En redes sociales se popularizó una imagen que muestra una “comparación” entre las vacunas y la ivermectina. Este material fue compartido por Rafael Rey, conductor de un programa televisivo de Willax.
El gráfico también reprodujo parte de la desinformación que ha circulado durante los últimos meses sobre la ivermectina. En Verificador, hemos desmentido que este medicamento es “efectivo para prevenir” la COVID-19 y que no hay pruebas de que su consumo derrotó al coronavirus en Ica y Loreto.
ivermectina, falso
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En principio, el cuadro comparó dos productos médicos diferentes. “No se puede comparar ninguna de esas cosas. Hablamos de fármacos y vacunas que son distintos en varios aspectos”, aseveró el infectólogo Leslie Soto a Verificador.
Efectivamente, la ivermectina es un fármaco usado para tratar las infecciones parasitarias, de acuerdo con información de la Biblioteca Nacional de Medicina de los EE. UU., mientras que las vacunas son preparaciones destinadas a reforzar el sistema inmunológico y prevenir enfermedades graves.
Además, actualmente, se están desarrollando 214 posibles vacunas para prevenir el contagio por la COVID-19, de acuerdo a un documento de la OMS. Sin embargo, en la imagen difundida lo presentan como si solo se tratase de una, presumiblemente la de Pfizer, puesto que hacen referencia a la cadena de frío que esta requiere.
Asimismo, los procesos de investigación que han seguido cada uno de estos productos médicos difieren entre sí. Augusto Tarazona, presidente del Comité de Salud Pública del Colegio Médico del Perú (CMP), explicó a este medio que la ivermectina está siendo estudiada para comprobar su efectividad como inhibidor del virus en la primera fase de la infección; sin embargo, su acción como preventivo ya ha sido descartada así como sus posibles beneficios en las fases severas.
Incluso, en el programa en vivo se citaron algunas investigaciones que se están llevando a cabo, como un ensayo en Egipto y uno en Argentina. Sin embargo, ninguno de los dos han hecho públicos sus resultados en una revista científica, por lo que no se sometieron a la revisión por pares y, por lo tanto, no se puede asegurar su fiabilidad.
Además, una revisión de 23 ensayos enlistados por EsSalud arrojó que 6 aún no han iniciado la etapa de reclutamiento de voluntarios, 11 se encuentran reclutando actualmente y 6 ya han sido completados.
De estos últimos, solo el 50% ha publicado sus resultados. El primero de ellos es un ensayo realizado en España y aplicado a 24 personas. El segundo es el que se hizo en Egipto y contó con la participación de 304 voluntarios. El último se hizo en Irak y se aplicó a 16 personas. No obstante, el estudio realizado en Irak fue publicado como preprint en el repositorio MedRxiv, y los resultados del ensayo español solo muestran los datos, mas no las conclusiones a las que se llegaron.
Adicionalmente, Tarazona precisó que las vacunas han pasado por fases de investigación exhaustivas y han llegado a la tercera fase en la que se comprueba la eficacia y seguridad, aspectos que no han sido estudiados de igual manera con la ivermectina en la COVID-19. “Nada de estos estudios ni de fase uno, dos o tres se ha llevado a cabo con la ivermectina como preventivo”, detalla.
De acuerdo con la OMS, 11 ensayos clínicos de las vacunas candidatas para la COVID-19 se encuentran en fase 3. Actualmente, la aplicación de la vacuna elaborada por Pfizer y BioNTech ha sido aprobada de emergencia en Reino Unido, Estados Unidos y Chile. De igual manera, la vacuna Sputnik V elaborada por el Instituto Gamaleya ha sido aprobada para su inoculación en Rusia.
Finalmente, los profesionales de la salud coinciden en que la información presentada no muestra ninguna fuente científica que lo respalde. “El Colegio Médico del Perú alerta a la comunidad sobre la falsedad de este tipo de comparaciones e información carente de evidencia científica”, advirtió el CMP en sus redes sociales.
En el gráfico se afirma que este medicamento “protege” contra el SARS-CoV-2 por 20 días y que “evita la transmisión luego de ser usado”. Sin embargo, la acción antiviral de la ivermectina aún se está estudiando y se ha rechazado su acción “protectora”.
Como señalamos anteriormente, se están realizando estudios para comprobar la eficacia de la ivermectina en casos leves. Por lo que, la información que se conoce hasta el momento no es concluyente.
