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Sociedad

Camisea: 15 años esperando gas barato en regiones del sur

PARADOJA. La población en la selva de La Convención-Cusco, donde nace el gas, paga 60 soles por un balón de diez kilos. En las regiones del sur, su valor promedio asciende a 36 soles. Hay tres proyectos para traer el hidrocarburo postergados por varios años.

análisis. En foro sobre la masificación del gas en regiones del sur, se evaluaron todos los escenarios del porqué no se ha logrado distribuir este recurso.
análisis. En foro sobre la masificación del gas en regiones del sur, se evaluaron todos los escenarios del porqué no se ha logrado distribuir este recurso.

José Víctor Salcedo

Antes de ser alcalde del distrito de Megantoni, Daniel Ríos Sebastián vivía en la comunidad nativa de Nuevo Mundo del Bajo Urubamba, en la selva de la provincia cusqueña de La Convención. Cuando quería usar su cocina a gas, debía pagar S/ 60 por un balón de 10 kilos.

Era así de paradójico. Los dueños del gas de Camisea, aquellos que viven donde brota el combustible, tienen que pagar casi el doble por ese balón que, en la ciudad de Cusco, cuesta 36 soles. Desde que empezó la explotación del gas en Camisea, en 2004, los convencianos y cusqueños sueñan con utilizar el gas limpio y barato. Han pasado 15 años y siguen esperando.

El gas sale del suelo de Camisea y es llevado a la costa, desde donde es distribuido a Lima, el Callao y algunas otras ciudades, y también vendido en grandes cantidades al extranjero.

“Queremos que de una vez el gas llegue a nuestros pueblos y no sigamos pagando esos precios. Antes hay que revisar los contratos; luego, el Gobierno Regional de Cusco y el Ejecutivo deben tomar acciones para hacerlo”, reclama Ríos Sebastián.

En 2010 este diario publicó una nota con el título “En Camisea cocinan con leña”. Aquel año la mayoría de la población convenciana no usaba gas, sino ese rústico combustible para cocinar. Casi una década después, ya cocinan con gas, pero a cambio pagan precios altos.

¿Qué impidió que el gas llegue a los pueblos del interior del país? Marusia Ruiz Caro, del Grupo Propuesta Ciudadana, considera que una de las cosas que lo impidió es que muchos funcionarios del Estado, además de los ministerios de Energía y Minas, y Economía, “subordinaron decisiones a los criterios empresariales”. “Fueron decisiones (en función) de la rentabilidad empresarial y, por eso, llevaron todo el gas a Lima porque había más mercado”.

El sueño del gas

La población demanda que se haga realidad alguna de las obras que tienen el objetivo de traer el gas a esta parte del país a precio módico, pero están frenadas. En el Foro Macrosur: Masificación del Gas Natural en las Regiones del Sur, se evaluaron esas iniciativas.

La demanda principal es la construcción de un gasoducto que traiga el hidrocarburo a las regiones del sur. Hubo varios intentos fallidos: desde el Gasoducto Sur Andino hasta el Gasoducto Sur Peruano, ahora también el rebautizado Sistema Integrado de Transporte de Gas (SIT Gas), que no se sabe con certeza cuándo reiniciará.

Un segundo proyecto trunco es la construcción de la Planta de Fraccionamiento de Kepashiato, que costará 100 millones de soles y produciría unos 3 000 balones de gas diarios. Esa obra podría bajar el costo del balón a S/ 25.

La tercera obra es el proyecto siete regiones, que consiste en el traslado de gas en camiones desde la costa hasta Cusco y otras regiones para dar el combustible a las viviendas, pero tampoco avanza. En el caso de la región imperial estaba previsto que empezará a funcionar este mes, pero Proinversión informó que el contrato se firmará en el primer trimestre del 2020.

De otro lado, actualmente hay un convenio entre el Gobierno Regional de Cusco y el Consorcio Camisea para poner en marcha el proyecto de instalación de tres gasocentros para surtir con gas natural a los vehículos, sobre todo taxis, en las ciudades de Cusco y Quillabamba (La Convención). Los gasocentros deberían estar listos en diciembre. El gobernador Jean Paul Benavente dice que se cumplirá el acuerdo.

Reinicio del gasoducto

El fin de la era de Evo Morales ha dejado en suspenso la posibilidad de conseguir un acuerdo entre Perú y Bolivia para la importación de gas natural y GLP boliviano para abastecer a algunas regiones del sur.

En ese contexto, vuelve a surgir la necesidad de traer el gas de Camisea, en la selva de Cusco, a las regiones del sur, dice el gobernador Benavente. “Debemos pedir desde el sur la construcción del gasoducto”, añade.

Benavente pidió que el ducto se haga en un máximo de tres años, contados desde el 2020. “Que en el 2022 llegue a Anta y, al año siguiente, esté en Arequipa y Moquegua”, precisa.

Asimismo, las autoridades de La Convención esperan que el presidente del Consejo de Ministros, Vicente Zeballos, cumpla el compromiso asumido el 5 de noviembre pasado. Aquel día, Zeballos dijo que entregarían el cronograma para el reinicio de SIT Gas, entre noviembre y diciembre de 2019.

Gas a la costa y el exterior

Mientras tanto, cada día, el Consorcio Camisea, según cifras del Ministerio de Energía, exporta en promedio alrededor de 600 millones de pies cúbicos de gas (MMPC) y otra cantidad similar es destinada al mercado nacional. “En el mercado interno, estamos vendiendo alrededor de 632 MMPC y la exportación es de 573 MMPC”, expuso Luis Daniel Guerra Zela, gerente de asuntos gubernamentales del Consorcio Camisea-Pluspetrol.

No se puede trasladar todo el gas

Guerra Zela también reveló que la empresa no logra transportar todo lo que extrae. “Nosotros reinyectamos gas natural diario en un 20%, casi 300 MMPC. Es decir, producimos una determinada cantidad de gas y solo vendemos casi dos tercios, el resto tenemos que reinyectarlo. ¿Por qué? Porque no hay quién lo compre, faltan ductos, faltan clientes”, indica.

Informó también que, entre 2004 y 2018, se entregaron al Estado Peruano 8 000 millones de dólares por concepto de regalías, canon y otros impuestos. La mitad de ese monto fue transferido al Gobierno Regional de Cusco, municipalidades de La Convención y dos universidades.

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