En Facebook, circula un gráfico en el que aparece una fotografía de un bebé que aparentemente se rehúsa a la vacuna. “Si lo amas no lo inocules. Las sustancias son desconocidas”, se lee en el texto que acompaña a esta publicación, la cual presenta más de 100 interacciones y 200 compartidos en la red social.
Esta publicación circula desde el 17 de agosto de 2021 y lleva las cuentas de redes sociales de Médicos por la Verdad de Argentina. Sin embargo, lo que se dice de las inyecciones es falso.
Publicación. Foto: captura en Facebook.
“Los niños reciben la mayoría de las vacunas durante los primeros meses de vida porque es muy importante que queden inmunizados lo antes posible”, declaró David Moreno, coordinador del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (AEP), para un artículo de la BBC publicado en mayo de 2019.
En este informe periodístico se establece, con información del Centro Nacional de Vacunación y Enfermedades Respiratorias de Estados Unidos, qué vacunas deben recibir las personas desde su nacimiento contra una determinada enfermedad.
Recién nacidos | Hepatitis B. |
A los 2 meses | Rotavirus, difteria, tétanos y tosferina, meningitis y neumococo. |
A los 6 meses | Gripe (influenza) que se repite anualmente. |
Entre los 9 a 12 meses | Es recomendable vacunar al bebé contra la fiebre amarilla. |
De 12 a 18 meses | Toca dosis de recuerdo de las anteriores y añadimos la vacuna contra varicela, la hepatitis A y la triple vírica de sarampión, paperas y rubéola. |
Entre los 4 y los 6 años | Es momento de repetir las vacunas de la difteria, el tétanos y la tosferina, así como administrar la del polio, la varicela y la triple de sarampión, paperas y rubéola. |
A los 9 años | Los organismos internacionales recomiendan vacunar tanto a niños como a niñas contra el virus del papiloma humano. |
En comunicación con Verificador de La República, Erika Castillo, PhD en Ciencias Médicas, sostuvo que los laboratorios en sus informes describen completamente a los medicamentos, incluidas las vacunas, que salen al mercado y que esta información es remitida a las instituciones de salud de los países.
“Todos los productos tienen su ficha técnica y esa ficha técnica es pública. Cualquier persona puede acceder a esa ficha técnica. (...) No se le tiene que informar toda la ficha técnica a una persona antes de recibir una vacuna, pero está abierta al público”, declaró la especialista, quien es fundadora de cienciagenérika.
Comentó que anteriormente las personas no se encontraban interesadas en los detalles de alguna vacuna, pero esto ha cambiado por la coyuntura de la COVID-19. “Si un padre quiere saber qué tipo de vacuna le están poniendo a los niños, como qué marca, qué componentes y qué tipo de vacunas, puede saberlo. Simplemente pide la información de la vacuna, la marca y el catálogo de la vacuna que le están aplicando a su niño. Esa ficha técnica está abierta al público”, puntualizó.
Castillo arguyó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) “no tiene ninguna injerencia en las políticas de un país, es decir, no determina ni obliga a ningún país a nada” y solo realiza recomendaciones en políticas de salud a nivel mundial.
En ese sentido, dijo que quien aprueba “el uso de un medicamento en general, incluyendo de una vacuna, son los organismos encargados del Gobierno”. “Por ejemplo, en Estados Unidos quien regula los medicamentos es la FDA (Administración de Medicamentos y Alimentos)”, detalló.
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En efecto, en la página oficial de esta agencia estadounidense se hallan registrados los ingredientes, los efectos secundarios y otro tipo de características de las vacunas que son administradas en niños y a adultos. En el caso de la influenza o llamada gripe, las vacunas son inyectables con virus inactivados y sin virus de influenza; y otra con virus vivos atenuados en atomizador nasal, como lo informan los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de los EE. UU.
En la FDA se encuentra Fluvirin, la cual es “una vacuna inactivada contra el virus de la influenza indicada para inmunización de personas de 4 años o más”. También se halla Fluzone Quadrivalent, una vacuna indicada “en personas a partir de los 6 meses de edad”.
Asimismo, expone a YF-VAX, otra vacuna, pero contra la fiebre amarilla, una enfermedad viral aguda transmitida por mosquitos infectados. Esta inyección está indicada en personas 9 meses de edad y mayores en las siguientes categorías: “personas que viven o viajan a áreas endémicas”, “personas que viajan internacionalmente a través de países con fiebre amarilla” y “personal de laboratorio”.
