"Odio los lunes". En una sala de cine del 2004, cientos de niños vieron por primera vez al gato con botas, con la voz de Antonio Banderas, quien se robó las risas en el ya clásico "Shrek 2". Una de las escenas mostraba al peludo personaje con el gesto derrotado, pronunciando esta frase contra este día —en un sutil homenaje a Garfield—, luego de tomarse un vasito de leche como si fuera un shot de tequila.
Muchos años después, persiste la creencia popular de que los gatos y la leche siempre van de la mano. Pero ¿qué tan cierto es este mito? ¿Es realmente saludable dar leche de vaca a nuestros mininos? Aquí te lo explicamos a detalle.
Los gatos y la leche: ¿saludable o no? Foto: Dreamworks/AFP/Mychele Daniau
Pese a que podría parecer totalmente inofensiva, la leche de vaca no forma parte de la nutrición de un gato, y puede ser negativa para su organismo. En comunicación con Verificador de La República, la médica veterinaria Rosalyn Hurtado precisó que "la mayoría de gatos son intolerantes a la lactosa". Según explicó, esto se debe a que "disminuyen la producción de lactasa después del destete", de modo que su consumo "podría causarles problemas de salud".
Por su parte, el ingeniero zootecnista y maestrando en Nutrición Animal, Jesús Pisco, apuntó a este medio que no recomienda dar leche a los gatos. Tal como indicó, los gatos son de naturaleza carnívora, es decir, necesitan comer carne. Por ello, su dieta requiere nutrientes esenciales para su salud que se encuentran solo en alimentos de origen animal. "Por ejemplo, la taurina (un tipo de aminoácido), ácido araquidónico (un tipo de ácido graso), vitamina A, entre otros", sostuvo.
Ambos especialistas coincidieron en que dar leche a los gatos puede traer efectos negativos en los mininos, tales como problemas digestivos, náuseas, vómitos, indigestión, gases, diarrea e incluso alergias.
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La veterinaria Rosalyn Hurtado añadió que la leche de vaca "no proporcionará una nutrición adecuada para el gato a comparación de alimentos balanceados". En consecuencia, advirtió que esta bebida no debe sustituir la dieta balanceada de nuestros felinos.
Para el zootecnista Jesús Pisco, además, la leche "puede ser descartada por completo y al gato no le va a pasar absolutamente nada malo". Al contrario, prescindir de esta bebida "va a ayudar a la recomposición de la microbiota intestinal". No obstante, las consecuencias van a depender, según el especialista, de la cantidad de leche que beba el gato, la frecuencia del consumo y qué otra alimentación recibe el felino.
"Si a un gatito le siguieron ofreciendo leche después del destete como un premio o snack y llegó a tolerarla adecuadamente, se le podría dar eventualmente para contribuir en su hidratación", agrega Hurtado. "Aunque la recomendación es que sea deslactosada", puntualizó la veterinaria.
La leche de vaca no cuenta con los nutrientes que necesita un gatito en crecimiento. Foto: Ezzio Ramos
Otro error frecuente consiste en dar leche de vaca a gatitos en etapa de lactancia. Según Jesús Pisco, "la leche de vaca y la leche de gata son abismalmente diferentes en los nutrientes que contienen". La leche de vaca, indica el zootecnista, tiene mucha lactosa —lo que puede provocarle gases— y muy poca proteína para lo que necesita el gatito. Asimismo, "no tiene los niveles de taurina y ácido araquidónico, o sea, nutrientes que son vitales para el gato".
Si bien algunos gatos crecen "saludables" con leche de vaca, apunta Pisco, "en verdad no están bien nutridos", y las consecuencias de ello "se ven de mediano a largo plazo". "Es tal cual alimentar a un carnívoro (el gato) como si alimentaras a un herbívoro, que es la vaca", precisa.
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