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Desidia y populismo: indecisión marca la última semana electoral en Ecuador

“Los escándalos de corrupción abruman tanto a la ciudadanía, que la legitimidad que puede tener cualquier sistema político se ve desgastada”, admitió la decana de una universidad de Ecuador.

En Ecuador la figura del exmandatario Rafael Correa sigue marcando la tónica en la política. Su postulante y exministro, Andrés Arauz, lidera los sondeos. Foto: AFP
En Ecuador la figura del exmandatario Rafael Correa sigue marcando la tónica en la política. Su postulante y exministro, Andrés Arauz, lidera los sondeos. Foto: AFP

Ecuador arriba a su última semana de campaña electoral antes de los comicios generales del próximo domingo 7 de febrero en medio de una alta incertidumbre, sin ningún candidato muy por encima en las encuestas y con la indecisión como el factor predominante.

La tendencia es prácticamente la misma desde hace varios meses: los sondeos muestran a Andrés Arauz, delfín del expresidente Rafael Correa, como el aspirante con mayores posibilidades de ganar, pero sin una mayoría suficiente para imponerse en primera vuelta.

En algunas encuestas Arauz alcanza el 30% de los votos y casi todas lo colocan con más del 32%. Para el segundo en las estimaciones, Guillermo Lasso, es más disímil el panorama, la más alentadora (Cedatos) le otorga 38,1%, pero en general ronda entre el 25-28%. Mientras que Yaku Pérez ha permanecido por debajo del 20%.

Solo estos tres aparecen con más de 10% en intención de voto. Aunque “las encuestas tienen una historia de poca credibilidad” en Ecuador, según declaró a La República la única mujer que aspira a la presidencia, Ximena Peña.

Andrés Arauz, exministro de Rafael Correa, se ha mantenido como el líder en los sondeos. Foto: AFP

Andrés Arauz, exministro de Rafael Correa, se ha mantenido como el líder en los sondeos. Foto: AFP

Lasso y Pérez, con menos del 20% entre los votos válidos, buscan forzar un balotaje. Solamente Arauz tendría al alcance una victoria en primera vuelta, tal como hizo en su momento Correa al encabezar la llamada Revolución Ciudadana.

“El correísmo sin duda es el movimiento político más fuerte del país, tiene un electorado muy fiel”, aseguró este lunes 1 de febrero la decana de la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas de la Universidad Internacional SEK Ecuador, María Paz Jervis.

Ecuador indeciso

Las dos principales encuestadoras del Ecuador reflejan que entre el 23 y el 37% del electorado no sabe por quién votar, reportó EFE. El propio Correa reconoció recientemente que existe una indecisión “un poco alta del 40% aproximadamente”.

“La gente vota con mucho hastío, mucha desidia. Vota porque tiene que votar, porque en Ecuador el voto es obligatorio”, afirmó Santiago Basabe, politólogo de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) entrevistado por la agencia española.

Paz Jervis coincide en que la obligatoriedad del sufragio influye en el desdén de la población, pero no es el único motivo. En Ecuador quienes tienen entre 18 y 65 años tienen que sufragar, mientras que para los mayores de 65 y los menores (que tienen 16 o 17) es opcional.

Los escándalos de corrupción abruman tanto a la ciudadanía, que la legitimidad que puede tener cualquier sistema político se ve desgastada. Sí, el voto obligatorio sin duda alguna desvirtúa la legitimidad de un proceso, pero creo que también se ve agravado por esta circunstancia coyuntural de 14 años de una situación sui géneris en la política ecuatoriana”, dijo.

Se refiere a los 10 años en los que gobernó Correa (2007-2007), en los cuales el gobernante “dividió en polos muy marcados” la ciudadanía. De ahí que en Ecuador y en América Latina hablen de correístas y anticorreístas, un fenómeno que ya se vio en Venezuela y Argentina, entre otros países.

