En redes sociales continúa circulando desinformación en torno al uso de las mascarillas en plena coyuntura de la COVID-19. En esta ocasión, varias publicaciones indican que el Gobierno de Canadá ha retirado el uso de los cubrebocas por considerarlos “cancerígenos”.
“Canadá retira tapabocas por ser cancerígenos. Al tener componentes como el amianto y grafeno con una toxicidad altísima, entre otros, que al ser inhalados pueden causar graves daños pulmonares y enfermedades autoinmunes”, dice el post. Sin embargo, esta información es engañosa.
Según un post, Canadá retira las mascarillas por ser cancerígenas. Foto: captura en Facebook.
Realizamos una búsqueda en Google sobre esta supuesta noticia y hallamos un comunicado del 2 de abril de Health Canada, la institución sanitaria del país, en el que se expone el retiro de mascarillas del mercado canadiense, pero solo las que fueron fabricadas con grafeno, un material constituido en su composición química exclusivamente por átomos de carbono.
Comunicado de Health Canada. Foto: captura en web de Gobierno de Canadá.
En este comunicado, la entidad explica que, tras una evaluación preliminar, se “identificó que las partículas de grafeno inhaladas tenían cierto potencial para causar toxicidad pulmonar temprana en animales”. En ese sentido, recomendó a la ciudadanía no emplear “máscaras faciales que contengan grafeno porque existe la posibilidad de que inhalen partículas de grafeno, que pueden presentar riesgos para la salud”.
Sin embargo, aclara que este efecto en las personas aún se desconoce porque se encuentra en investigación. “El riesgo para la salud de personas de cualquier edad no está claro. Variables, como la cantidad y duración de la exposición, y el tipo y características del material de grafeno utilizado, afectan el potencial de inhalar partículas y los riesgos para la salud”, detalla.
También, manifiesta que, aunque aún no finaliza esta indagación científica sobre los posibles daños que podría ocasionar este tipo de mascarillas, ha decidido por un “enfoque de precaución” retirarlas del mercado mientras se continúa recopilando y evaluando información.
Información sobre medidas de prevención de COVID-19. Foto: captura en web de Gobierno de Canadá.
Por otro lado, como lo señala en su sitio oficial, Health Canada reconoce que el uso de los tapabocas es una de las medidas importantes para frenar el brote de coronavirus y protegerse de las nuevas variantes. Asimismo, expone que “usar una mascarilla por sí solo no evitará la propagación de COVID-19”, por lo que se debe continuar frecuentemente “con las prácticas preventivas personales”.
En caso de niños, indica que los menores de 2 años no deben usarlas, mientras los que tienen entre 2 y 5 años sí pueden siempre y cuando sean supervisados. También, indica que los niños mayores de 5 años deben emplear los cubrebocas “en situaciones o entornos en los que se recomiende”.
Al hacer una búsqueda sobre la relación del grafeno y el cáncer, encontramos una publicación de la facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid en la que se reconoce que este material se puede usar en “tratamientos anticancerígenos o diagnóstico temprano de cáncer”.
Incluso, un estudio, alojado en el Centro Nacional para la Información Biotecnológica (NCBI), concluye que el grafeno es “uno de los agentes teranósticos de próxima generación más prometedores” para tratar el cáncer. Sin embargo, aseguró que “se necesitan más estudios para la traducción clínica del grafeno en el contexto” de esta enfermedad o conjunto de enfermedades.
La publicación no precisa por qué las mascarillas pueden ocasionar cáncer, pero en Verificador hemos desmentido a través de distintos artículos (1, 2 y 3) que su uso no provoca cáncer. Por ejemplo, varios bulos relacionaron el efecto cancerígeno con las supuestas consecuencias del empleo de los cubrebocas: deficiencia de oxígeno, retención de dióxido de carbono (CO2) y acidez en el cuerpo o acidemia generado por la acumulación de CO2.
No obstante, Antonio Tokumoto, neumólogo y expresidente de la Sociedad Peruana de Neumología, afirmó que los tapabocas no presentan problemas de retención de gases como el oxígeno y dióxido de carbono porque su material permite el libre tránsito de estos.
Del mismo modo, el infectólogo Augusto Tarazona, presidente del Comité de Salud Pública del Colegio Médico del Perú (CMP), sostuvo que estos gases atraviesan sin ningún inconveniente las mascarillas. “Si no saliera [el dióxido de carbono], si se acumulara, no duraríamos ni media hora porque la toxicidad por CO2 es importante”, puntualizó.
Además, Juan Carlos Samamé, oncólogo médico y director de la plataforma educativa Aprendiendo sobre el cáncer, negó que una “deficiencia del oxígeno” sea una causa del cáncer. Así también, dijo: “No hay ninguna demostración de que la acidez o acidemia del cuerpo genere cáncer”.
El oncólogo refirió que la falta de oxígeno sí puede provocar una acidemia en el cuerpo por la acumulación de CO2 en la sangre. Sin embargo, aclaró que esto no ocurre por el uso de mascarillas.
El Gobierno de Canadá solo ha impedido el uso de mascarillas que contienen grafeno. El motivo no es por un efecto cancerígeno, sino porque en una “evaluación preliminar” detectaron que estas resultan tóxicas en animales.
Aunque no está comprobado que estas dañarían a las personas, el Gobierno canadiense decidió retirarlas del mercado como una medida preventiva hasta que la investigación sobre este tipo de cubrebocas termine. Por ello, calificamos el post como engañoso.
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