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Sociedad

Protestas en Puno: “no queremos bonos sino trabajar”

Reclamo. Mientras el foco de atención está centrado en el Vacunagate, la calle en las ciudades del sur, se calienta con movilizaciones para exigir el levantamiento de la cuarentena. La intensidad de la medida de fuerza se percibió sobre todo en Puno en donde desde el miércoles se acató protesta.

La frase fue repetida una y otra vez en los dos días consecutivas de protestas en Puno: “no queremos bono, queremos trabajar”.

La corearon cientos de manifestantes que se volcaron a las calles para rechazar las medidas restrictivas del gobierno, el incremento en los precios de combustible y gas, además exigir el cambio de la constitución política.

Esta segunda jornada estuvo marcada por la paralización de la mayoría de actividades públicas y privadas. La ciudad amaneció sitiada. Las vías de ingreso y de salida fueron bloqueadas con unidades de transporte de servicio urbano. De ese modo, se impidió la circulación de vehículos motorizados. Solo se dio facilidades a patrulleros policiales, ambulancias y unidades que trasladaban enfermos a los hospitales del Minsa o EsSalud.

En varios puntos de la ciudad, los huelguistas convocados por el Frente de Organizaciones Populares (FOP), hicieron ollas comunes. Apelaron a la leña para la cocción de sus alimentos. Era una manera simbólica de protestar contra el incremento de gas doméstico, que se elevó de 41 a 48 soles. Más económico es cocinar con leña de árbol que con gas, dijeron.

“Todo está subiendo. Se está viviendo un paquetazo y de eso nadie hablar. Los que no tenemos sueldo la estamos pasando mal. Por eso estamos en las calles”, aseguró Leónidas Flores, transportista.

Cerca al medio día comenzó una multitudinaria marcha desde distintos puntos de la ciudad hacia el centro de Puno. A diferencia de otras protestas, la medida de ayer tuvo gran acogida.Estuvieron presentes los sectores afectados por paralización de actividades: guías de turismo, restaurantes, taxistas, vendedores de golosinas, etc.

“Estamos de acuerdo que hay que tomar medidas por los contagios, pero también tiene que haber un equilibrio entre el derecho al trabajo y el control sanitario. Estamos de acuerdo que se paralice todo a partir de las cinco de la tarde. Pero no queremos el encierro. Eso psicológicamente nos mata”, aseveró Noelia Pacheco, empresaria del rubro de comida.

La movilización estuvo encabezada por el Frente de Organizaciones Populares (FOP), y la Central Única de Barrios y Urbanizaciones de Puno.

“Toda esta crisis no es casual. Hay temas de carácter político y legal. Nosotros creemos que el descontento es un termómetro de lo que siente en este momento el peruano de esta parte del país. Hay crisis económica y lo están sufriendo los más pobres”, alegó César Hugo Tito Rojas, dirigente de Sutep.

El lado colorido lo puso la asociación de bordadores. Sus integrantes nunca salieron a las calles para hacer sentir que también pertenecen a ese otro rubro económico también afectado por la suspensión de la fiesta de la Candelaria, y la mayoría tuvo que cerrar sus talleres. Vistieron los trajes que fabrican.

“La cultura también se hace presente. Somos afectados por esta crisis y también necesitamos políticas de atención a este sector que mantiene la cultura y fortalece el patrimonio inmaterial de nuestra historia”, dijo René Nina, dirigente de los bordadores.

Enfoque

Carlos Vizcarra- médico infectólogo

Hay riesgo por marchas

Son muchos los factores para que una movilización pueda generar o no contagios COVID-19. En las masivas marchas del año pasado, se creyó que los jóvenes podrían llevar el virus a sus casas. Afortunadamente no se reflejó en las estadísticas. Hay que resaltar que fueron días en que los contagios estaban de bajada. En la actualidad ocurre lo contrario. Población con más edad y por ende con mayor riesgo ante el pandemia se han volcado a la calles. También hay que precisar que estamos en aumento de infecciones y muertes. Todo dependerá si cumplieron las medidas de protección durante su movilización.

Periodista egresado de la Universidad Nacional del Altiplano de Puno. Actualmente videorreportero de la Unidad de Respuesta Periodística Inmediata de La República (URPI-LR).