Fórmula del éxito. Recurriendo a la modalidad de "capitalización de deudas" con compañías controladas por los propios Fujimori, la empresa-bandera de los hijos del ex presidente logró un vertiginoso ascenso financiero en solo dos años. La cereza de la torta fue la sociedad con la transnacional japonesa Sankyo., Daniel Yovera / Poder.pe Edmundo Cruz / La República Logística Integral Marítima Andina SA (Limasa), la empresa de los hijos de Alberto Fujimori, Hiro y Kenji, ha tenido un crecimiento importante desde su fundación, en el año 2009, hasta su reciente sociedad con una gigante japonesa de la logística marítima y aérea. PUEDES VER: Hermanos Wong aportaron casi S/ 350 mil al fujimorismo El hallazgo de cien kilos de droga en el almacén, en el 2013, no impidió que el capital social de la firma siguiera creciendo, al punto que desde fines del 2014 y hasta hace dos semanas, la empresa se marketeaba en su página web –que ya borraron– como una “transnacional”. Parte fundamental de la fórmula del éxito ha sido la aplicación de la llamada “capitalización de créditos”, un esquema legal que permite que el valor de una deuda contraída por una empresa se canjee por acciones que el deudor emite a favor del prestamista. Al recibir el acreedor el paquete accionarial, se incorpora como socio a la persona jurídica, que simultáneamente deja de ser deudora. En el caso específico de Limasa, los Fujimori crearon una segunda empresa de menor tamaño, que en solo un mes y tres semanas de creación le prestó dinero a la almacenera; esta deuda se capitalizó, es decir, Limasa emitió acciones a favor del prestamista, que pasó de ser acreedor a accionista, incorporando capital nuevo a la sociedad. Después crearon otra razón social, que en un mes y medio consiguió que una empresa japonesa, Sankyo Global Logistics (Canadá), le prestara casi US$ 1.5 millones. Esta compañía pertenece a Sankyo Corporation, una transnacional nipona de logística y transporte aéreo y marítimo que integra el gigante asiático Fujiki Group. Cuando ello ocurrió, Limasa absorbió a la empresa menor y así se convirtió en deudora de Sankyo. Luego, capitalizaron los US$ 1.5 millones adeudados y a finales de junio del 2014, gracias a ese esquema, Sankyo se convirtió en socio de los Fujimori Higuchi. La nueva alianza fue formalizada en junta de accionistas del 1 de julio del 2014, y el 27 de agosto del mismo año fue sellada en Japón. Uno de los integrantes de la compañía nipona estuvo en Lima en febrero pasado. Es un norteamericano experto en asesoría financiera y comercial que se dio tiempo para dirigirse al penal de Barbadillo y conversar por casi tres horas con Alberto Fujimori. Poder.pe y La República narran esta historia de emprendimiento de los hermanos Fujimori. Cóctel en Tokyo Cuando Limasa y Sankyo concretaron su sociedad, Kenji y dos socios suyos de Limasa –Marco Ynaba Reyna y Roberto Pastor Zagal– viajaron a Japón para darle el encuentro a Hiro y a un tercer socio, especialista financiero Daniel Scott Matson, natural de Estados Unidos. Todos fueron presentados ante la sociedad empresarial nipona como flamantes aliados de Sankyo Corporation. Con impecables trajes, los hermanos Fujimori y sus socios llegaron al The Foreign Correspondents Club, de Tokyo, y se ubicaron en la primera fila del salón de conferencias, al lado de los jerarcas de la corporación japonesa liderados por su presidente, Kozo Fujiki, cabeza del Grupo Fujiki. Fujiki estuvo a cargo del discurso central, presentando a sus nuevos socios. Luego, pasaron al cóctel y brindaron por el presente y el futuro de sus negocios. En Yokohama, la sede de Grupo Fujiki, hubo otras formalidades. De regreso a Lima, Kenji y sus socios se enfocaron en nuevas tareas: primero, cambiaron el nombre de Limasa por el de Integrated Global Logistics (IGL); luego, informaron a sus clientes de la naciente sociedad con Sankyo y después, anunciaron que ya eran “empresa transnacional”. En octubre, con los nuevos aires orientales, lanzaron tres negocios más: IGL Servicies SAC, para el servicio de estibadores, IGL Containers SAC, para ofrecer 35 contenedores de 40 pies, e IGL Transports SAC, que administra tractores-camión para el traslado de contenedores desde el puerto hasta el almacén. “El 2014 ha sido el año del cambio y cimiento para el crecimiento de Integrated Global Logistics S.A.”, escribió en la memoria institucional de ese año el gerente general, Roberto Pastor, uno de los viajeros a Japón. Ese crecimiento había empezado tempranamente, en los años iniciales de la empresa de bandera de los