¿Volverán los días fríos en Lima? Senamhi aclara
Sociedad

CVR: a casi 20 años del informe, sobrevivientes de violaciones sexuales exigen reconocimiento de delitos

Militares abusaron de mujeres y cometieron delitos documentados por la Comisión de la Verdad y Reconciliación. Pese a ello, aún no hay justicia para sobrevivientes.

Protestan para que jueces garanticen trato digno a quienes denuncian violación sexual por parte de militares en caso Manta y Vilca. Foto: Cortesía
Protestan para que jueces garanticen trato digno a quienes denuncian violación sexual por parte de militares en caso Manta y Vilca. Foto: Cortesía

El informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) ayudó reconstruir al Perú desde la memoria histórica. Permitió visibilizar los abusos cometidos durante esa época en el país. Este 28 de agosto, se cumplen 19 años de la publicación del documento; sin embargo, aún hay víctimas que esperan justicia a pesar de la poca celeridad en sus casos.

Son casi 17.000 testimonios a nivel nacional sobre los delitos cometidos entre 1980 y 2000, los cuales fueron plasmados en el informe de la CVR. Algunos narran ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, tortura, secuestro, violación sexual, embarazo forzado y otras graves afectaciones contra los derechos humanos.

Asimismo, la CVR reconoció que estas violencias no fueron ejercidas de la misma forma para hombres y mujeres. Estas últimas fueron las más afectadas. Hasta el 2016, la comisión registró 538 casos de violación sexual, de los cuales 527 fueron contra niñas y mujeres —en su mayoría analfabetas, quechuahablantes, campesinas y dedicadas a las labores domésticas y agrícolas— de entre 10 y 29 años.

De igual manera, detalló que el 83% de los responsables de estas agresiones sexuales fueron integrantes de las Fuerzas Armadas (FF. AA.) y la mayoría se perpetraron en Ayacucho y Huancavelica, lugares cercanos a sus bases militares.

Los testimonios de Manta

En la comunidad de Manta, en la provincia de Huancavelica, la violencia sexual por parte de los militares contra niñas y mujeres fue una práctica recurrente. En algunos casos, los oficiales a cargo cometían el delito y otras veces fomentaban a hacerlo.

“El soldado le pidió que fuera su enamorada y le dijo que quería casarse con ella. S. lo rechazó y el soldado, molesto, le gritó: ‘Si quieres estar conmigo, a buena hora, pues yo te voy a matar si no te confías’. Posteriormente, la empujó a la cama, mientras la joven se resistía. El soldado la violó sexualmente”, es uno de los crudos testimonios recogidos por la CVR.

A la fecha, son 13 exmilitares acusados de violar a nueve mujeres de Manta. Luego del primer juicio oral, se inició uno nuevo desde hace tres años, el cual ahora está en etapa de declaraciones de testigos.

“Ellas tienen una representación de sí mismas que se ve dañada, la representación de sus cuerpos (…) es la sensación de estar marcada de por vida y toda la estigmatización que carga una víctima”, señaló la psicóloga y testigo experta Paula Escribens en una reciente audiencia del Caso Manta.

Las huellas aún son visibles en las víctimas, por ello piden que el segundo juicio oral se mantenga con las medidas de cuidado establecidas por la Sala para evitar la revictimización. Además, retomar las audiencias públicas y darle celeridad al proceso.

“Este caso no solo involucra a soldados del Ejército Peruano, sino a oficiales y suboficiales, uno en grado de capitán. Por todas las circunstancias que rodearon estos casos es evidente que los crímenes se cometían de manera generalizada. Yo no puedo afirmar que había órdenes para llevar acabo esos delitos, ni que los oficiales de mayor grado conocían la situación, pero se debió tener un mayor control de lo que hacía el personal en las bases militares”, sostuvo Víctor Álvarez, abogado del caso por Demus.

En Sociedad LR, un equipo experto de periodistas se encarga de redactar y elaborar todos los artículos que se firman en esta sección. Además, tenemos a un grupo de editores cuya labor minuciosa consiste en revisar cada una de estas publicaciones a fin de garantizar que sigan nuestra línea editorial y sean de relevancia para nuestra audiencia.