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Sociedad

Cusco: el reclamo a las mineras cuando el Estado no cumple

Serio problema. Autoridades y pobladores de zonas mineras piden aportes para servicios básicos, pese a que esa tarea le corresponde al Estado: Ejecutivo, gobiernos regionales y municipales, que, según expertos, demuestran ineficiencia.

Descontento. La mayoría de poblaciones mineras no cuenta con servicios básicos, por lo que las comunidades reclaman a las mineras sobre tareas del Estado.
Descontento. La mayoría de poblaciones mineras no cuenta con servicios básicos, por lo que las comunidades reclaman a las mineras sobre tareas del Estado.

La minería obtiene millonarias ganancias por la extracción de minerales de territorios cuyas poblaciones con altos niveles de pobreza, déficit de servicios básicos como agua y luz e infraestructura.

El Estado, desde los ministerios y las municipalidades, han hecho poco para satisfacer estas necesidades pese a los recursos que reciben por canon y regalías mineras. Se tratan de los impuestos que pagan las compañías extractivas y que se depositan en las cuentas de los gobiernos subnacionales.

Esta tendencia provoca la detonación de conflictos sociales. La demanda de alcaldes y dirigentes son más aportes de las mineras como parte de su responsabilidad social. Una forma de materializar estas contribuciones son los convenios marco. El primer convenio suscrito fue entre la provincia de Espinar y Antapaccay en 2003 por un aporte anual del 3% de sus utilidades. Es decir de cada S/100 de utilidad, S/ 3 se quedaban en Espinar.

Después, en Chumbivilcas, la minera Hudbay Perú suscribió convenios marcos específicos con los distritos de Velille, Livitaca y Chamaca. A cada uno le entrega en promedio 3.5 millones de soles cada año. Además, el 5 de marzo firmará un convenio con la provincia de Chumbivilcas a la que entregará 11 millones de soles anuales para el cierre de brechas.

Los pedidos

Sin embargo, los pedidos son cada vez más elevados. Por ejemplo, Livitaca pide reformular el convenio. Ya no quiere S/ 3.5 millones anuales, sino S/ 250 millones. “Ahora somos una zona productora y ese monto (3.5 millones) es insuficiente”, refiere Edison Luna, presidente del Frente Único de Defensa de los Intereses de Livitaca (FUDIL). El alcalde de Livitaca, Rony Almora, dijo: “queremos un nuevo convenio marco. ¿Cuánto le hemos planteado? Mil millones de soles durante cuatro años. Con eso se estarían solucionando algunos problemas del distrito”, señaló.

El pedido resulta descomunal. Hudbay, según cifras oficiales tiene ganancias anuales de 60 millones de dólares, es decir, no más de S/ 200 millones.

La República, con la Fundación Gustavo Mohme, reveló en el 2020 que las transferencias a la provincia y los distritos aumentaron desde el inicio de operaciones de Constancia. Entre 2005 y 2019, las comunas recibieron más de S/ 200 millones por canon y regalías mineras. Velille, Chamaca y Livitaca, y la provincia de Chumbivilcas, recibieron la mayor tajada. Asimismo, puso en evidencia que hay fuertes indicios de que parte del dinero se perdió en corrupción. La Procuraduría Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios del Cusco lleva 35 procesos penales por corrupción que involucra a ex autoridades, funcionarios y proveedores.

La ineficiencia del Estado

El economista de Cooperación, Epifanio Baca, consideró necesario que el Estado mejore su capacidad para usar los recursos originados a partir del canon y regalías mineras para atender las demandas de las poblaciones en zonas mineras. Adicionalmente, demandó “una mejor capacidad e inteligencia para el tratamiento de los conflictos sociales”. El director ejecutivo de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía, Pablo de la Flor, dijo que la alta conflictividad se debe a que el Estado no ha sabido utilizar bien estos recursos. “Ese es el caldo de cultivo”, anotó.

Según el Mapa de pobreza monetaria provincial y distrital 2018 del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en la provincia de Chumbivilcas los índices de pobres oscilan entre 41.8 y 54.5% (casi el doble del promedio regional que es de 26.5%), mientras que el 55% de niños menores de 3 años está enfermo de anemia.