradecer a Edmundo Cruz.
Reportajes en la revista Sí. Foto: difusión
El homenaje. El reconocimiento a Edmundo Cruz Vílchez es hoy en el auditorio del Lugar de la Memoria (LUM), cuya dirección es Bajada, calle San Martin 151, Miraflores, a las 6 p. m. El ingreso es libre, previa inscripción en el siguiente link: https://forms.gle/LC3fxeNHzjuYGJbG7