El 1 de septiembre, durante una sesión de la Comisión de Comercio Exterior y Turismo del Congreso, el parlamentario de Fuerza Popular Ernesto Bustamante se refirió a la amenaza que significa la variante Delta del virus de la COVID-19 respecto de la eficacia de las diversas vacunas contra esta enfermedad.
El también biólogo resaltó la importancia de una nueva vacuna (2:15:00) para enfrentar a esta variante.
“A pesar de tener una población vacunada y con vacunas de calidad, [...] la variante Delta puede golpear un país. Entonces, esa es la gran preocupación. La ventaja de las vacunas modernas, esas que tienen ARN mensajero como método de síntesis, es que, en menos de 30 días, literalmente en 28 días, se puede generar una nueva vacuna”.
Sin embargo, su afirmación es inexacta.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), uno de los métodos utilizados para la elaboración de vacunas es el genético, también llamado “de ácido nucleico” o vacunas de ARN mensajero (ARNm). Para el diseño de este tipo de vacunas se utiliza el material genético de los virus o bacterias, lo cual otorga indicaciones al sistema inmunológico para la fabricación de proteínas. Estas instrucciones son recibidas por medio de las moléculas de ADN y ARN.
La afirmación del congresista Bustamante hace referencia a las vacunas diseñadas bajo el método genético. Sin embargo, según pudo conocer PerúCheck, el tiempo de actualización de una vacuna creada bajo este método no es exacto.
De acuerdo a la información obtenida de la revista científica Nature, Drew Weissman, especialista en inmunología de la Universidad de Pensilvania, sostiene que, debido a que la actualización de vacunas existentes es relativamente simple, “una nueva vacuna de ARNm podría ser diseñada y producida para testeos clínicos en unas seis semanas”.
En diálogo con este medio, el jefe del laboratorio de Bioinformática, Biología Molecular y Desarrollos Tecnológicos de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, el biofísico Mirko Zimic, explicó que el plazo para actualizar las vacunas de ARN mensajero dependerá de cada laboratorio.
“Cuánto le demore a las compañías farmacéuticas para que produzcan esas nuevas vacunas va a depender del esfuerzo y capacidad que tenga el laboratorio que hace el diseño y producción para empezar a desarrollar una nueva vacuna”, detalló.
Sobre las declaraciones del congresista, Zimic recalcó que se debe tener más cuidado cuando se hace una afirmación sobre períodos de tiempo. “Si hablamos del tiempo que le toma a un laboratorio desarrollar un prototipo de una vacuna mejorada, (el plazo de) uno o dos meses es algo esperado. Pero ese no es el tiempo necesario para que la vacuna pueda empezar a usarse masivamente”, acotó.
En esa línea, el especialista enfatizó que, para empezar a ser utilizadas, las vacunas deben recibir la aprobación de las autoridades sanitarias. Añadió que la velocidad de estos procesos dependerá “de qué tanto las autoridades regulatorias decidan relajar sus requerimientos”.
El pasado 8 de julio, las compañías Pfizer y Biontech emitieron un comunicado oficial en el que afirmaron que están actualizando sus estrategias de refuerzo para combatir las nuevas variantes del virus que produce la COVID-19.
Según las farmacéuticas, los ensayos que vienen realizando han revelado resultados alentadores. “Los datos iniciales del estudio demuestran que una dosis de refuerzo administrada seis meses después de la segunda dosis tiene un perfil de tolerabilidad constante al tiempo que provoca títulos de neutralización altos contra el tipo salvaje y la variante Beta, que son de cinco a diez veces más altos que después de dos dosis primarias”, detalla el comunicado.
Datos recogidos de la revista científica Nature muestran que los anticuerpos generados después de la inmunización con ambas dosis de la vacuna desarrollada por Pfizer y Biontech tuvieron mayor resistencia ante la variante Delta en las pruebas de laboratorio.
Por este motivo, las empresas consideran importante la colocación de una tercera dosis como método protector ante las nuevas variantes del virus que produce la COVID-19.
El Ministerio de Salud informó que, hasta el 31 de agosto, se han aplicado un total de 18 millones 665 mil 069 vacunas a nivel nacional. De esta cifra, el 55,8% cuenta solo con una dosis, mientras que el 44,1% tiene ambas.
Además, el 1 de septiembre llegó al Perú un nuevo lote de 1 millón de dosis de la vacuna de Sinopharm. Según Gustavo Rosell, viceministro de Salud, la meta es inmunizar a 13 millones de personas en el mes de septiembre.
Es impreciso afirmar que en 28 días se puede generar una nueva vacuna, como lo dijo Ernesto Bustamente, congresista de Fuerza Popular. Según fuentes consultadas por PerúCheck, no hay un período de tiempo exacto para la fabricación de una nueva vacuna, ya que depende de la farmacéutica que lo desarrolle.
Fact-checking elaborado por Valeria Coca para la alianza PerúCheck.
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