Además, menciona los cuatro años de Lenín Moreno, actual dignatario, en el cual se agudizó la crisis económica y además se dispararon los casos de presunta corrupción.

La oportunidad de Lasso

En conversación con este diario, la experta aseguró que Lasso tiene una oportunidad de alcanzar la presidencia —en su tercer intento— si logra forzar la segunda vuelta; que se llevaría a cabo el 11 de abril.

Así como otros candidatos de la derecha en América Latina, el discurso de Lasso pasa por apostar al cambio. Foto: captura de Twitter

Así como otros candidatos de la derecha en América Latina, el discurso de Lasso pasa por apostar al cambio. Foto: captura de Twitter

“Lasso tendría ventaja en segunda vuelta porque el correísmo tiene un techo muy fuerte, pero un techo. Mientras que los votos de Lasso, si bien no representan una fidelidad de voto, ni una identidad clara de militancia política, sobre todo representa el rechazo al correísmo”, señaló.

Asimismo, Paz Jervis considera que ni Correa ni Arauz “han logrado captar otros segmentos políticos”, porque encabezan “un movimiento que no puede adaptarse al resto de la ciudadanía”.

No obstante, Lasso se enfrenta a una elevada impopularidad producto de su vínculo con la banca. Analistas han coincidido que su objetivo es reunir el sufragio de quienes no se identifican con el correísmo y buscan “recuperar ciertas libertades, ciertos derechos”.

Oposición fragmentada en Ecuador

“No hay una sola oposición”. Así define la abogada, dedicada a la educación universitaria con enfoque en Ciencia Política y Relaciones Internacionales, otro de los retos que tendrá Lasso en medio de la irresolución entre los votantes.

Indicó que hasta 14 movimientos fueron creados de cara a las elecciones, es decir, “la fragmentación en términos ideológicos y de militancia política es elevadísima”.

“Esta campaña ha sido catastrófica porque hay 16 candidatos, a pesar de las restricciones las campañas no han sido respetuosas, hemos visto aglutinamientos (...) ha sido susceptible de mucho clientelismo, mucho populismo ha sobresalido en las propuestas que hemos escuchado de varios de los candidatos”, añadió Paz Jervais.

Intención de voto de cara a la elección presidencial de Ecuador del 7 de febrero. Infografía: AFP

Intención de voto de cara a la elección presidencial de Ecuador del 7 de febrero. Infografía: AFP

En los últimos días el equipo de Arauz hizo un “generoso” anuncio de campaña al ofrecer 250 dólares a los votantes antes de los sufragios, en una grabación de poco más de 30 segundos con la tradicional musicalización de la Revolución Ciudadana.

En un debate presidencial el aspirante Isidro Romero propuso la pena de muerte para asesinos y violadores. “Con valentía reordenaremos la justicia”, recalcó en Twitter.

“¿Sabe que los países que han abolido la pena de muerte no pueden volver a implantarla? Debería asesorarse mejor y no caer en el populismo. Ninguna de las propuestas que violen derechos humanos es válida”, le respondió el abogado Gustavo Villamarín en la red social.

Giovanny Andrade, otra de las 16 personas en carrera, sostuvo que posiblemente bebió un café con escopolamina (alcaloide) que le “hizo perder el contexto” o simplemente se dejó llevar “por los nervios o el estrés” al momento de emitir una polémica respuesta.

“Debemos ver esos niños, por qué razón tienen relaciones sexuales tan temprano, debemos ver por qué los niños salen de su casa y tienen que cuidarse de los violadores. Debemos precautelar la niñez”, declaró en televisión, lo que generó una fuerte controversia.

La experta calificó alguno de estos hechos como una “práctica política poco leal y poco profesional”, a pocos días de que se elija al sucesor de Moreno. Mientras tanto Paz Jervais reconoció que incluso dentro del grupo de especialistas de opinión pública, “vivimos en zozobra absoluta porque no podremos dilucidar si existe o no la segunda vuelta”.