valiente. Muy emocionada, pisó nuevamente su tierra natal, Pakistán, en un hecho que sorprendió a sus connacionales. Llegó con fuerte resguardo personal. "Estoy muy feliz. Aún no puedo llegar a creer que estoy aquí", dijo la defensora de DDHH.,Malala Yousafzai regresó a su Pakistán natal cinco años después de haber sobrevivido a un atentado y con un premio Nobel de la Paz bajo el brazo. Volvió convertida en una militante en favor de los derechos de las mujeres y los niños.Malala retornó con gran emoción a su país, Pakistán, por primera vez desde que sobreviviera a un atentado en 2012. "Estoy muy feliz. Aún no puedo llegar a creer que estoy aquí", declaró la joven de 20 años, muy emocionada, en la residencia del primer ministro Shahid Khaqan Abbasi en Islamabad, a horas de su llegada que sorprendió al país."Estamos encantados que nuestra joven, que tanto ha hecho por el nombre de Pakistán, esté de vuelta a casa" declaró por su lado Abbasi. La joven pasó por el aeropuerto de Islamabad con una importante escolta policial. Se ignora si prevé viajar a su distrito de Shangla, o la ciudad de Mingora, donde se produjo el atentado, en el valle de Swat.Una historia violentaEl 9 de octubre de 2012, varios islamistas irrumpieron en el autobús escolar en el que volvía a su casa después de las clases en Mingora (valle de Swat) y uno preguntó: ¿Quién es Malala? Luego le disparó un balazo a quemarropa en la cabeza.Increíblemente, el proyectil no acabó con su vida. En estado de coma, Malala fue evacuada a un hospital en Birmingham, Reino Unido, donde recuperó el conocimiento seis días después. Había nacido la leyenda Malala.Desde que dejó Pakistán, Malala ha adquirido un nueva dimensión y no duda, pese a su juventud, en exhortar a los dirigentes de las grandes potencias mundiales a "enviar libros ¡y no armas!" a los países en desarrollo, en nombre de los "niños sin voz".Con el largo velo tradicional cubriendo su cabello negro, Malala comenzó su combate en 2007, cuando los talibanes impusieron su ley en el valle del Swat, hasta entonces zona turística conocida como la "Suiza de Pakistán".Su padre, director de escuela, tuvo una gran influencia sobre la chica, cuya madre es analfabeta. Con apenas 11 años de edad, escribía en un blog en la web de BBC en urdú, la lengua nacional de Pakistán. Bajo el seudónimo de Gul Makai, describía el clima de miedo que imperaba en su valle. El nombre de esa chica llena de sangre fría, amante de los libros y del saber, empezó a circular primero en Swat y luego en el resto del país, cuando ganó un premio paquistaní por la paz. Los talibanes, desalojados del valle por el ejército en 2009, deciden eliminar entonces a esta adolescente de 14 años a la que acusan de ser un instrumento de la "propaganda occidental".El ataque contra Malala tendrá el efecto inverso: conmocionó en Pakistán y todavía más en el extranjero.Malala se convierte en una figura popular. Tras haber sido operada en Inglaterra, se convirtió en defensora del derecho a la educación para los niños. Después de vivir con su familia en Birmingham, entró en la universidad de Oxford donde cursa economía, filosofía y ciencias políticas. La premio Nobel se granjeó enseguida la enemistad de los círculos islamistas radicales de su país, que se oponen a la emancipación de las mujeres. Y también suscitó recelos entre una parte de la clase media paquistaní, que está a favor del derecho a la educación, pero que no soporta que se empañe la imagen de Pakistán y se muestran escépticos respecto a la lucha contra los islamistas armados, que consideran inspirada por Estados Unidos. Muchos de sus compatriotas celebraron sin embargo en Twitter su llegada a Pakistán. ❧No agrada a todos en su natal PakistánLa supermediatización de Malala disgusta a muchos en Pakistán, desgarrado por los atentados y las ramificaciones de la guerra en Afganistán, cerca del valle de Swat.Los círculos islamistas ven a Malala como un "agente de Estados Unidos" o "de Occidente" creado para corromper a la juventud y propagar una cultura antimusulmana.La adolescente, que tiene todavía el borde de la boca paralizado como secuela del atentado, responde a sus detractores proclamando que "la pluma es más fuerte que la espada" y que no sentía "ningún resentimiento hacia los talibanes".Para su discurso en el verano boreal de 2013 ante la ONU, llevaba un chal que había pertenecido a Benazir Bhutto, la única mujer que llegó a ser primer ministro de su país, donde fue asesinada en 2007, al regresar del exilio.