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Sociedad

Víctima de Sendero: “Solo los que hemos vivido de cerca el terrorismo sabemos lo que significó”

El comandante en retiro Percy Chirinos relató cómo su padre de 67 años fue torturado por los subversivos en el patio de su hacienda en la provincia arequipeña de Condesuyos.

Familia Chirinos. Conservan un recuerdo de don Máximo en un cuadro.
Familia Chirinos. Conservan un recuerdo de don Máximo en un cuadro.

Elizabeth Huanca

El 29 de abril 1991, Máximo Chirinos fue acribillado por Sendero Luminoso en su hacienda ubicada en el sector de Chiuro en el distrito de Andaray, provincia arequipeña de Condesuyos. Los subversivos incursionaron en el lugar tras un enfrentamiento con el Ejército.

Máximo, un hombre de 67 años, había dedicado toda su vida al campo. Tenía 12 hijos, el último de solo 10 años de edad y una esposa que lo esperaba en Arequipa, cuando los terroristas se ensañaron con él. Fue torturado antes de morir. Falleció en el patio de hacienda. Los senderistas querían dinero. Él no tenía.

Su hijo, el comandante del Ejército (R) Percy Chirinos, nunca olvidó ese día. Su familia quedó rota. Se enteraron de la muerte de su padre un 1 de mayo hace 30 años, pero el duelo sigue hasta hoy.

“No puedo imaginar lo que sintió antes de morir, la angustia que vivió. Estaba solo”, dice sin resignación Chirinos. Es viernes y conversamos en la sala de la casa que construyó su padre y en la que hasta marzo de este año vivió su madre Paula. La dama falleció a los 90 años víctima de la COVID-19.

La violenta muerte del padre hizo que el comandante Chirinos reafirme su compromiso con la patria. Tenía 22 años cuando pasó la tragedia. Era oficial egresado de la escuela de Chorrillos y estuvo dos años antes en Ayacucho. En 1993 ingresó a la escuela de comandos del Ejército y se graduó con honores. En adelante luchó por varios años en zona de emergencia. “He visto de cerca la muerte, a niños con machetes en el rostro, amigos y soldados morir desangrados. Solo los que hemos vivido de cerca el terrorismo sabemos lo que significó. Ojalá que esto nunca más vuelva”, expresa firme.

Don Máximo es recordado por tres generaciones de los Chirinos Urday. Un gran cuadro de él montado sobre su caballo en su hacienda decora la sala de su casa. Se ve serio y seguro. Así prefieren recordarlo.