Precio del dólar HOY, sábado 20 de abril
Sociedad

A sangre y fuego retornan mineros ilegales a Madre de Dios

Oro sangriento. La clamorosa reducción de las operaciones de interdicción de las fuerzas del orden contra las actividades de explotación ilícita de oro en la zona de amortiguamiento de la reserva nacional de Tambopata ha sido aprovechada por las organizaciones criminales que ejercen la violencia para liquidar a los defensores de los bosques.

Devastación profunda. Espantosa evidencia del retorno de los mineros ilegales en la zona de Nueva Arequipa, una zona de amortiguamiento de Tambopata. Foto: Antonio Melgarejo/ La República
Devastación profunda. Espantosa evidencia del retorno de los mineros ilegales en la zona de Nueva Arequipa, una zona de amortiguamiento de Tambopata. Foto: Antonio Melgarejo/ La República

Nueva Arequipa. Cuando los mineros ilegales asesinaron a balazos al defensor de los bosques Juan Fernández Hanco, el domingo 20 de marzo, marcaron con sangre y fuego su regreso a un territorio del que habían sido expulsados.

En 2011, organizaciones criminales dedicadas a la explotación minera ilegal invadieron terrenos dedicados a la reforestación entre los kilómetros 104 y 106 de la Carretera Interoceánica, en el centro poblado de Nueva Arequipa, ubicado en el distrito de Inambari, provincia de Tambopata, en Madre de Dios. En 2019, las fuerzas desplegaron y ejecutaron la Operación Mercurio y erradicaron a las mafias de invasores que se imponían con amenazas y violencia.

Pero en medio de la pandemia del nuevo coronavirus, ante la ausencia de las fuerzas de seguridad en la zona, los delincuentes reaparecieron con más fuerza y decisión. La familia Fernández, afectada por los invasores, comunicó a las autoridades de la presencia de los mineros ilegales en zonas destinadas a la reforestación de la reserva nacional de Tambopata. Volvieron más agresivos, más violentos y más resueltos a imponer su propia ley. En setiembre del 2021, un contingente de la policía ingresó a Nueva Arequipa y expectoró a los mineros ilegales. Desde entonces, estos delincuentes juraron vengarse de la familia Fernández.

Nueva Arequipa es una zona muy diferente a La Pampa, mucho más conocida.

En la noche del domingo 20 de marzo, cumplieron con sus amenazas y asesinaron a Juan Fernández Hanco, quien contaba con terrenos destinados a la reforestación en la zona de amortiguamiento de la reserva nacional de Tambopata. Juan Fernández era un defensor de los bosques que se oponía a las organizaciones criminales de los mineros ilegales.

Huanco

DEFENSOR. Juan Fernández Huanco (derecha), con su hermano el gobernador Germán Fernández. Foto: difusión

“En setiembre del año pasado fuimos a una de las pozas de los mineros ilegales y era del tamaño de una cancha de fulbito donde operaban tres balsas que extraían oro. Aquella vez destruimos las balsas, aunque no se pudo determinar a quiénes pertenecían. En diciembre volvimos a ingresar a la misma zona y constatamos que el lugar de explotación ya no era del tamaño de una canchita de fútbol, sino de un estadio y las balsas se encontraban pegadas unas a otras como si fueran puestos de un mercado”, relató una fuente policial que labora en el área.

En la parte que correspondía al predio de la familia Fernández, la policía encontró 11 balsas operando, lo que para las autoridades significa que en el lugar trabajaban alrededor de 60 personas, entre mineros y “campanas” (soplones). “Reventamos todas las balsas, pero ya las deben haber repuesto, porque son muy rápido”, dijo la fuente policial que intervino en las operaciones.

Como parte de la Operación Mercurio, se instaló una base de la División Nacional de Operaciones Especiales (Dinoes) en Nueva Arequipa. Pero, luego, con la reducción del presupuesto destinado a la lucha contra la minería ilícita en Madre de Dios, el puesto fue desactivado. Fue una excelente noticia para las organizaciones criminales.

“El Operativo Mercurio tuvo un alto presupuesto porque participaron entre 300 y 400 efectivos que golpeaban de manera simultánea en diferentes sectores. Ahora entramos entre 60 a 80 efectivos como máximo, entre policías de medioambiente, de la región Cusco, Dinoes, Dicosmin y el apoyo del Ejército. No son operativos contundentes y no tenemos capacidad operativa para golpear diferentes sitios a la vez”, indicó la fuente policial.

En la zona de minería ilegal existen siete bases temporales mixtas que albergan efectivos del Ejército y de la Policía Nacional: Base Alpha, Bravo, Eco, Charlie, Balata, Otorongo y Mega 12. Cuando se consolidó la Operación Mercurio, cada base contaba con alrededor de 50 policías, además de la fuerza militar. Ya no es lo mismo.

