Inventores peruanos crean robot controlado por inteligencia artificial para prevenir contagios de COVID-19

Inventos peruanos contra el coronavirus. Jeyson Minaya y Naysha Santana son ingenieros dedicados a la fabricación de implementos de seguridad dentro de la minería, pero cuando la pandemia llegó al Perú, supieron que podían volcar todos sus conocimientos hacia la salud de los peruanos, haciendo frente a la COVID-19.

La cuarentena obligatoria los había alejado de sus labores y, después de que el padre de Jeyson fue contagiado por coronavirus, se vio motivado en hacer algo para frenar esta enfermedad. Contactó a su compañera de trabajo y decidieron participar del concurso de patentes creado por el Indecopi.

Juntos han logrado que cuatro de sus proyectos sean seleccionados por Indecopi para el financiamiento de todas las tasas administrativas para otorgar la patente. Estas comprenden desde el trámite de la solicitud de patente respectiva hasta la culminación del mismo. De igual manera, obtendrán la prioridad para la aceleración del trámite ante la Dirección de Investigaciones y Nuevas Tecnologías (DIN).

Entre los esfuerzos que vienen realizando las entidades ligadas a la investigación e innovación por fomentar el desarrollo de tecnologías, el Indecopi, a través de la DIN, realizó una convocatoria para la protección de invenciones que sirvan para enfrentar la pandemia en el Perú.

Fueron 45 los inventos que se han hecho acreedores a los beneficios que otorga el concurso especial “Patentes frente al COVID-19”, entre ellos los que Jeyson Minaya y Naysha Santana han creado. Entre las invenciones destacan respiradores artificiales, mascarillas, cabinas de descontaminación, entre otros. Dichas propuestas podrán servir como aislantes del poderoso virus que ya ha acabado con la vida de miles de personas en el mundo.

Los jóvenes ingenieros son los creadores de un robot con unidad de descontaminación auto sustentado por energía solar, controlado por una inteligencia artificial simulada de forma remota. Este aparato móvil utiliza una luz ultravioleta pre filtrada para inactivar el SARS-COV-2 y otros agentes patógenos en el ambiente.

¿Cómo funciona?

Los inventores explicaron que “es un vehículo autopropulsado que funciona automáticamente. Cuenta con una unidad de control que ejecuta un código de programación que ayuda a que pueda trabajar de forma independiente sin la necesidad que alguien este a su lado controlándolo en todo momento”.

Este robot está diseñado para ser utilizado en establecimientos públicos que congreguen a una gran cantidad de personas. Desde bancos, mercados, hospitales y­—con su reciente reapertura— los centros comerciales, son los lugares en donde este vehículo funcionaría como aislante del virus, además de ser utilizado para la desinfección de ambientes. “Hay un alto grado de infecciones nosocomiales que son las que se adquieren principalmente en los hospitales”, declaró Jeyson Minaya, gerente de proyectos de la empresa The God Company.

“La luz ultravioleta pre filtrada con la que cuenta el robot, utiliza un sistema de mitigación de intensidad de la luz que es apta tanto para personas como para superficies”, señala Minaya.

Su control de manera remota recurre a la implementación de una inteligencia artificial simulada. Esta es capaz de reconocer a personas infectadas dentro del establecimiento y puede ejecutar un eficaz plan de control de ellas.

“Tiene una cámara térmica que le sirve al robot, mientras se va desplazando, para que cuando vea una persona frente a él, ejecute un comando de voz que le advierte que el robot está irradiando la luz para que la persona se haga a un lado y, si no lo hace, entonces el robot cambia de dirección”, explican los creadores de la invención.

Por otro lado, permite medir la temperatura de las personas que están alrededor del robot. Este proyecto se diferencia de otros productos existentes en el mercado por generar cero consumos energéticos, lo que lo vuelve de gran efectividad, incluso, en zonas rurales. Además, realiza un proceso de desinfección de manera directa sobre las superficies, identificando la presencia de algún agente patógeno para su posterior eliminación.

El levantamiento de la cuarentena y la apertura de establecimientos públicos, aumenta la necesidad de contrarrestar la propagación de la COVID-19, lo que vuelve a este invento, como muchos otros, en uno de primera necesidad para ser implementado en ambientes con un gran tránsito de personas.

La obtención de una patente, bajo la modalidad convencional, puede tomar hasta 5 años. Sin embargo, gracias al concurso creado por Indecopi, los 45 ganadores podrán obtenerla en un plazo máximo de un año, según cuentan los ingenieros.

“Ahorita ya tenemos el número de expediente de la solicitud de patente, con el cual, según Indecopi, ya podemos comenzar a fabricar y comercializar el producto”, señalan. Añaden que tras la obtención de los beneficios, tienen planeado comenzar lo antes posible el financiamiento e implementación de su proyecto, de la mano de la empresa en la que laboran, y así contribuir en mitigar el alcance del coronavirus en el Perú.