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Buen mensaje

El presidente Castillo participó en sesión anual de NNUU y planteó un “nuevo pacto social global”.

Corto y preciso. Así fue el mensaje del mandatario peruano en la 76ª Asamblea Anual de las Naciones Unidas, quien puso énfasis en algunas líneas con las que quiso caracterizar su Gobierno: lucha contra la desigualdad y la injusticia social; acción conjunta en busca de soluciones integrales para la pandemia y la reactivación económica, por lo que invocó a “un nuevo pacto social global”.

Durante el discurso, ante un auditorio compuesto por jefes de Estado y de Gobierno de los países en esta cita mundial, lanzó dos importantes mensajes con los que busca dar sentido a una agenda de Gobierno que debe concretar a su regreso al país: combate al terrorismo en todas sus formas y total respeto a la democracia.

Entre los anuncios importantes podemos referir el relacionado a la meta de convertir al Perú en un país de carbono neutral en el 2050 y la de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Para ello, el Gobierno declarará la emergencia climática nacional.

El mandatario también planteó su compromiso con la igualdad de género, al referir que “las mujeres y niñas son una fuerza determinante en la capacidad creativa, en el potencial laboral, económico y espiritual de nuestras sociedades”.

En materia económica, fue claro en señalar que “vamos a transitar por el manejo responsable y eficiente del marco macroeconómico para continuar expandiendo el crecimiento”. “Es necesaria una transformación social que permita a todos los peruanos y peruanas gozar de todos sus derechos económicos y sociales, además de las libertades fundamentales y derechos civiles y políticos”, puntualizó, poniendo distancia con proyectos controlistas y anticonstitucionales de quienes –desde el interior del Gobierno– se empeñan en desandar el camino que señala el presidente.

Es el caso del primer ministro Guido Bellido, quien, aprovechando la ausencia del jefe del Estado, polemizó con el canciller Maúrtua y el vicecanciller, en términos no solo infraternos sino impropios. Demostró además su total desconocimiento de la Constitución vigente, que señala que la política exterior es decidida por el presidente de la República.

Se hace necesario que a su regreso de Nueva York, el presidente considere seriamente la necesidad de producir cambios en su gabinete, empezando por un primer ministro que, lejos de ser el ejecutor de las iniciativas presidenciales, busca menoscabar la autoridad del mandatario y divide al consejo de ministros.