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Con mayoría en el Senado, pero no en Diputados

Argentina. Las elecciones del pasado 27 de octubre también redefinieron el tablero político con un balance de fuerzas en el Congreso y el nuevo mapa de los gobiernos provinciales.

Natalia Kidd. EFE

El peronista Alberto Fernández, que asumió ayer la presidencia argentina con un Parlamento donde tendrá mayoría propia en el Senado, pero no en la Cámara de Diputados, estará obligado a buscar consensos en el legislativo y mantener una buena relación con los siempre poderosos gobernadores de provincias.

Ningún frente político contará con mayoría simple en la Cámara de Diputados, integrada por un total de 257 bancas, y tendrá aún más dificultades para lograr las mayorías especiales (dos tercios de los diputados) que se requieren para el debate de ciertas leyes.

Con todo, en la Cámara Baja el espacio más numeroso es el Frente de Todos, que responde a Alberto Fernández, y que cuenta con un total de 120 diputados provenientes de diversas corrientes del peronismo más tradicional y del kirchnerismo.

Por fuera del Frente de Todos, hay otros dos bloques que podrían eventualmente darle apoyo al Gobierno de Fernández: Unidad Federal para el Desarrollo, con ocho diputados, y Federal, con diez. En tanto, Juntos por el Cambio, la coalición que responde al saliente presidente Mauricio Macri, es la segunda minoría, con un total de 116 diputados, aunque divididos en tres grandes bloques: Propuesta Republicana (Pro, el partido que lidera Macri), la Unión Cívica Radical (UCR) y la Coalición Cívica.

"Sin quórum propio, el oficialismo va a necesitar hacer alianzas. Al no tener mayoría propia, no tiene otra salida", dijo Esteban Regueira, director de la consultora Clivajes.

En este escenario, para el consultor político cobrarán relevancia figuras como la del líder del Frente Renovador, Sergio Massa, uno de los principales aliados de Fernández en el armado del Frente de Todos y que es el nuevo presidente de la Cámara Baja, y de la presidenta provisional del Senado, Claudia Ledesma Abdala de Zamora, esposa del gobernador de Santiago del Estero, otro de los aliados de Fernández.

El ya diputado Máximo Kirchner, el hijo mayor de los expresidentes Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández (2007-2015), también se perfila como una de las figuras del nuevo Congreso, donde comandará el bloque oficialista.

El Senado argentino que lo preside la vicepresidenta Cristina Fernández, está integrado por 72 bancas y en él se logra la mayoría simple con 37 escaños. Allí el Frente de Todos reúne a 39 senadores, siempre y cuando mantenga en el tiempo la unidad, dado que ese espacio está integrado por varios sectores: el kirchnerista Frente para la Victoria-PJ, el Bloque Justicialista (con fuerte alineación con los gobernadores) y otras siete fuerzas provinciales que también responden a gobernadores peronistas.

Para el analista Patricio Giusto “no será fácil” para Alberto Fernández “mantener siempre alineados” a los senadores del Frente de Todos, entre los que se declaran “fieles cristinistas”.

El rol clave de los gobernadores

Dado que tanto en el Senado como en Diputados muchos parlamentarios responden a los gobernadores de sus provincias, Fernández deberá mantener buenas relaciones con los mandatarios provinciales.

Fernández cuenta con el apoyo explícito de trece gobernadores y ha tendido puentes con otros seis, en su mayoría peronistas, que podrían ser aliados eventuales.“El Senado argentino que lo preside la vicepresidenta Cristina Fernández, está integrado por 72 bancas y en él se logra la mayoría”.

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