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Sociedad

El familiar ausente en nuestras mesas navideñas

Hogares afectados. Miles de familias, como los Castillo, los Díaz Leyva y los Díaz Asto sufrieron la pérdida de seres queridos por el virus. En Navidad y Año Nuevo se evidencia más la partida.

Lucía Castillo mira la silla vacía. Ahí debió estar papá César como todos los años. Debió estar comentando las injusticias de nuestra sociedad, recordando sus años juveniles cuando fue periodista, sus trabajos en el Ejército, sus ideales de luchar por los más vulnerables, compartiendo su sabiduría. Pero no. Solo su ausencia y la silla vacía.

El 28 de julio, el cáncer al estómago y el Covid-19 acabaron con la existencia de César Castillo Vidalón, a los 75 años.

Lucía Castillo Galdo todavía recuerda cuando ella inició una valiente campaña en las redes sociales por la vida de su padre. Eran momentos en que todo era incertidumbre, temor, y en los hospitales no se atendían las neoplasias u otras enfermedades. Ella reclamó, tuiteó a todas las autoridades, hasta al mismo presidente de la República, denunció su caso en La República.

Lamentablemente, su padre perdió la vida y se convirtió en esa luz que la ilumina. Todavía recuerda cuando le grabó un video frente al mar. Sonreía. Todos en la familia sonreían. Y así lo imagina en esta Navidad, frente a esa silla y su ausencia.

“Quería luchar por los más humildes, por los ancianos, los jubilados. Tenía muchos ideales”, recuerda Lucía.

Como este caso, similares escenas se repiten en familias de los más de 37 mil fallecidos por Covid-19, según la Sala Situacional del Ministerio de Salud.

En esta Navidad sin abrazos y besos, como pide que se celebre el psicólogo Manuel Saravia, para cuidar a los que queremos, es mejor sentirse en familia para superar la pérdida.

Lo recomienda la psiquiatra del Larco Herrera Judy López Arias. “No debemos dejar que lo sucedido provoque largos episodios de tristeza porque puede ocasionar otros problemas como la depresión”. También recomienda: “Podemos mantener contacto virtual con amistades o sumarse a iniciativas que ayuden a los demás”.

Por cierto, en esta crisis del coronavirus, en la que aún nos encontramos, no faltaron las familias que tuvieron varios casos de mortalidad.

La familia de los Díaz perdió a 5 miembros, otros 4 fueron hospitalizados. “Lo que nos cayó a nosotros fue como una pesadilla, no se lo deseo a nadie”, comentó Juan Díaz (58).

El Covid-19 le arrebató a su padre Cecilio Díaz (80), a su madre Edith Leyva (77) y a sus hermanos Ernesto (54), Maribel (53) y Willy (42). Los cinco fueron sepultados en el mismo cementerio en Lurín.

“Éramos siete hermanos, pero ahora hemos perdido a tres”, se lamenta Juan, quien también padeció el virus, al igual que su esposa y su hija.

Antes de la llegada del virus, 17 miembros de los Díaz vivían en una casa de cuatro pisos en Chorrillos. Allí celebraron su última fiesta familiar, cuando Cecilio cumplió 80 años, sin imaginarse lo que vivirían.

“No sabemos cómo se metió el virus en mi casa, pero el primero en caer como víctima letal fue mi papá”, dice Ernesto (32), que se llama igual que su padre.

No supo lo de sus hijos

Otro caso fue el de los hermanos periodistas Julio y Luis Díaz Asto, fallecidos en junio, víctimas del Covid-19. Carmen Rosa, hija de Luis, recuerda que después de ellos falleció la mamá de ambos, Alejandra.

“Se nos fue el 23 de agosto. Se nos fue sin saber que sus hijos ya habían fallecido, no pudimos decirle lo que había sucedido. Ella creía que los dos se habían ido de viaje y luego volverían”.

Una Navidad diferente, una Navidad con el síndrome de la silla vacía. Miles sin padres, abuelos, esposos en la mesa. Solo una nostalgia que no cesa. Y un año imposible de olvidar.

El síndrome de la silla vacía

Para el psicólogo Xavier Savin, el síndrome de la silla vacía existe. “En las casas nos sentamos en un sitio, y si fallece un familiar todos siguen sentándose igual, y la silla queda vacía. Significa que las emociones se intensifican”.

Psiquiatra Abel Sagástegui: compartir emociones ayuda a liberar la pena, aceptar la ausencia y llenar el vacío.

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Estudios de Comunicación Social y Periodismo en la Universidad Mayor de San Marcos. Redactor en suplementos Domingo, Rojo y Blanco (regionales), VSD de La República. Editor de Espectáculos en La República. Reportero de deportes en El Gráfico Perú. Editor de Sociedad y Especiales en La República. Coeditor de Política en La República.