Fujimori. Aumentos de capital Limasa se creó en julio del 2009 con S/ 40 mil de capital social. Kenji, que aún no era congresista, se asoció con José Begazo Ramos, José Begazo Bedoya y Marco Ynaba Reyna. Los dos últimos fueron investigados por un hallazgo de 500 kilos de droga en el 2006, cuando laboraban en almacenes Licsa. El caso fue archivado. En noviembre de ese año el capital aumentó a S/ 294,720, y un año después, a S/ 991,220. Hasta entonces los incrementos fueron por aportes directos y equitativos de los socios, pero la paridad acabaría cuando Kenji compró 297,366 acciones y pasó a liderar la sociedad. Para entonces se había incorporado a la empresa Miguel Ramírez Huamán, primo de Joaquín Ramírez. Capitalización de deuda A partir de entonces empezaron a aplicar el esquema de capitalización de créditos. El primero se concretó 28 de junio del 2012. Una empresa, FM Capital Partners SAC, constituida un mes y tres semanas antes con S/. 1,000 de capital social, le prestó S/. 424,809 a Limasa. Según la Sunat, el domicilio fiscal de FM Capital es Néstor Gambetta 190, Callao, las mismas oficinas de Limasa. Los socios fundadores de la razón social son los Carlos y Miguel Torres Morales, abogados del estudio jurídico que fundó su padre, el ex premier de Fujimori, Carlos Torres y Torres Lara. Miguel Torres, compañero de promoción de Kenji en el colegio Recoleta, es hoy flamante congresista electo por Fuerza Popular. Los abogados designaron como gerente general de la empresa a Vladimir Alexeis Ortega Vidal, un joven de 22 años que registra domicilio en el kilómetro 22 de la avenida Túpac Amaru, en Comas. Limasa no le devolvió a FM Capital Partners el préstamo. El 28 de junio sus accionistas decidieron canjear la deuda de S/ 424,809 emitiendo 424,809 acciones nominales a favor de FM Capital, que de acreedor se incorporó a Limasa como principal accionista. De ese modo, los S/ 424,809 adeudados se inyectaron al capital social de la empresa, que creció de S/ 991,220 a S/ 1’416,029. El ingreso de FM Capital Partners permitió una segunda y más importante operación de aumento de capital. El mes siguiente, 31 de julio, la junta general de accionistas de Limasa emitió acciones a favor de FM Capital, con “prima de capital”, por el valor de S/ 1’451,191. La “prima” es el valor adicional que los accionistas le dan a una acción nominal. Por ejemplo, si el valor nominal de una acción es de S/ 1, y los accionistas la cotizan en S/ 1.5, el medio sol es la “prima”. En el caso especifico de Limasa y FM Capital, los documentos no precisan si el adicional fue consecuencia de otra deuda que se volvió a canjear por acciones, o de la emisión de un nuevo paquete accionarial de Limasa. Lo cierto es que ello incrementó, otra vez, el capital de Limasa a S/ 2’867,220. En solo un mes. Para mayo del 2014 los socios de FM Capital Partners -accionista mayoritaria de Limasa- eran Hiro y el norteamericano Daniel Scott. La absorción El 2014 fue un segundo momento de incremento de capital vía capitalización de crédito. El 2 de mayo, dos abogados, Dante Sanguinetti Marroquín y Gianpaul Castañeda Carruitero, fundaron la razón social Inversiones Perú Japón SAC, con S/ 100 de capital social. El 31 del mismo mes designaron como gerente general a Alexeis Ortega Vidal, el mismo muchacho al que dos años antes habían nombrado gerente de FM Capital Partners. Los accionistas de Inversiones de Perú Japón eran, al 30 de junio de ese año, FM Capital Partners -la empresa de Hiro y Scott- con 52 acciones; Kenji Fujimori, con 36 acciones y el socio de éste, Marco Ynaba, con 12 acciones. Eso hacía un total de 100 acciones. Desde su creación, 2 de mayo, y su desaparición, 30 de junio del 2014, la novísima empresa se había convertido en socia principal de Limasa, con 1’204,233 acciones, es decir, casi el 40% de la participación total. Pero, aun siendo su principal accionista, Limasa la absorbió, y al incorporarla a su patrimonio, Limasa sumó los S/ 100 de capital que tenía Inversiones Perú Japón, pasando el capital social de la almacenera del Callao de S/ 2’867,220 a S/ 2’867,320. Como siguiente paso, los accionistas de Limasa –Kenji, Hiro e Ynaba– cancelaron a los socios de Inversiones Perú Japón –Kenji, Hiro e Ynaba– S/ 1’204,233 por igual número de acciones que aquella poseía en la propia Limasa. Es decir, se pagaron a sí mismos. Y, como en términos legales se trató de un desembolso de dinero, el capital social de Limasa se redujo a S/ 1’663,087. Pero no fue el último paso. La última movida En el mismo periodo entre su creación y su cierre, es