Desde que estallara la crisis sanitaria a raíz de la expansión de la COVID-19, distintas personas han optado por hacer uso del dióxido de cloro (CDS o MMS) en el tratamiento de la enfermedad, pese a que es considerado como una sustancia dañina para el organismo por autoridades de salud nacionales e internacionales.
Hace algunos días circula una publicación en las redes sociales que afirma que “el Gobierno de Estados Unidos confirma la eficacia y seguridad del dióxido de cloro a través de un estudio científico”. Hasta el 27 de julio, el viral ha sido compartido más de 370 veces; no obstante, tanto la descripción del post como el texto de la foto que adjunta son falsos.
Hasta el 27 de julio, la publicación ha sido compartida más de 370 veces.
La publicación incluye la traducción del resumen de un estudio supuestamente realizado por “científicos de Estados Unidos” y que, por tanto, los resultados son avalados por su Gobierno.
La investigación a la que el viral hace referencia titula “Efficacy and Safety Evaluation of a Chlorine Dioxide Solution”. Sin embargo, esta fue realizada en 2017 por un grupo de científicos taiwaneses y sus resultados no son concluyentes.
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El estudio consistió en una serie de pruebas, dentro de las que únicamente destacan dos por evaluar la reacción de seres vivos al dióxido de cloro: una de toxicidad subcrónica y otra de irritabilidad ocular. La primera fue realizada en ratones, mientras que la segunda, en conejos.
Los científicos notaron que los roedores no presentaron señales evidentes de irritación en las cavidades oculares ni de intoxicación en sus órganos tras hacer las biopsias respectivas, por lo que concluyeron que hay “un perfil de seguridad más alto” de esta solución que en estudios anteriores. No obstante, los investigadores no afirmaron que esta sea “eficaz y segura” para el consumo humano, como sugiere la publicación viral.
El estudio solo se refiere al CDS como una sustancia “eficaz” cuando se trata de su propiedad antibacteriana, antifúngica y antiviral, en base a lo observado al ser aplicada en ambientes controlados y fuera de organismos vivos.
Un informe de la Escuela de Medicina de la Universidad Internacional de Ecuador destaca que “en general, los hallazgos en humanos han sido por exposición accidental, por ejemplo, al encontrarse en piscinas con exceso de cloración” o en el caso de inhalar concentraciones del gas.
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En la misma línea, un trabajo anterior de Verificador pudo identificar que, de al menos 16 estudios que buscaban analizar los efectos del CDS, 14 fueron realizados en una fase preclínica en pruebas in vitro, en animales y fuera de organismos vivos.
De los dos estudios restantes, solo uno se encuentra en fase clínica, es decir, sus pruebas se realizaron en humanos, y busca analizar el efecto del dióxido de cloro en pacientes COVID-19. Pero, según el químico farmacéutico Erick Cóndor, esta presenta una seria falla metodológica: no cuenta con un grupo de control.
De acuerdo con el profesional, el tener una población de pacientes infectados por el SARS-CoV-2 a los que no se les aplique el CDS como grupo de control es importante en este estudio, debido a que la OMS estipula que más del 80 % de los contagiados se recupera sin un tratamiento determinado.
Como se mencionó anteriormente, el estudio no fue realizado por el Gobierno estadounidense, sino por un grupo de científicos taiwaneses, quienes consignan su agradecimiento a la empresa Unique Biotech Co. Ltd. por brindar asistencia con la solución de dióxido de cloro.
Grupo de científicos autores de la investigación.
“Esta investigación no recibió ninguna subvención específica de agencias de financiación en los sectores público, comercial o sin fines de lucro”, añaden.
Aunque la publicación en Facebook menciona que el Gobierno estadounidense demuestra mediante este estudio que el dióxido de cloro es “seguro y eficaz”, el texto añadido en edición a la imagen viralizada señala que su supuesto aval proviene de que haya sido “publicado en el Instituto de Salud - NIH del Gobierno de los Estados Unidos”.
El enlace que añade la publicación dirige al artículo en cuestión registrado como parte del archivo PubMed Central (PMC), repositorio virtual de “literatura de revistas biomédicas y de ciencias de la vida en la Biblioteca Nacional de Medicina”, localizada en el campus de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.
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Sin embargo, el portal añade un descargo de responsabilidad en el encabezado de la página donde aparece registrada la investigación. En este, PMC aclara que “no es un editor y no publica artículos de revistas en sí” (en realidad, la investigación fue registrada originalmente por el International Journal of Environmental Research and Public Health) y que “no respalda ni recomienda ningún producto, proceso o servicio comercial”.
Del mismo modo, otras agencias e instituciones de salubridad del Gobierno estadounidense como la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades (ATDSR) alertan sobre los riesgos del dióxido de cloro para el cuerpo humano. Así, el asegurar que el CDS es una sustancia “segura y eficaz”, no corresponde a una postura gubernamental de Estados Unidos.
El estudio al que hace referencia la publicación no fue realizado en humanos. Sin una fase clínica de la investigación, no es posible determinar que el dióxido de cloro sea “seguro y eficaz”. Este estudio fue realizado por un grupo de científicos taiwaneses que no tienen ningún vínculo con el Gobierno de Estados Unidos. Por el contrario, instituciones y agencias gubernamentales del país norteamericano han advertido los riesgos que el consumo de esta sustancia puede acarrear en el organismo de las personas. Por lo tanto, calificamos este viral como falso.