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Sociedad

Coronavirus en Perú: sin ciencia el 2021 será más duro

Conclusión categórica. La pandemia nos hizo un jalón de orejas: sin ciencia, tecnología e innovación no podremos vencer al coronavirus. El enfoque científico es fundamental para la toma de decisiones de un Gobierno. Por eso, el gran desafío para este 2021 será incluirlo en el Ejecutivo, directamente. Sea a través del fortalecimiento de Concytec o la implementación de una Agencia CTi en el Consejo de Ministros. Nada lo impide y todo lo demanda. Evidentemente, será un punto de agenda la próxima campaña electoral.

La conclusión unánime del 2020 es que la ciencia tiene un rol fundamental en la vida de las personas. El desarrollo científico y tecnológico desplegado para darle respuesta a la pandemia nos ha abierto los ojos. Lamentablemente, el Gobierno peruano no supo oír la tendencia mundial y tropezó varias veces.

Sistema precario

El exministro Víctor Zamora asumió la cartera de Salud a poco de iniciada la pandemia. Este diario le preguntó por qué no se consideró el desarrollo científico y tecnológico para responder a la crisis.

La respuesta fue que, con el sistema precario de salud que tenemos y la violencia con que golpeaba la epidemia al Perú, se tuvo que definir prioridades. Y la prioridad número uno fue la respuesta inmediata.

“Tan básico como contratar gente, comprar camas de hospitalización o poner oxígeno”, comenta ahora, ya alejado del ministerio.

Es decir, mientras otro países dirigían energía y fondos a la investigación y el desarrollo de herramientas como una vacuna, Perú tenía que concentrarse en nivelar su sistema hospitalario.

Zamora sostiene que, si bien el país sí tiene instituciones enfocadas en desarrollar ciencia y tecnología (INS, Concytec), estos resultan insuficientes para realizar toda la investigación que se requiere. “Esto no significa que lo hayamos postergado o ninguneado, simplemente no podíamos con tamaña responsabilidad”, argumenta.

Sin embargo, para Maite Vizcarra, experta en tecnología e innovación, la razón por la cual Perú no pudo responder con ciencia a la pandemia fue que “el sistema CTi peruano funciona solo en la política pública escrita”.

Ella observa que se tenía una serie de esfuerzos aislados, por parte del Concytec y el Ministerio de Producción, para impulsar la CTi. Pero, “desde el punto de vista práctico, lo que teníamos eran dos grandes sectores, la ciencia básica y la aplicada, trabajando de manera aislada y desorganizada”.

Trabas burocráticas

Otro punto que define el poco apoyo a la ciencia durante esta pandemia es la falta de normativa y regulación, justamente, para desarrollar proyectos científicos y tecnológicos. La dificultad, para el Minsa, se hizo notoria con el desarrollo de ventiladores y equipos de respiración.

“Notamos que a la institución, que tenía que dar la autorización para que estos productos sean reconocidos como tal, nunca en su existencia le habían pedido que reconozca un ventilador. Así que no se tenía la experiencia ni el conocimiento para hacer este tipo de procedimientos”, respondió el exministro de Salud. Esta falta de experiencia ralentizó los procesos de inscripción y aprobación de estas innovaciones.

Lo mismo sucedió con las pruebas moleculares nacionales. “Así como el Instituto Nacional de Salud (INS) no sabía cómo aprobar ventiladores, tampoco sabía cómo aprobar pruebas de campo para estas pruebas”, añade Zamora.

Ante las carencias, el Minsa realizó guías para inscribir estas tecnologías. Después de meses de conversaciones, se podía hablar de un marco normativo para estos proyectos. “Institucionalmente no se tenían las capacidades instaladas”, dice el exministro.

Según Maite Vizcarra, para estos desarrollos científicos locales “no hubo la capacidad, ni del lado de innovación de Produce ni del lado de la ciencia, de darles una respuesta rápida”.

De nuevo, la burocracia entorpeciendo la respuesta a la mayor crisis sanitaria de los últimos tiempos. ¿Por qué otros países sí fueron capaces de adaptar su normativa a este tipo de innovaciones e incluso al desarrollo exprés de una vacuna? Muchos concluyen que la clave es la voluntad política.

Falta de evidencia

Una decisión que hasta ahora causa polémica es, por ejemplo, la promoción por parte del Estado del uso de ivermectina como medicamento contra el Covid-19.

El exministro Zamora, quien fue el primer promotor del fármaco, reconoce que en ese momento de la epidemia, ya que se “movían con poquísima evidencia”, solo reconocieron el potencial beneficio de la ivermectina.

“Era una droga segura y con beneficio potencial y no mostraba efectos adversos”, comenta.

Al día de hoy, un estudio del Instituto de Investigación de EsSalud ya demuestra la nula implicancia del medicamento contra esta enfermedad. Sin embargo, el Congreso y medios de comunicación promueven su uso a libre albedrío.

“Si bien la ivermectina no genera daño directo, sí genera daño indirecto porque da una falsa sensación de inseguridad y por ende un impacto en la salud”, analiza el exministro.

