En Facebook, una publicación anuncia: “Oncólogo pone a temblar a todos. Esta bebida es capaz de curar el cáncer, la gastritis, el hígado y los problemas cardiovasculares”. El post con más de 7.000 compartidos y 6.000 comentarios adjunta un video que muestra la preparación de un extracto de zanahoria, acompañado de brócoli y limón.
Nos enfocamos en validar si este jugo puede brindar solución al cáncer y las enfermedades cardiovasculares y concluimos que este enunciado es falso.
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No, un extracto de zanahoria, brócoli y limón no ‘cura’ el cáncer y las enfermedades cardiovasculares. Foto: captura en Facebook.
Una investigación —Effects of fruit and vegetable, consumed in solid vs beverage forms, on acute and chronic appetitive responses in lean and obese adults—, publicada el 2012 en Nature Research, indica que en 21 semanas se evaluó el apetito luego de la inclusión de frutas y verduras, en forma sólida y bebida, en la dieta habitual de adultos saludables delgados y con sobrepeso y obesidad con bajo nivel de consumo. Y, resolvió que las respuestas del apetito postingestivo fueron más débiles después del consumo de frutas en bebidas que en alimentos sólidos.
“Ningún alimento por sí solo es la cura de alguna enfermedad, la clave siempre será una alimentación balanceada que incluya todos los alimentos preparados de manera natural de ser posible”, declaró a Verificador de La República, Saby Mauricio, exdecana del Colegio de Nutricionistas del Perú (CNP).
Señaló que las personas que padecen de alguna enfermedad necesitan que su sistema inmunológico “funcione bien”, por lo tanto, tiene que tener una alimentación saludable, siendo la Vitamina C, la sustancia que más beneficios aporta.
La también directora de Nutrición Humana de la Universidad Privada Norbert Wiener sostuvo que el consumir extractos de verduras disminuye el valor nutricional de los alimentos porque se reduce al líquido.
“Toda la pulpa se queda en el extractor en donde se encuentran todos los nutrientes como los antioxidantes y la fibra. A lo mucho el extracto ayudaría a la hidratación. Incluso, cuando se licúan podrían aprovecharse en algo”, dijo. Por ello, recomendó que es mejor comer las verduras y frutas de manera natural.
Asimismo, la nutricionista aseveró que el consumo adecuado de frutas y verduras reduce el riesgo de contraer enfermedades crónicas y tipos de cáncer.
Según la especialista, la zanahoria, el brócoli y el limón pertenecen al grupo de los protectores por la presencia de vitaminas y minerales. Detalló que estos alimentos contienen y permiten la protección ante diferentes enfermedades. Y agregó que la sustancia en común de estos es la vitamina C; pero cada uno concentra nutrientes importantes.
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Una zanahoria de tamaño mediano puede cubrir casi el 90% de requerimiento de vitamina A, de acuerdo a Saby Mauricio. “Es importante para el mantenimiento de la visión, la piel y las mucosas. Además, contiene vitamina B6 (piridoxina) y minerales como el hierro, potasio y yodo”, sostuvo.
Un artículo de revisión del año 2019 —Avances en la investigación sobre la zanahoria, un tubérculo importante de la familia Apiaceae— concluyó que respecto al uso medicinal de las zanahorias hay poca investigación.
“Muchos antioxidantes —antocianinas, carotenoides y poliacetileno— proporcionados juegan un papel importante en la prevención de enfermedades. Con una mayor conciencia sobre la salud, las sustancias activas de las zanahorias tienen un buen valor de investigación y perspectivas para el uso medicinal. Más trabajo futuro puede centrarse en desarrollar los usos medicinales de las zanahorias”, se lee.
La exdecana de CNP dijo que el limón es una fruta con vitaminas del complejo B y minerales como el potasio, magnesio, calcio y hierro. “El brócoli contiene potasio, calcio, vitamina K y antioxidantes que reduce el riesgo de accidentes vasculares, la presencia de componentes azufrados le da ese olor que a veces no es agradable, pero a este componente le debe las propiedades antimicrobianas como el ajo”, especificó.
Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que el cáncer es un proceso de crecimiento y diseminación incontrolados de células, aparece en cualquier lugar del cuerpo y suele invadir el tejido circundante y puede provocar metástasis —las células cancerosas se desprenden del tumor original— en puntos distantes del organismo.
Además, indica que existen tipos de cáncer que podrían prevenirse y curarse si es que se detectan en una fase temprana.
En el 2018, la Revista Galileu realizó una entrevista al oncólogo Paulo Hoff, director general del Icesp (Instituto del Cáncer del Estado de Sao Paulo —Brasil—), quien señaló que no existe una cura para el cáncer, pero hay curas para los cánceres. Según el especialista, esta enfermedad se trata “caso por caso”, es decir, “una mujer con cáncer de mama es diferente a un niño con leucemia”.
“Se necesita saber qué es para quién. Siempre utilizo una expresión con mis residentes: hoy vivimos en una realidad donde la gente espera que todo esté disponible para todos. Suelo decir que esto es utópico (...) en el sentido de que no es viable. En ninguna parte del mundo. Necesitamos darles a los que necesitan lo que funciona”, explicó.
Por su parte, Yinno Custodio, oncólogo del Hospital Nacional Arzobispo Loayza, dijo a este medio que solo la alimentación no representa la ‘cura’ en pacientes con cáncer. “La alimentación es un pilar importante para tener un soporte nutricional adecuado y de esa forma afrontar mejor el tratamiento”, indicó, añadiendo que cada paciente debe tratarse de manera individual.
También, sostuvo que el manejo del cáncer no se limita a la orientación del oncólogo clínico porque el tratamiento demanda un enfoque multidisciplinario, es decir, se necesita la intervención de otras especialidades —medicina interna, cirugía, cuidados paliativos, entre otros—. “Atribuir a una sola especialidad para lograr la cura a un paciente en oncología no es tanto así” , sentenció.
Chris Chávez, cardiólogo del Hospital Nacional Arzobispo Loayza, explicó que la alimentación cumple un rol importante en el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares —hipertensión, arritmias, falla cardiaca, entre otras—, aunque dependerá del tipo de afección de la persona.
“Por ejemplo, comer alimentos bajos en sal, a largo plazo evitará que el paciente desarrolle hipertensión. Si se consume alimentos bajos en grasas saturadas y trans a largo plazo podría evitar el infarto al miocardio o infarto cerebral”, señaló.
Enfatizó que el tratamiento de una persona con alguna enfermedad cardiovascular necesita de que el paciente consuma alimentos balanceados, pero no significa que estos sean estrictamente el tratamiento.
Para tratar una enfermedad cardiovascular, según Chris Chávez, es necesario intervenir en los factores de riesgo modificables: hábitos alimenticios, ejercicio físico, enfermedades preexistentes, tabaquismo y alcoholismo. “La dieta saludable siempre va a ser importante: reducir nuestro consumo de sal, grasas trans y saturadas y carbohidratos y cambiar nuestro hábito alimenticio”, dijo.
Además de los factores de riesgo, las enfermedades cardiovasculares se originan por los factores de riesgo no modificables que son la edad y el sexo de las personas. No obstante, algunas son genéticas, es decir, los pacientes nacen con una afección cardiaca.
No existe alimento que cure el cáncer y las enfermedades cardiovasculares. La solución a las afecciones depende de muchos factores y una dieta saludable es solo parte del tratamiento.
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