Es falso que una enfermera de Tennessee contrajo parálisis de Bell por la vacuna de la COVID-19

Es falso que una enfermera de Tennessee contrajo parálisis de Bell por la vacuna de la COVID-19

Una mujer afirma que es enfermera en Tennessee, Estados Unidos, y que tiene parálisis facial a causa de una vacuna. Pero, no existen pruebas.

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En un vídeo, una mujer asegura que se llama Khalilah Mitchell y que es enfermera registrada en Nashville, Tennessee, Estados Unidos. Además, afirma que tiene parálisis de Bell tras recibir la vacuna contra la COVID-19. Esta publicación contiene más 1.100 comentarios y 9.100 compartidos en Facebook.

“Después de la inyección, me sentí bien, pero a los tres días fui al médico porque tenía problemas en la cara (...) Tengo parálisis de Bell y, como puedes ver, no puedo sonreír. Solo quiero que todo el mundo sepa que esto es la peor cosa (…) No tomen esta vacuna”, advierte.

Sin embargo, esto es falso porque no existen pruebas de que una enfermera de nombre Khalilah Mitchell haya desarrollado parálisis de Bell a causa de alguna vacuna en Tennessee.

Una mujer dice que es enfermera de Tennessee y que contrajo parálisis de Bell por la vacuna de la COVID-19. Foto: captura en Facebook.

Una mujer dice que es enfermera de Tennessee y que contrajo parálisis de Bell por la vacuna de la COVID-19. Foto: captura en Facebook.

¿Una supuesta enfermera llamada Khalilah Mitchell contrajo parálisis facial por la vacuna de la COVID-19?

Mediante una búsqueda en Google, encontramos que la publicación más antigua del vídeo corresponde al 25 de diciembre de 2020 en Facebook. Pero, según la web de verificación Lead Stories, el viral circulaba desde el 21 de diciembre en las redes sociales en versiones como griego, francés, italiano e indio, aunque algunas se eliminaron.

Actualmente, el país norteamericano se encuentra aplicando dos vacunas aprobadas de emergencia por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE.UU. (FDA, por sus siglas en inglés). Se tratan de las vacunas de los laboratorios Pfizer-BioNTech y Moderna, cuyas autorizaciones se conocieron mediante los comunicados de la FDA dados el 11 y 18 de diciembre del año 2020, respectivamente.

De acuerdo a Associated Press (AP), en Tennessee, la vacunación se centra en los trabajadores de la salud, incluidos los proveedores de hospitalización, los socorristas y los miembros del personal y los residentes de centros de atención a largo plazo. La vacuna se ofrece a través de empleadores, departamentos de salud u hospitales y casi 80.000 fueron vacunados hasta el 29 de diciembre.

No tenemos ningún registro de nadie con ese nombre en nuestro sistema de licencias profesionales de la salud”, dijo Shelley Walker, directora de la Oficina de Comunicación y Relaciones con los Medios del Departamento de Salud de Tennessee, a Politifact. Asimismo, esta institución confirmó en entrevista con Maldita y AP que no existe ninguna enfermera llamada de esa forma en el estado.

También, la Junta de Enfermería de Tennessee aseguró a Lead Stories que no hay ninguna profesional de la salud con ese nombre. Además, según esta web de verificación, no se encontró ninguna enfermera titulada llamada Khalilah Mitchell en las bases de datos en línea en otros 49 estados y en el distrito de Columbia.

¿Las vacunas contra la COVID-19 causan parálisis de Bell?

La mujer no especifica qué día supuestamente recibió la vacuna, tampoco precisa qué vacuna le administraron. Por lo tanto, se deduce que tal vez se refiera a las vacunas de Pfizer o Moderna, que fueron aprobadas por la FDA y que se aplican en los EE. UU. desde el mes de diciembre del año 2020.

En un artículo anterior de Verificador de La República, explicamos que, mediante el documento publicado el 10 de diciembre de 2020, los investigadores de Pfizer mostraron la lista de efectos secundarios asociados a la inoculación de la vacuna. Entre los más comunes y leves están el dolor y enrojecimiento en la zona de inyección, pero además, está la fatiga, dolor de cabeza, fiebre, náuseas, diarrea, entre otros.

También, se indicó que, entre los menos comunes, estaban la adenopatía, la enfermedad en la que los ganglios se inflaman, y la parálisis de Bell (o parálisis facial), la cual es un trastorno del nervio facial que controla el movimiento de los músculos de la cara.