Además, en cuanto a los supuestos 20 días de protección, el médico infectólogo Leslie Soto precisó que no hay información científica que respalde dicha afirmación. El especialista agregó que esa cifra se extrajo tras aplicar la ivermectina a personas afectadas por la oncocercosis o ceguera de los ríos (una enfermedad causada por un parásito común en África) y descubrir que a los 28 días aún habían rastros del fármaco en la sangre.
“Entonces con ese pensamiento, sin decir qué relación hay, alguien dijo que se le puede dar 28 días, pero es totalmente falso, no hay ninguna base para eso”, enfatizó.
Asimismo, en la publicación viral se señala que basta con una dosis de ivermectina para estar protegido. No obstante, las investigaciones realizadas hasta el momento —la mayoría en laboratorio— concluyeron que se requieren dosis superiores a las aptas en humanos para que sea efectiva. “La probabilidad de éxito de un ensayo clínico con la dosis aprobada de ivermectina es baja”, determinó un estudio farmacocinético.
Por último, el médico infectólogo Leslie Soto y la química farmacéutica Janireth Pahuara coinciden en que no se puede estandarizar una dosis para todos los pacientes. “Justamente la falta de información hace que no podamos estandarizar las cosas”, dijo Soto a Verificador.
A pesar de que en el gráfico se asegura que la ivermectina no tiene efectos secundarios, existe amplia documentación que registra los posibles eventos adversos de su consumo recurrente y sin una prescripción médica.
“Algunos de los efectos secundarios que pueden asociarse con la ivermectina incluyen sarpullido, náuseas, vómitos, diarrea, dolor de estómago, hinchazón del rostro o de las extremidades, eventos adversos neurológicos (mareos, convulsiones, confusión), baja repentina de la presión arterial, sarpullido grave que pueda requerir hospitalización y lesión hepática (hepatitis)”, señala la FDA.
Con esta información coincide la directora de la Farmacia Digemid, Janireth Pahuara, quien indicó que los efectos adversos por el uso irracional e inadecuado de la ivermectina se hallaron, sobre todo, a nivel estomacal como sangrado gástrico,náuseas y vómitos.
Además, agregó que dentro de su prescripción médica también se advierte sobre otros posibles efectos secundarios. “Sabemos que dentro de su descripción propia del producto este medicamento puede ocasionar otros efectos secundarios como somnolencia, estreñimiento, molestias en el pecho, pérdida del apetito, náuseas, etc”.
Por su parte, el médico infectólogo Leslie Soto afirmó que los efectos son mínimos e imperceptibles. “Yo uso ivermectina toda mi vida, usé para acarosis, contra parásitos y nunca he tenido un efecto secundario. A lo mucho puede doler la barriga”, manifestó. Sin embargo, resaltó que la automedicación con este fármaco sí puede traer consecuencias importantes.
Al respecto, cabe precisar que los posibles efectos secundarios anunciados por la FDA y por la Digemid comprenden todos los eventos registrados hasta el momento desde el mas leve hasta el mas grave; por lo que, no todos son recurrentes.
En el cuadro comparativo se muestra que para la “aplicación” de la ivermectina no se requiere de un profesional y que todo el público en general puede consumirla. Sin embargo, los especialistas resaltan que es importante administrar la ivermectina bajo prescripción médica.
“Hay que tener presente que el uso de la ivermectina al igual que otros medicamentos debe ser siempre utilizado bajo una prescripción médica, ya que cada paciente que utiliza este producto tiene una condición clínica distinta”, aseveró Janireth Pahuara a este medio.
La química farmacéutica de la Digemid advirtió que en personas que padecen otras enfermedades de fondo, la automedicación puede generar alteraciones al interactuar con otros medicamentos.
Asimismo, el infectólogo Soto indicó que uno de los riesgos de la automedicación es el enmascaramiento de los síntomas. “Las personas al automedicarse se confían de que está haciendo bien, entonces al final si se trata de una enfermedad grave, lo único que hará es que esta avance”.
El gráfico comparativo entre las vacunas y la ivermectina no presenta información científica que lo respalde. Además, aún no hay evidencia de que este fármaco sea efectivo contra la COVID-19 y su acción como “preventivo” ha sido descartada por los especialistas en la salud. Por lo tanto, en Verificador concluimos que el cuadro que compara la ivermectina con las vacunas contra la COVID-19 contiene información falsa.
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