La desinformación sobre las vacunas contra la COVID-19 continúan en las redes sociales. A través de un video viral, una mujer, quien no se identifica, asegura que la Comisión Europea —un órgano de la Unión Europea (UE)— ha admitido que estas inyecciones, al cual llama “pinchos”, provocan la muerte.
“(...) Al final, teníamos toda la razón, los pinchos matan, que lo sepáis, matan y enferman. Al final, la Comisión Europea ha aceptado que sí, que matan”, se le oye decir en la secuencia, que circula desde el 1 de octubre con más de 1.000 reacciones y 7.000 reproducciones en TikTok y Facebook.
Al parecer, ella sustenta su afirmación en la exposición de un presunto cardiólogo, llamado Sergio Mejía, cuya intervención es parte del clip en cuestión y aparece luego de la presentación de la mujer. Ahí, él también asegura que la Comisión Europea ya validó “oficialmente” la existencia de “efectos secundarios muy severos”, como la muerte, miocarditis y pericarditis, de una vacuna de tipo ARNm contra la COVID-19. Mejía también afirma que el supuesto efecto mortal de la inyección ya había sido evidenciado, presuntamente, por el Sistema de notificación de eventos adversos (VAERS, por sus siglas inglés), en EE. UU.
Sin embargo, se trata de información engañosa.
Este artículo solo evalúa si en realidad ese organismo ha dado esa conclusión sobre las vacunas. No estamos verificando si las inyecciones tengan o no ese efecto.
Desinformación sobre las vacunas contra la COVID-19. Foto: captura en Facebook.
Una búsqueda en Google (aquí, aquí) sobre esa presunta aceptación no reveló ningún comunicado formal o informe periodístico que avale que, efectivamente, este órgano de la UE haya llegado a tal conclusión sobre estas inyecciones.
Al contrario, hasta el cierre de esta nota, la Comisión Europea continúa respaldando los beneficios de estas vacunas y el acceso de los países a estas, mediante su página web oficial. Señala que la inmunización, promovida de forma eficaz y amplia con las vacunas contra la COVID-19, ha sido “la mejor estrategia para superar la pandemia”.
Cita la evidencia del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades para indicar que las inyecciones permitidas en la UE demostraron una alta protección (más del 80%) “contra la hospitalización, las enfermedades graves y la muerte” en la población general.
También, sostiene que, hasta el momento, se ha concedido ocho “autorizaciones condicionales de comercialización de las vacunas desarrolladas por BioNTech y Pfizer, Moderna, AstraZeneca, Janssen Pharmaceutica NV, Novavax, Valneva, Sanofi y GSK e HIPRA”. Enfatiza que sus permisos fueron otorgados por la “la evaluación positiva” que emite la Agencia Europea de Medicamentos (EMA).
Por su parte, la EMA también avala la seguridad de estas inyecciones en su sitio oficial: “Las vacunas contra el COVID-19 continúan protegiendo a las personas de enfermedades graves y de la muerte causadas por la infección por SARS-CoV-2”.
Esta agencia clasifica de esta forma a los efectos secundarios sospechosos de estas vacunas: comunes (dolor de cabeza, fiebre, etc.) y particulares (anafilaxia, miocarditis, pericarditis, etc.). En ningún momento consigna a la muerte como algún tipo de efecto de la aplicación de la vacunación, como se afirmó en el video viral.
Para una verificación anterior, Ericka Castillo, PhD en Ciencias Médicas y fundadora de Cienciagenerika, explicó que cualquier tratamiento, medicamento, incluido la vacuna, puede provocar efectos secundarios, que están más asociados a la reacción del cuerpo de una persona, dado que no todos lo experimentan. Aclaró que, para aprobar una vacuna, uno de los criterios es que los efectos o el riesgo que puedan producir “no sean mayores que al de la (propia) enfermedad”.
A través de su sitio web, el propio VAERS, gestionado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), en Estados Unidos, es claro en indicar que se encarga de recopilar “cualquier evento adverso posterior a la vacunación, ya sea coincidente o realmente causado por una vacuna”. Por ello, precisa que su informe “no es documentación de que una vacuna haya causado el evento”. Es decir, esta plataforma no es una prueba de que el efecto informado haya sido provocado por alguna inyección.
Ahora, la Comisión Europea utiliza su propia plataforma de seguimiento llamada EudraVigilance, la cual es gestionada por la EMA. Al igual que el VAERS, esta página precisa que la información que contienen es sobre “presuntos efectos secundarios” de medicamentos (que incluye a la vacuna) y que las reacciones reportadas no están relacionadas, necesariamente, “con el medicamento o producidos por él”. Enfatiza que “solo una evaluación detallada y una valoración científica de todos los datos disponibles" pueden concluir si realmente tal evento reportado fue generado o no por el uso de ese tratamiento.
Base de datos de presuntas reacciones adversas. Foto: captura / web EudraVigilance
El archivo más antiguo sobre la exposición de Sergio Mejía fue hallado en la cuenta de Instagram llamada “Dr Sergio Mejía Viana”. Fue difundido el 27 de septiembre de 2023. Mejía respalda su afirmación sobre la supuesta validación de los efectos severos de la Comisión en una versión de Luis María Pardo, quien se identifica como un profesional del Derecho.
El 26 de septiembre, Pardo escribió lo siguiente en su perfil: “La Comisión Europea reconoce los casos mortales de las miocarditis y pericarditis de las vacunas del COVID-19”. Coloca un enlace de un documento que, supuestamente, comprueba por primera vez una “relación de causalidad de los fallecimientos”.
Dicho link de Pardo remite hacia una plataforma informativa de la Comisión sobre la vacuna Comirnaty, de Pfizer & BioNTech. Dicha web contiene varios reportes registrados. La más antigua data del 21 de diciembre de 2020 y la última, del 1 de septiembre de 2023. Verificador revisó los informes de esta última fecha y encontró que en un documento se indica a la “miocarditis y pericarditis” como efectos adversos “muy raros” de esta vacuna.
También se explica que “existe un mayor riesgo de miocarditis y pericarditis” tras la aplicación de esta inyección. “Algunos casos requirieron soporte de cuidados intensivos y se han observado casos mortales”, se anuncia. Sin embargo, precisa que “la mayoría de los casos se recuperan”. Es decir, no dice que al inmunizarse con esta vacuna, necesariamente, las personas contraerán estas condiciones y morirán. Tampoco atribuye como causante de las muertes directamente a la vacuna.
La plataforma también dirige a la web de la EMA, en la que esta institución respalda la aplicación de la vacuna Comirnaty en la prevención de la COVID-19 en personas desde los 6 meses de edad. En este apartado también se puede ver toda la información sobre esta inyección, como por ejemplo los efectos secundarios que pueden experimentar las personas vacunadas, sus estudios de eficacia, etc. En ninguna parte aparece la muerte como una reacción consignada.
La Comisión Europea no ha aceptado que las vacunas contra la COVID-19 causan la muerte de las personas: no existe, hasta el momento, un registro oficial que asegure esa versión. El órgano de la UE continúa respaldando la protección que ofrecen para prevenir la enfermedad. No obstante, sí ha reportado casos mortales de personas vacunadas, pero no ha concluido que alguna inyección haya provocado, directamente, tal efecto. Por ello, calificamos el post como engañoso.
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