Esta afección se reportó en cuatro voluntarios que pertenecían al grupo de vacunación. Los casos ocurrieron en los días 3, 9, 37 y 48 luego de la inoculación de la vacuna. Dado el bajo porcentaje de personas afectadas (menos del 0,05%), la FDA afirmó: “No hay bases claras para concluir una relación causal (entre la parálisis de Bell y la vacuna de Pfizer) en este momento”. Pero, recomendó la supervisión de estos casos cuando se aplique en la población en general.

En esa misma línea, el doctor Jason D. Hinman, profesor asistente de neurología en la Escuela de Medicina David Geffen de la Universidad de California, señaló lo siguiente en un artículo de Health: “La incidencia normal de parálisis de Bell es de aproximadamente 20 personas de cada 100.000. El estudio de Pfizer examinó a (más de) 38.000 pacientes, por lo que cuatro casos estarían dentro de la incidencia normal observada de parálisis de Bell”.

También, Federico Martinón-Torres, director de Pediatría Traslacional y Enfermedades Infecciosas en el Hospital Clínico Universitario de Santiago, España, dijo que solo es una asociación temporal entre el desarrollo de la parálisis facial y la aplicación de la vacuna. “La frecuencia es la misma que la esperada en la población general, no podemos achacarlo a la vacuna. Se vigilará”, resaltó el también miembro del comité asesor de vacunas de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Además, portavoces de Pfizer informaron para un artículo de Newtral, publicado el 31 de diciembre, que “la frecuencia observada de parálisis de Bell en el grupo de participantes que recibieron la vacuna en los ensayos clínicos corresponde con el índice de antecedentes esperado en la población general”. Asimismo, sostuvieron que “no hay una base clara sobre la que concluir una relación causal en este momento” y añadió que, junto con la FDA, seguirán monitoreando los casos de este trastorno luego de la distribución de la vacuna en poblaciones más grandes.

Por otro lado, como lo señaló Lead Stories, la FDA indicó, a través de un informe del 17 de diciembre, que durante los ensayos de la vacuna Moderna también hubo cuatro participantes del estudio que desarrollaron la parálisis de Bell. Explicó que a tres personas se les administró la vacuna y a uno se le había dado el placebo. Las tres personas que desarrollaron parálisis de Bell después de recibir la vacuna no mostraron síntomas de parálisis de Bell hasta semanas después de la segunda dosis.

La FDA detalla que, en el caso del receptor del placebo, ocurrió 17 días después de la dosis 1; pero en los receptores de la vacuna, sucedió 22, 28 y 32 días después de la dosis 2. No obstante, afirma que la tasa observada es consistente con la tasa de antecedentes en la población general y que, hasta esa fecha, no hay una base clara sobre la cual concluir una relación causal (entre la vacuna de Moderna y la parálisis facial).

Así también, la parálisis de Bell es un trastorno asociado a la inflamación del nervio que controla el movimiento de los músculos de la cara, como lo señala el portal de salud Medlineplus de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos. Pero, señala que la causa a menudo de tal hinchazón no es clara.

“Un tipo de infección por herpes llamada herpes zóster podría estar relacionada. Otras afecciones que pueden causar la parálisis de Bell abarcan: infección por VIH/sida, enfermedad de Lyme, infección del oído medio, sarcoidosis (una inflamación de los nódulos linfáticos, pulmones, hígado, oídos, piel u otros tejidos). Tener diabetes y estar embarazada puede aumentar el riesgo de padecer parálisis de Bell”, dice.

Finalmente, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) indican que la vacunación ayudará a proteger a las personas de contraer la COVID-19, pero, a su vez, advierte que es posible que las personas experimenten efectos secundarios, los cuales son signos normales de que su organismo está generando protección. No obstante, dijo que los efectos secundarios pueden afectar la capacidad de realizar sus actividades diarias, pero deberían desaparecer al cabo de pocos días.

Conclusión

No existe registro de la existencia de una enfermera llamada Khalilah Mitchell en Tennessee, Estados Unidos. Tampoco hay evidencia de que recibió alguna vacuna contra la COVID-19 y que contrajo parálisis de Bell. Según expertos, no hay una relación causal entre la administración de las vacunas y el trastorno. Por lo tanto, calificamos el contenido del vídeo como falso.

*En caso desee saber si una publicación en las redes sociales es cierta o falsa, puede pedir a La República que compruebe la información. Envíe su solicitud al apartado Contacto o escríbanos a nuestro WhatsApp (+51 997 883 271).

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