El inmunólogo Juan More Bayona señaló que los responsables de hacerle frente a la desinformación generada por este medicamento son el Minsa, Concytec, el Ministerio de Cultura y Educación, los colegios profesionales, las universidades y los partidos políticos que quieran arengar la ciencia durante la campaña, ya que están obligados a resguardar la salud pública de los peruanos a través de campañas a favor de la evidencia científica.

Retos en el 2021

Maite Vizcarra señala que el principal reto que tiene el sistema CTi peruano “es que funcione como una cadena: la primera cadena probablemente esté en el laboratorio científico, pero la última tiene que estar en el mercado, sea como producto o servicio”. Así, queda claro que hasta que no exista ese engranaje entre los sectores y organismos vinculados el sistema seguirá fallando.

El exministro Zamora sostiene que la ciencia debe tener una silla dentro del Ejecutivo: “Es una buena propuesta que la ciencia tenga participación en el proceso de toma de decisiones porque es un insumo valioso”, refiere.

Para el epidemiólogo Edward Mezones, en la campaña electoral todos van a ofrecer estas propuestas porque saben que la población está empapada con que la ciencia importa. “Ya es una estrategia política”, anota.

Las veces que Perú le dio la espalda a la ciencia

20 de marzo: primer cambio de ministro.

Víctor Zamora reemplaza a Elizabeth Hinostroza en el Ministerio de Salud. El Gobierno decidió que sea un experto en salud pública quien lidere la respuesta a la pandemia por coronavirus. Como pasó con su antecesora, sus primeras medidas también fueron duramente criticadas.

Abril: la paradoja de las pruebas rápidas.

Una de las primeras medidas de Zamora fue intensificar el uso de pruebas rápidas, a pesar de la probabilidad de dar falsos negativos. Cuando el debate indicaba que las pruebas moleculares eran la mejor opción, Perú mantenía las pruebas rápidas como primera alternativa de diagnóstico.

Junio: sin normativa para la innovación.

Diversos proyectos peruanos buscaron la rápida aprobación del Ministerio de Salud. Pruebas moleculares y ventiladores mecánicos fueron desarrollados en tiempo récord para mejorar la respuesta de Perú a la pandemia. Sin embargo, la burocracia estatal no estaba lista para responder.

Julio: polémica por la ivermectina.

Un medicamento sin eficacia comprobada, como la ivermectina, fue incluido en los planes del Ministerio de Salud para la atención primaria. Cuando todos en otros países descartaban su uso contra el Covid, Perú lo reforzaba. Esa decisión agravó la crisis sanitaria en varias regiones.

15 de julio: segundo cambio de ministra.

Pilar Mazzetti reemplaza a Víctor Zamora. Ella venía de liderar el Comando de Operaciones Covid-19 por lo que se esperaban medidas acertadas. La expectativa a su labor fue tal que el efímero régimen de Manuel Merino la convocó, pero ella se negó. Volvió al ministerio con Francisco Sagasti.

Octubre y noviembre: vacunas y decisiones apresuradas.

Perú decidió cesar sus negociaciones con el laboratorio AstraZeneca por los efectos adversos que originó su candidata a vacuna. Ningún país había adoptado esa decisión pues faltaba evidencia. Hoy se afirma que fue una decisión apresurada.

Fortalecer el sistema científico

Enfoque por: Bryan Lucero, director de Científicos.pe

El 2020 deja una marca profunda en la relación entre la ciencia y la sociedad. Una crisis sanitaria prevista pero políticamente desestimada detuvo, por un momento, al mundo. Sin embargo, en casi un año la actividad científica global logró entender la pandemia y se desarrollaron vacunas en un tiempo que al principio era impensable. Por ello, nuestro país también debió apoyarse en la ciencia de forma indiscutible, pero no fue así. En algunos casos porque tenemos un sistema normativamente inmaduro que no permite que las tecnologías desarrolladas en el país sean implementadas. En otros porque aún persisten las decisiones que no se respaldan en la evidencia o incluso son contrarias a ella, como el uso de medicamentos contra el Covid-19. Ambas situaciones hacen al país vulnerable. Es por ello necesario fortalecer nuestro sistema nacional científico. Es una tarea compartida entre la clase política y la comunidad científica, que por el bien de nuestra sociedad deben comenzar a acercarse.

Reacciones

Maite Vizcarra, experta en CTi

“Las personas quieren saber cómo funciona una vacuna o si funciona un medicamento. Por eso, el reto en los próximos años tiene que estar vinculado con la popularización de la CTi”.

Edward Mezones, epidemiólogo

“La universidad debe asumir un papel más activo porque tienen un rol social, académico y científico que definitivamente puede aportar a la toma de decisiones y a la aplicación de acciones en la pandemia”.

El dato

Es importante involucrar cada vez más a la sociedad civil. A través de las redes sociales hay un fuerte pronunciamiento respecto a la agenda CTi para el bicentenario.

LR PODCAST: Escucha el Informe Matinal del 1 de enero del 2021

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