decir, el lapso de un mes con tres semanas, Inversiones Perú Japón había adquirido un préstamo por US$ 1’470,000. No con el sistema bancario, sino con la japonesa Sankyo Global Logistics (Canada) Inc. que, como ya explicamos, forma parte de la corporación asiática Sankyo Corporation. Al ser “tragada” por Limasa, Inversiones Perú Japón –controlada por los hermanos Fujimori y sus socios– era dicha almacenera la que asumía la deuda. Pero, como señalamos líneas arriba, ni Limasa pagó ni Sankyo, la acreedora, cobró. El 1 de julio del 2014, un día después de la absorción, los hijos de Fujimori y sus socios aplicaron nuevamente el esquema de capitalización. Y efectuaron dos operaciones: primero, canjearon S/ 415,772 del total de la deuda con Sankyo, lo que hizo incrementar el capital social de S/ 1’663,087 a S/ 2’078,859; y segundo, la junta decidió capitalizar US$ 700,000 más de la deuda con Sankyo, emitiendo acciones a un valor de S/ 3.71 cada una. Los documentos notariales obtenidos por Poder.pe y La República no precisan cuál fue el destino de este dinero, pues no se sumó al capital social. Ese mismo día, 1 de julio, el presidente de Sankyo, Kozo Fujiki, envió desde Japón una carta a Roberto Zagal, gerente general de Limasa, dando su “consentimiento” a la operación. Sankyo se convirtió en accionista de Limasa y en socio de los hijos de Alberto Fujimori, en una junta de accionistas encabezada por Marco Ynaba Reyna y el joven Alexeis Ortega Vidal, entonces con 24 años, a quien revistieron de facultades para representar a Limasa e inscribir los acuerdos ante las notarías y los Registros Públicos de Lima y Callao. Según el acta de la junta de accionistas de Limasa, del 31 de agosto del 2015, sus socios en orden de importancia son: FM Capital Partners, de Hiro Fujimori y Daniel Scott Matson, con el 41.38%; Kenji Fujimori, con el 28.96%; Sankyo Global Logistics, con 20%; y Marco Ynaba Reyna, con 9.66%. El mes siguiente, 27 de agosto, la flamante sociedad Limasa-Sankyo fue oficializada en Tokyo, como ya hemos detallado. Visitante de la Diroes Daniel Scott Matson, uno de los socios de los hermanos Fujimori, presente en la ceremonia en Tokyo, arribó a nuestro país el 14 de febrero pasado, en plena campaña electoral. El domingo 28 del mismo mes, a la 1:04 de la tarde, el estadounidense llegó al penal de la Diroes para visitar a Alberto Fujimori. Conversó con él durante casi tres horas y se marchó a las 3:57 de la tarde. El reporte de visitas a la Diroes indica que durante esas tres horas el padre de Hiro y Kenji conversó casi exclusivamente con Scott. Días después de la visita, abandonó el país. El experto financiero y comercial radicado en Japón, que cuenta con 52 años, no es solo socio de Hiro. Desde abril del 2015, Scott es asesor corporativo de Sankyo Corporation, tal como consigna en su página de la red Linkedin. El contenido de su extensa charla con Fujimori es por el momento un misterio. Opinan expertos Poder.pe y La República buscaron la opinión de los abogados Martín Mayandía y Klever Espinoza, expertos societario y tributario respectivamente del Estudio Benites, Forno y Ugaz. Sin identificar a las empresas y a los socios mencionados, consultamos sobre el esquema de "capitalización de deuda" aplicado en este caso. "Desde una perspectiva comercial, no es usual que se realice la participación en un negocio siguiendo la estructura planteada, porque se generan muchos sobre costos en un periodo tan corto", señaló Mayandía. El abogado societario indicó que "si bien en términos técnicos el mecanismo utilizado es legal, se busca lograr por la vía indirecta lo que se podría lograr por la vía directa". Por su parte, Espinoza cuestionó: "Eso nos hace pensar que la operación se hizo sin una adecuada asesoría comercial y menos legal. De lo contrario, si estos es parte de una serie de operaciones estructuradas y con un objetivo definido, debiera llamar la atención de las autoridades tributarias, fiscales y de la UIF a fin de verificar que se trata de operaciones reales y que no se encubre ningún tipo de acto ilegal o ilícito". "La situación es más delicada aun considerando el contexto en el que nos encontramos, en el que diversos sujetos han empleado mecanismos que limitan lo legal para mover capitales que se obtuvieron de manera ilegal o que no ha tributado", concluyó. El Ministerio Público, la Unidad de Inteligencia Financiera y la Sunat deberían iniciar una investigación a estas operaciones, en aras de la transparencia. Colaboración: Jorge Weston, Laura Grados (Útero.pe), Elizabeth Prado y Johana Valer.