Confirman 82 casos en las regiones de Piura, Lambayeque e Ica. ,Las inundaciones ocurridas en las últimas semanas en el norte del Perú por las intensas lluvias siguen amenazando la salud de miles de personas tras alertarse la presencia de enfermedades como el dengue en diferentes regiones, siendo hasta el momento más de 80 casos, ocasionando que el Gobierno declare en emergencia sanitaria a Lambayeque, Tumbes y Piura ante el riesgo de que surjan por el estancamiento del agua en las zonas inundadas. PUEDES VER: Furia del Huaycoloro: secuelas de un episodio diluviano en San Juan de Lurigancho Ese es el panorama del norte del país, una medida que durará 90 días calendarios, donde la amenaza del dengue está volviendo con fuerza este verano. Así lo advirtió el director regional de Salud en Piura, César Morón, sobre un riesgo de brote en cuatro sectores: Tambogrande, Batanes en Chulucanas, El Obrero en Sullana y el cercado de Castilla que obedecen en gran parte a los problemas de restricción de agua potable. Por eso, a través de las ovitrampas - depósitos de plásticos usados para captar huevos del zancudo- se encontró el trasmisor del aedes aegypti en los sectores mencionado, los cuales fueron reforzados con el control vectorial, es decir la fumigación el cual evitaría que el mosquito del dengue siga expandiendo por la región. Lo mismo ocurre en el sur del país, donde la aparición del mosquito transmisor es latente en aguas empozadas. Según la oficina de Epidemiología de la Dirección Regional de Salud de Ica, se reportó 28 casos de dengue confirmados en esta región. ¿Epidemia del dengue en Lima? Al igual que el resto del país, la Capital tampoco sería ajena a esta epidemia de mosquitos. El aedes aegyti -su nombre científico- vive en Lima desde hace siete años, pero su presencia no significa una alerta de virus mortales, pese al temor que crece entre los habitantes de contraer estas enfermedades, así como la fiebre chikungunya y el zika. El jefe de la Dirección de Salud Ambiental (Disa) de Lima Metropolitana, Jorge Flores del Pozo, pidió a la población a mantener la calma, refiriéndose a que la presencia del vector aegyti “no es sinónimo de alarma de epidemias mortales, como el tan temido dengue... A pesar de pertenecer a climas tropicales, se ha aclimatado a Lima y se encuentra en casi todos los distritos limeños, pero su presencia no significa que sean transmisores de dichos virus mortales”. De acuerdo con Investigaciones realizadas por los especialistas del Instituto Nacional de Salud (INS), las alteraciones climáticas producidas por el calentamiento global han provocado acelerar el ciclo biológico del mosquito transmisor del dengue. Por tal motivo, se ha recomendado revisar el agua almacenada en bidones, llantas, botellas, bebederos de animales y otros recipientes en desuso, cuya humedad facilita su reproducción. Como medida de prevención, indicó el jefe de la Dirección de Salud Ambiental (Disa) de Lima, se viene realizando el monitoreo de este vector, además de las fumigaciones llevadas a cabo en Chaclacayo, San Juan de Lurigancho y Chosica. “Tenemos monitoreado la presencia del aedes aegypti y no hay riesgo de que la población contraiga dengue y ningún virus mortal”, aseguró. Malaria: No repetir el pasado En los últimos años la malaria ha sido una enfermedad que ha estado resurgiendo en diferentes zonas de la amazonía peruana, la mayoría de veces casi siempre por descuido del Estado al no continuar y mejorar las políticas de control de la enfermedad. Mediante un viaje breve a la historia de esta epidemia que afectó a miles de peruano en el pasado, sabemos que la malaria llegó al país junto con los españoles, durante el siglo XVI. Los primeros síntomas de esa época era la aparición de fiebres intermitentes, cuyo tratamiento médico era a base de cortezas del árbol la quina. La expansión de la enfermedad se dio cuando la población sometida, los indígenas, migró a la costa y selva en busca de refugio, ocasionando que el mosquito que la transmitía (anopheles) se prolifere, cuyo hábitat es por debajo de los 1 500 m.s.n.m. Tiempo después, cuando se creó el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social en 1942, se empiezan a trabajar medidas de prevención con asistencia técnica y estadísticas. Para dentro de dos años, se reportaban en todo el país cerca de 95 mil casos de malaria, de los cuales la tercera parte era de la Amazonía. En respuesta, se inició la aplicación del DDT –un insecticida potente para eliminar las larvas de los Anopheles- logrando reportar para 1963, solo 1 500 casos al año. La erradicación de la malaria no duraría mucho. En 1970 se tuvo que usar la mayor parte de los recursos del Estado en los fondos destinados al control de esta enfermedad. Sin embargo, las dosis aplicadas durante esos años no fue suficiente para acabar con el mosquito transmisor, y, por el contrario, estos se volvieron resistentes al insecticida. Nuevamente, empezó a resurgir y para 17 años después, se reportaba cerca de 40 mil casos. Lo peor vendría tras el fenómeno de El Niño de 1997, época en que la epidemia azotó a Loreto, provocando que 1 de cada 3 habitantes resultara afectada por la malaria. A pesar de las medidas de prevención ejecutadas desde entonces, la mayoría implementadas por PAMAFRO no fueron continuadas por el Ministerio de Salud. ¿El resultado? Un registro de 55 mil casos de malaria en todo el Perú, del cual el 96% se encuentra en Loreto, advirtió el Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades. No dejemos que eso ocurra con el dengue.