
Desde el 16 de enero se ha difundido en redes sociales un video publicado por una usuaria de Facebook y Tik Tok, ubicada en España, en el que ella desliza una serie de cuestionamientos sobre la pandemia y las vacunas contra la COVID-19.
“Si el virus fue espontáneo [no planeado], ¿por qué tiene patente?”, “si realmente hay una pandemia, ¿por qué la mortalidad no alcanza el 2% de la población mundial?”, “si usan protocolos de radioactividad con los cadáveres, ¿por qué los bozales [mascarillas] han sido tratados como basura común?”.
Además, la usuaria comenta que el virus no ha sido aislado ni secuenciado.
Algunas afirmaciones compartidas en el video son incorrectas y otras pueden resultar engañosas sin contexto adicional.

Clip compartido en la red social Facebook fue originalmente publicado en Tik Tok. Fuente: Captura LR, Facebook.
“Si el virus fue espontáneo [no planificado], ¿por qué tiene patente?”.
Irene Vásquez, especialista en patentes en el área de biotecnología, explicó en febrero del 2020 al portal Abg Intellectual Property, cuál era la situación del SARS-CoV-2 (causante de la COVID-19) luego de que se viralizó en redes sociales la teoría de que este nuevo virus ya había sido patentado.
En primer lugar, mencionó que esta nueva cepa de coronavirus podría ser patentada dependiendo de la legislación de cada territorio. Por ejemplo, para la Oficina Europea de Patentes (EPO), el SARS-CoV-2, una cepa silvestre que no ha sido objeto de manipulación genética, puede ser patentada.
Es decir, el nuevo coronavirus podía ser patentado por los países miembros del Convenio sobre la Patente Europea, si se cumplían los siguientes requisitos: la cepa debía ser nueva, su secuencia no debía ser pública; debía tener capacidad inventiva, como el descubrimiento de un efecto técnico o “una ventaja inesperada con respecto a otras cepas conocidas”.
Por último, se debía tener algún objetivo para su uso en alguna industria, como la creación de vacunas.
Sin embargo, Vásquez mencionó que en jurisdicciones como Estados Unidos, no es posible patentar un producto de la naturaleza sin intervención humana. Pueden ser patentadas partículas similares al virus o el virus modificado, por ejemplo, una vacuna o kits de diagnóstico.
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Por otro lado, en Wuhan, lugar donde se alertó de la existencia de la nueva cepa del virus, sí era posible patentar el virus para su protección, estudio, desarrollo de tratamiento, prevención y diagnóstico.
En este país se patentaron, antes de la existencia del SARS-CoV-2, tres cepas del coronavirus, de al menos 39 existentes.
De acuerdo a la Oficina Europea de Patentes, hubo un pico de solicitudes a inicio del 2020 para la recopilación y compilación de datos sobre diagnósticos, terapias, vacunas, detección, tratamiento y prevención de otras cepas de coronavirus que pudieran tener relación con la nueva cepa.
También se encontró un pico en las solicitudes de patentes para tecnologías diseñadas para combatir el SARS-CoV-2 y “gracias a las disposiciones para la publicación temprana en la ley de patentes china” fue posible para la EPO identificar las primeras publicaciones de patentes en 2020.
¿Por qué se patenta? Nikitina y Smirnova, del Instituto Federal de la Propiedad Industrial, resaltaron en su estudio sobre la actividad de patentes del SARS-CoV-2 que la industria farmacéutica presta atención a la protección de patentes, porque los medicamentos se pueden copiar y falsificar con facilidad.
Es decir, las patentes relacionadas al coronavirus ya existían, precisamente desde el año 1996. No es un evento actual. Lo novedoso fue el hallazgo de una nueva cepa.
Por tanto, existe un estudio previo en el que los científicos han podido basarse para reclamar la patente de futuros usos o medicamentos en fase de invención después del descubrimiento.
La razón de ello es que, como se vio en los requisitos de la EPO, es posible patentar objetivos para la industria de un virus, como la creación de vacunas.
