Cronograma de retiro AFP, según José Luna

Sequía en los Andes

Se declararon más de 100 distritos en emergencia por falta de lluvias.

Se trata del peor fenómeno de carestía de agua de los últimos 50 años, advierten los especialistas. Esta situación perjudica sembríos, la pérdida de ganado y ha desatado incendios forestales en diferentes puntos de Ayacucho, en la sierra central y también en la zona sur. La falta de lluvias también amenaza desencadenar escasez de agua potable en Lima y el Callao.

Es el balance de la crisis, que puede relacionarse con los efectos del cambio climático en el planeta y que seguiría provocando sequía en los Andes, afectados además por tres años consecutivos del fenómeno de La Niña, lo que incrementa el peligro de las heladas en las regiones altoandinas.

Han muerto crías de alpacas, los camélidos sudamericanos muestran ya los efectos de la sequía y también se ha perjudicado el sembrío de la papa, que debió realizarse en setiembre, con el inicio de las lluvias, por lo que se puede prever que habrá carencia y hambruna los siguientes meses.

La carestía de agua se siente en las 3.000 comunidades que se agrupan en las zonas rurales del centro y sur andinos, pero también hay daños similares en Bolivia, Paraguay y Argentina, entre otros países de la región.

La Organización Meteorológica Mundial alertó sobre la situación de sequía mundial que se incrementó durante el 2021. Dos tercios del planeta estuvieron por debajo de la media de flujo fluvial. Solo un tercio logró superar el promedio. Para el Senamhi, en el Perú, el pasado mes de octubre ha sido el más seco, desde un periodo similar en 1972.

Lima, ciudad ubicada en el desierto, recibe sus mayores dotaciones de agua potable de los Andes, por lo que su reserva para la enorme población, que depende de ella en la capital, puede verse disminuida por efecto de la falta de lluvias. Con la entrada del verano, esta carestía podría dejarse sentir con mayor rigor. Por ello, se ha llamado a mantener un uso más racional del vital líquido.

El incremento de la inseguridad alimentaria en el país y la crisis actual provocada por la falta de agua en regiones altoandinas deberían motivar de inmediato que las autoridades del Gobierno, tanto central como subnacionales, generen un programa para superar el trance y se articule rápidamente ayuda para los damnificados. La emergencia así lo amerita.

La República

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