“Ahora cada base puede tener entre 8 a 10 efectivos normalmente. La mayor fuerza se encuentra en la Base Eco, ubicada en el kilómetro 108 de la Carretera Interoceánica. Es la base que más sale a patrullar. Nos juntamos con un par de bases cercanas y podemos sumar 30 efectivos policiales, más el apoyo del Ejército, la División Nacional de Operaciones Especiales (Dinoes) y la Dicomin. Nos agrupamos 60 para salir a operar. Pero, lamentablemente, no hay contundencia”, explicó otra fuente policial en la zona.

Al constatar la reducción de la presencial policial, y la disminución de los operativos de represión, los mineros ilegales han aprovechado la situación para ampliar sus actividades.

Una balsa de extracción completa de oro lista para operar bordea los 90 mil soles. Solo el motor, de ser nuevo, está 60 mil soles, y uno de segunda, 35 mil soles.

A pesar de no pagar impuestos en la zona, el precio del galón de combustible es más caro que en el resto del país. En plena Carretera Interoceánica alcanza los 20 soles, y al ingresar en la zona minera su valor se duplica.

No se sabe cuántas hectáreas de bosques son depredadas por los mineros ilegales. Tampoco hay información de los que están detrás de los mineros ilegales. Cuando se interviene a los ‘traqueros’ -que son los que manejan las balsas- y se les interroga, nunca saben los nombres de los que los contratan. Solo los conocen por apodos.

“Esto de no dar información no es gratuito. Los ‘traqueros’ trabajan de balsa en balsa por recomendación y son mejor considerados si se sabe que ellos, ante una intervención, priorizan dos cosas: no dar información de sus patrones y salvar el motor, lo que consiste en desconectarlo y lanzarlo a la poza para que la policía no lo pueda dinamitar”, explicaron fuentes policiales de la zona.

Después del asesinato de Juan Fernández Huanco, para intentar frenar la ola de crímenes y depredación de la zona de amortiguamiento del Tambopata, el representante de la Defensoría del Pueblo de Madre de Dios, Guimo Loaiza Muñoz, convocó a una reunión con las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional y representantes del Ministerio Público, Gobierno Regional, el Comité de Reserva de Tambopata y el congresista de Madre de Dios Eduardo Salhuana.

En la reunión se dio a conocer que los pobladores de la zona de Nueva Arequipa denunciaron que en el kilómetro 68 de la Carretera Interoceánica los mineros ilegales han instalado un “puesto de control”.

“Esto significa que estamos volviendo a la situación que había antes de la Operación Mercurio, cuando grupos armados denominados ‘seguridad’ se encargaban de cobrar cupos a los comerciantes”, expresó el representante de la Defensoría del Pueblo, Guimo Loaiza.

Por su parte, la Marina de Guerra apoya los operativos contra los mineros ilegales en su zona de competencia, los ríos. A diferencia de la Policía y Ejército, los efectivos navales golpean desde la cuenca del río Madre de Dios, que está conformado por los ríos Madre de Dios, Tambopata, Malinowski, Inambari y Las Piedras. Esto significa que la Marina tiene a su cargo la vigilancia de 4.100 kilómetros.

“Vamos a los operativos con el representante del Ministerio Público, evidenciamos la operación con fotos y videos y con su visto bueno procedemos a la destrucción del material”, relató el capitán de Corbeta Manuel de la Haza Fuentes, a cargo de la Capitanía de Puerto de Madre de Dios.

Militares

A la mala. Presencia de mineros ilegales en los terrenos de la familia Fernández en marzo de este año. Foto: difusión

En el 2021, la Marina intervino 124 operaciones contra la minería ilegal en los ríos, destruyendo 26 millones de soles en equipos, entre balsas y motores. En lo que va del 2022, ha completado 36 operativos.

“Durante la pandemia, la Marina de Guerra no redujo los operativos contra la minería ilegal. Sin embargo, durante casi todo el 2021 no participamos en operaciones conjuntas con la Policía y el Ejército debido a que, culminada la Operación Mercurio, en diciembre del 2020, no había la base legal para operar”, señaló el oficial. Increíblemente, la Marina no está habilitada para actuar en operaciones contra los mineros ilegales en tierra firme.

Mientras tanto, las organizaciones criminales siguen imponiéndose a sangre y fuego.

Datos

El Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas (CCFFAA) proyecta la creación de un Comando Especial Madre de Dios destinado exclusivamente a la represión de las actividades de la minería ilegal.

En la creación del componente Especial La Marina de Guerra del Perú ejecutará operaciones conjuntas para mitigar y sostener las operaciones en áreas contaminadas y afectadas por la minería ilegal.

Periodista de investigación del diario La República. Soy Comunicadora Social egresada de la Facultad de Letras y Humanidades de la UNMSM. Llevo 23 años realizando la labor de reportera en la Unidad de Investigación del diario, donde me he especializado en abordar temas de seguridad nacional, derechos humanos, narcotráfico y terrorismo.