“Si realmente hay una pandemia, ¿por qué la mortalidad no alcanza el 2% de la población mundial?”.
De acuerdo a la información del Centro de Recursos del Coronavirus de la Universidad John Hopkins, hasta el 18 de enero a las 6.21 a. m., se registraron un total de 5 millones 547.477 muertes por COVID-19 desde que empezó la pandemia.
El medio Visual Capitalist publicó un informe sobre la letalidad de las pandemias a lo largo de la historia, el cual inicia con la plaga de Antonino, que tuvo una duración de 15 años desde el año 165 hasta el 180, y aborda la actualidad con la COVID-19, que empezó en 2019.
Los datos están actualizados hasta el 28 de diciembre de 2021, y de 20 pandemias registradas, la COVID-19 está en la posición siete por el número de muertes que ha causado hasta el momento.
La peste negra encabeza la lista con 200 millones de muertes, la viruela causó 56 millones, la gripe española entre 40 y 50 millones, la plaga de Justiniano acabó con un promedio de 30 a 50 millones de personas, el VIH (aún presente) ha causado de 25 a 35 millones de decesos.
La tercera plaga desencadenó 12 millones de muertes y la COVID-19, aún en desarrollo, ha ocasionado 5,5 millones de muertes (100.000 muertes más que las registradas hasta el 28 de diciembre de 2021), ubicándose en el puesto siete de 20 pandemias.
Las cuatro que menor número de muertes han causado son: la fiebre amarilla con 150.000 muertes, el Ébola con 11.300, el MERS (un tipo de coronavirus aún presente) solo ha registrado 850 muertes y el SARS (otro tipo de coronavirus), 770 muertes.

Infografía que presenta a las pandemias registradas desde el año 165 hasta la actualidad según el número de muertes que han causado. Fuente: Captura LR, Visual Capitalist.
Es decir, el porcentaje de muertes no influye en la existencia de una pandemia. Además, de las 20 pandemias registradas en los últimos siglos, la COVID-19 se encuentra en la posición número siete y aún se siguen recibiendo datos.
“Si el virus es tan contagioso y usan protocolos de radioactividad con los cadáveres, ¿por qué los bozales [mascarillas] han sido tratados como basura común?”.
En España, país de procedencia de la usuaria que compartió el video, no existen “protocolos de radioactividad” y las mascarillas no deben ser tratadas como basura común.
En mayo de 2020, el Gobierno de España publicó un documento técnico denominado Procedimiento para el manejo de cadáveres de casos de COVID-19. En él, se especifica que todo aquel que tenga contacto con la persona fallecida debe estar protegido con una bata desechable, guantes y mascarilla.
Además, que el cuerpo se debe introducir en una “bolsa sanitaria estanca” biodegradable “que reúna las características técnicas sanitarias de resistencia a la presión de los gases en su interior, estanqueidad e impermeabilidad”.
Todo el procedimiento debe realizarse en una habitación de aislamiento hasta la desinfección y luego podrá ser colocado en el depósito mortuorio sin riesgos para esperar a ser ubicado en un ataúd o ser llevado al crematorio.
En el caso de la autopsia, esta se omitirá para evitar exposición del personal, a menos que sea necesario; en este último caso, se realizará con medidas de bioseguridad. En ningún momento se menciona un protocolo de radioactividad.
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En Perú, el Ministerio de Salud publicó la Directiva Sanitaria 087-2020 con disposiciones específicas para el manejo de cadáveres con COVID-19. En primer lugar se ordenó que todo procedimiento debe realizarse en una sala de aislamiento o la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
Se dispuso también que dos familiares directos puedan acercarse a la persona infectada luego de fallecer como “apoyo al duelo”, pero a una distancia no menor de dos metros y con equipo de protección personal (EPP), el mismo que será llevado por el personal de salud.
Para movilizar el cuerpo, este debe estar en una bolsa sanitaria hermética que resista a la presión de los gases, que tenga estanqueidad e impermeabilidad. Luego de desinfectar la bolsa con una solución especial, podrá ser trasladado al mortuorio, de donde será recogido para su entierro o cremación.
