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SJL: asesinan a barrista de Universitario cuando se dirigía a reunirse con sus amigos

La víctima de 22 años tenía puesta la camiseta de su equipo al momento del ataque. Autoridades no descartan que el móvil del crimen sea una venganza entre barristas rivales.

Homicida habría usado un chaleco de policía, según testigos. Foto: Raúl Egusquiza / URPI - LR
Homicida habría usado un chaleco de policía, según testigos. Foto: Raúl Egusquiza / URPI - LR

Un disparo en la cabeza acabó con su vida. El último viernes 24 de setiembre, alrededor de las 11.00 p. m., unos sujetos descendieron de un vehículo color plomo y dispararon contra un barrista de Universitario de Deportes, quien tenía 22 años. El joven, que se encontraba en San Juan de Lurigancho (SJL), falleció al instante.

Según los agentes de la Policía Nacional del Perú (PNP), el móvil del crimen sería una venganza entre barritas rivales. Precisamente, al momento del ataque, la víctima, identificada como Enmanuel Noe Guerrero Romero, tenía una camiseta de su equipo.

La madre del hombre llegó hasta la manzana H, lote 24, a altura del paradero Casa Blanca, en SJL, para identificar el cuerpo. Ella comentó que su hijo se dirigía a una reunión con sus amigos de la barra cuando fue interceptado por los delincuentes.

De acuerdo a los testigos, los hampones, tras disparar a quemarropa, huyeron del lugar con rumbo desconocido. El caso ya está en manos de los detectives de Investigación Criminal de San Juan de Lurigancho 1.

Tras las evidencias, la PNP maneja dos hipótesis: la primera, una venganza entre barritas y, la segunda, un ajuste de cuentas. La familia pide justicia y celeridad para encontrar a los responsables.

Acribillan a chofer mientras almorzaba en una pollería

Dos sujetos, a bordo de una moto lineal, dispararon a quemarropa contra Jhonatan Llacua Alfaro, de 33 años. En ese momento, el hombre se encontraba almorzando con su hermano.

Se conoció que la víctima se ganaba la vida como chofer de una miniván color verde. Para sus vecinos, era una persona muy querida. La cámara de seguridad que está ubicada en el local no funciona, por lo que no podría ayudar a dar con el paradero de los facinerosos.

“Él era tranquilo, era muy querido en la zona, yo escuché primero tres disparos y bajé de mi casa para mirar. Luego escuché otro disparo y lo vi tirado en el suelo”, detalló Nelly, una de las testigos, a La República.

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