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En el caso de las vacunas —autorizadas para uso de emergencia contra la COVID-19—, al inicio solo se consideraba al grupo etario mayor de 18 años, pero ahora algunos países aplica a mayores de 12 años e incluso otros inmunizan a menores de 12 años y mayores de 5 años, como se consta en otra verificación.
Al momento, la OMS no ha aprobado ninguna vacuna para niños menores de 12 años; sin embargo, aclaró que “los países son autónomos de definir y decidir su estrategia de vacunación tomando como base las recomendaciones de su autoridad regulatoria”.
Por ejemplo, de acuerdo a la página oficial del Gobierno de Argentina, la vacuna de Sinopharm se administra en niños de 3 a 11 años. El 1 de octubre, el Ministerio de Salud anunció que la Administración Nacional de Alimentos, Medicamentos y Tecnología Médica (Anmat) —encargada de controlar y fiscalizar el contenido de las publicidades de medicamentos— autorizó el uso de emergencia de esta vacuna en este grupo etario.
El 4 de octubre, la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) emitió un comunicado en el reiteró su apoyo a la vacunación en este grupo. Esto tras sostener una reunión con las autoridades sanitarias argentinas.
“Se ha explicitado claramente la trayectoria del trabajo que viene realizando la Anmat desde hace aproximadamente 60 días, en colaboración permanente con otras agencias regulatorias, y que habida cuenta de los resultados observados, hasta el momento, en relación a la seguridad e inmunogenicidad de Sinopharm en este grupo etario de 3 a 11 años, han permitido la autorización para su uso de emergencia en las condiciones epidemiológicas de la pandemia COVID-19″, agregó.
Además, en la página gubernamental se puede revisar información sobre la composición, efectos secundarios y otros de la Sinopharm, como de otras vacunas que se administran en el país.
Finalmente, Médicos por la Verdad de Argentina, quien aparece como autor del gráfico, es una asociación que difunde desinformación sobre la actual pandemia y las vacunas, como lo ha constatado Chequeado en varias verificaciones.
“Cada componente de una vacuna cumple una finalidad específica, y cada ingrediente se somete a diversas pruebas durante el proceso de fabricación”, sostiene la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su comunicado titulado “¿Cómo se desarrollan las vacunas?”.
La entidad señala que las vacunas contienen:
Antígeno | Es un componente activo que genera una respuesta inmunitaria, o las instrucciones para producir ese componente activo”. Puede ser una proteína, virus inactivado u otro. |
Conservantes | Impiden que la vacuna “se contamine cuando se abre un vial”. Algunas no tienen conservantes ya que “se almacenan en viales monodosis y se desechan tras su administración”. El conservante más comúnmente utilizado es el 2-phenoxyethanol |
Estabilizantes | Evita la producción de “reacciones químicas” en las vacunas y la adherencia de los componentes de las inyecciones con el vial. Pueden ser azúcares (lactosa, sacarosa), aminoácidos (glicina), gelatina y proteínas (albúmina humana recombinante, derivada de levaduras). |
Sustancias tensioactivas | Mantienen “mezclados” todos los ingredientes de las vacunas. |
Sustancias residuales | Son cantidades ínfimas de “diversas sustancias utilizadas durante la fabricación o producción de la vacuna, que no son ingredientes activos en la vacuna final”. Estas varían en función del proceso de fabricación utilizado y pueden incluir proteínas de huevo, levaduras o antibióticos. |
Diluyente | Es un líquido empleado para “diluir una vacuna en la concentración correcta, inmediatamente antes de su uso”. El “agua esterilizada” es aquel que se usa más. |
Coadyuvante | Este “mejora la respuesta inmunitaria a la vacuna” y puede ser una ínfima cantidad de sales de aluminio (por ejemplo, fosfato de aluminio, hidróxido de aluminio o alumbre potásico), el cual se ha demostrado que no genera problemas de salud. |
La información sobre los componentes, así como otras características de las vacunas que se administran contra una determinada enfermedad, se pueden encontrar en las páginas gubernamentales de salud de cada país. Estos detalles están disponibles para el público. Por ello, calificamos lo que se dice en el gráfico como falso.
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