Asimismo, al igual que en España, no procederá la realización de una necropsia a menos que el Ministerio Público evidencie un acto criminal.
Por otro lado, de acuerdo a estos documentos, tanto de España como en Perú, las mascarillas usadas en los establecimientos de salud son tratados como residuos biológicos. En casa, existen recomendaciones a seguir para desecharlos sin peligro de contaminación.
La Organización Mundial de la Salud recomienda que al quitarse la mascarilla, esta se debe mantener alejada de la persona y de cualquier superficie, se debe depositar en un recipiente con tapa y el usuario debe lavarse las manos antes de tener cualquier otro contacto.
Es decir, no hay un procedimiento radioactivo para cadáveres y los cubre boca no deberían ser tratados como un residuo común. Deben ser desechados con cuidado y sin tener contacto con superficies antes de ser depositados en un recipiente con tapa.
“¿Por qué el virus no fue aislado ni secuenciado siguiendo el protocolo de Koch?”, “si no hay un virus aislado, ¿qué miden las PCR?, ¿cómo pudieron fabricar las vacunas?”.
¿A qué se refiere la usuaria de Facebook con el protocolo de Koch? El microbiólogo alemán, Robert Koch, fue considerado uno de los “padres” de la bacteriología. Él determinó que un agente patógeno debía cumplir cuatro condiciones.
1) El virus debe encontrarse en un paciente enfermo. 2) Debe extraerse (el virus) de la persona infectada y cultivarse en un medio puro. 3) El virus aislado debe ser introducido en una persona sana y ser capaz de reproducir la enfermedad ocasionada en el primer paciente. 4) La persona que fue infectada debe presentar el virus original al ser estudiada.
Verificador de La República desmintió una publicación viral en redes sociales que indicaba que el virus SARS-CoV-2 no se había aislado en España en una nota anterior.
España sí ha aislado el virus. El Ministerio de Ciencia de ese país confirmó al medio Newtral.es que el virus fue aislado en sus centros adscritos: “El SARS-CoV-2 se ha aislado y cultivado en el Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III (CNM-ISCIII). También el Centro Nacional de Biotecnología del CSIC dispone de diferentes virus aislados o muestra gran parte de las variantes que han aparecido”.
¿Las pruebas PCR funcionan? Sí. El neumólogo Ildauro Aguirre explicó a Verificador que el uso de las pruebas PCR, nueva técnica de biología molecular, es considerado “gold standard” debido a que es mejor: “tiene una sensibilidad bastante alta y una efectividad de 99,5%”, lo que la convierte en la prueba más efectiva.
¿Por qué funciona la prueba PCR? La bióloga Nancy Rojas, jefa de Laboratorio de virus respiratorios del Instituto Nacional de Salud, señaló que esta prueba permite un buen diagnóstico porque “la amplificación de los ácidos nucleicos del virus puede llevarse a cabo directamente en las muestras respiratorias”.
Es decir, el virus sí ha sido aislado y cultivado, se han cumplido las pautas brindadas por Robert Koch y las pruebas PCR son las más efectivas para diagnosticar la COVID-19. Por otro lado, la vacuna empezó a desarrollarse basándose en los estudios que fueron recopilados desde 1996, a ello se le sumó la información rápida del virus enviada desde China.
La información en el video viral de redes sociales contiene información incorrecta o sin contexto. Las patentes relacionadas al coronavirus han existido desde el año 1966. El hallazgo de una nueva cepa (SARS-CoV-2) ha permitido patentar nuevos usos relacionados al nuevo virus.
Por otro lado, el porcentaje de muertes no determina la denominación de un virus como pandemia. Además, hasta el momento, la COVID-19 es la séptima (de 20 registradas) pandemia que más muertes ha ocasionado.
Asimismo, no existe un “protocolo radioactivo” para personas fallecidas con COVID-19 o sospecha de la enfermedad. Existe un protocolo que involucra tomar medidas de bioseguridad.
Finalmente, el SARS-CoV-2 sí ha sido aislado y cultivado en el país donde se ubica la usuaria que creó el clip: España.
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