En este artículo, estamos verificando si presentar la inmunoglobulina G (IgG) muy alta es una razón para dejar de usar la mascarilla en el contexto de la pandemia de la COVID-19. Esto a raíz de las declaraciones de Rafael López, candidato presidencial de Renovación Popular, a Infórmate Piura, cuando un periodista le preguntó por qué no empleaba el cubrebocas.
“No uso mascarilla porque ya tengo 90 días de la COVID-19. Me he curado de la COVID-19. Tengo un antiviral que se llama IgG (el cual es) altísimo”, respondió.
Ante una consulta de Verificador de La República, Rafael López precisó que no emplea el cubrebocas porque tiene la inmunoglobulina G muy elevada. El candidato no entró en detalles, solo dijo lo siguiente: “Yo tuve COVID-19. Tengo el IgG —una respuesta— que es un antígeno. Es una respuesta ante el virus. Tengo el IgG muy alto. Lo mido cada 15 días”. No obstante, agregó que ya se encontraba usando la mascarilla porque las demás personas la usan.
En comunicación con este medio, Augusto Tarazona, médico infectólogo y presidente del Comité de Salud Pública del Colegio Médico del Perú (CMP), declaró que no existe razón para no usar la mascarilla, en el actual contexto de la pandemia.
Explicó que el empleo de los cubrebocas impide que el nuevo coronavirus se expanda a otras personas. Precisó que tiene un uso individual (protección personal) y posee uso de salud pública para proteger a la población, por lo tanto, su utilización es imprescindible.
“Así la persona haya tenido la enfermedad o se haya vacunado (inmunizado) tiene que seguir usando la mascarilla porque el virus siempre llegará a la cara, nariz, boca (y ojos). Si está inmunizado igual puede transmitir el virus”, detalló. Resaltó que aunque las personas estén vacunadas y no desarrollen la enfermedad, el virus de la COVID-19 puede estar en alguna parte del rostro y puede contagiar.
De acuerdo al portal web Cuidate Plus, las inmunoglobulinas M (IgM) o G (IgG) son los anticuerpos detectados en casos de infecciones por el nuevo coronavirus. “Cuando entra el SARS-CoV-2, a la semana más o menos, el cuerpo empieza a defenderse y genera inmunoglobulinas. En un primer momento genera IgM y luego IgG”, explicó Tarazona.
Según el médico infectólogo del CMP, el IgG brinda un cierto nivel de protección a las personas, pero esos anticuerpos se terminan en dos o tres meses y el organismo vuelve a exponerse al SARS-CoV-2. “La vacuna es la que genera la inmunidad más larga”, precisó.
“Si tienes una detección de la IgG —sea alto o bajo— significa que tu organismo ha tenido una respuesta contra el virus (de la COVID-19), pero que no te dice más. No te dice que es una gran respuesta o respuesta baja. Tampoco te dice que no te vas a enfermar”, sostuvo.
Asimismo, Tarazona dijo que si el IgG está alto o bajo dependerá de distintos factores. Si se mide el IgG después de 15 días de enfermedad probablemente tenga un nivel alto, pero si es luego de tres meses el IgG estará presente pero en niveles bajos. Sin embargo, puntualizó: “El que esté alto o bajo no significa mayor o menor protección. No tiene ninguna correlación”.
Del mismo modo, Manuel Espinoza, médico infectólogo del Instituto Nacional de Salud (INS), un organismo del Ministerio de Salud (Minsa), recomendó que todos debemos continuar usando mascarillas como parte de las medidas de prevención y control de infecciones para disminuir el riesgo de infectarnos o de contagiar a otras personas.
“Si bien al tener COVID-19 desarrollamos anticuerpos y se reducen enormemente las posibilidades de enfermarnos nuevamente de COVID-19, igual podemos contagiar, por eso se pide usar mascarillas aun después de haber tenido COVID-19”, explicó
Detalló que en una persona infectada gran parte de sus secreciones respiratorias quedarán atrapados dentro de la mascarilla disminuyendo el riesgo de contagiar a otras personas. Por otro lado, explicó: “Las gotas de saliva que expulsan otras personas (que están contagiadas) al hablar, gritar, cantar, estornudar o toser rebotarán en la superficie de las mascarillas y pueden evitar el contacto con mi boca y mi nariz, reduciendo el riesgo de contagiarme”.
Así también, Espinoza declaró que, hasta el momento, se sabe que la aparición de estos anticuerpos (G) indica que nos infectamos hace más de dos semanas y que posiblemente ya no estemos contagiando. “Sabemos muy poco aún sobre la capacidad de estos anticuerpos de protegernos contra nuevas infecciones. El valor alto posiblemente se relacione a una infección más o menos reciente, cuatro o cinco semanas, pero aún no es posible establecer esta relación”, precisó.
Además, el médico infectólogo del INS recalcó que una concentración de un IgG muy alto solo puede indicar que hubo contacto con el SARS-CoV-2 —especialmente si la persona no manifiesta molestias actuales o no refiere antecedente de enfermedad—. Comentó que existen médicos que consideran que la persona ya es inmune (al tener IgG), sin embargo, resaltó que esto no puede afirmarse hasta conocer más sobre la enfermedad.
El Minsa, mediante su página oficial, establece la obligatoriedad del uso de la mascarilla, como parte de las medidas de prevención de contraer el nuevo coronavirus, cuando la persona sale de casa, atiene a alguien bajo sospecha de infección por COVID-19 o presenta algunos síntomas asociadas a la enfermedad.
Asimismo, establece distintas pautas preventivas como:
Lavarse frecuentemente las manos (hasta el antebrazo) con agua y jabón por un mínimo de 20 segundos. También se puede usar un gel antibacterial. |
Cubrirse la boca y nariz con un pañuelo desechable o con el antebrazo al estornudar. Nunca hacerlo con las manos directamente. |
No tocarse los ojos, nariz o boca si es que no se lavó las manos primero. |
Evite el contacto directo con personas que muestren síntomas como los del resfrío o gripe. Recuerde mantener un metro de distancia promedio. |
Cuando utilice papel higiénico o pañuelos descartables, asegúrese de botarlos en el basurero y lavarte las manos luego. |
Use mascarillas quirúrgicas solo si debes atender a alguien bajo sospecha de infección, tienes tos o estornudos o necesitas salir de casa. |
Por otro lado, según el sitio oficial de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las mascarillas deben utilizarse como parte de una estrategia integral de medidas para suprimir la transmisión y salvar vidas. Además, señala que no solo el empleo de los cubrebocas ofrece protección contra la COVID-19, sino adoptando otras precauciones como el distanciamiento físico, evitando las aglomeraciones, entre otras.
La OMS presenta algunos criterios en cuanto al empleo de cubrebocas en niños de entre seis y once años de edad, pero no contempla el uso obligatorio de mascarilla en niños de hasta cinco años.
Es falso que un alto IgG sea razón para dejar de usar la mascarilla. El uso de los cubrebocas forma parte de las estrategias para reducir la transmisión del nuevo coronavirus. Además, tener la inmunoglobulina G muy elevada no te ofrece una protección permanente, tampoco evita que puedas contagiar a otras personas.
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