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Sociedad

Policías de Tránsito repartieron 400 almuerzos entre las ollas comunes de Cusco

Cientos de familias en Cusco, a raíz de la pandemia, enarbolaron las banderas blancas que advierten la falta de recursos para subsistir. Los agentes de la Policía atendieron a tres asociaciones.

Agentes de la Policía de Tránsito llevaron almuerzos a Ticatica en Cusco. Foto: PNP
Agentes de la Policía de Tránsito llevaron almuerzos a Ticatica en Cusco. Foto: PNP

La pandemia provocada por el nuevo coronavirus ha sumido en la crisis económica a cientos de familias en la región Cusco. El desempleo y la pobreza son cosa común en las asociaciones de vivienda. Las cuotas que buscan parar las ollas comunes no cesan y ante esta situación los agentes de la Policía de Tránsito decidieron llevar un poco de ayuda a los sectores más golpeados.

Adoptando todas las medidas sanitarias establecidas, agentes policiales de la Unidad de Tránsito y Seguridad Vial PNP Cusco entregaron 400 almuerzos, consistentes en fruta, segundo y refresco, a favor de las familias de tres ollas comunes en el sector de Ticatica.

Los entusiastas agentes del orden emprendieron su acción de caridad entregando 180 almuerzos a la olla común de la asociación pro vivienda Buena-Aventura, presidida por su representante Elio Zegarra. Luego se trasladaron a la APV Mirador-Salkantay donde entregaron 150 almuerzos a su lideresa Fany Aranzabal 150). Su labor culminó en la APV Mosoc-Wasi su presidenta Roxana Ttito recibió los 60 almuerzos para la población de la zona.

Todos los almuerzos fueron distribuidos entre la población vulnerable y de bajos recursos económicos de Ticatica. El personal policial que acudió a las diferentes asociaciones recalcó a los pobladores que tomen seriamente las medidas sanitarias establecidas por el Gobierno, para evitar mayor incidencia de contagios de la COVID-19.

BANDERAS DEL HAMBRE

A tan solo 30 minutos del centro de la Ciudad Imperial, en la zona noroccidental del distrito del Cusco, se encuentran la Asociación Villa Sol Naciente y la Asociación Pro Vivienda (APV) Sol del Inca. En el primer pueblo viven 50 familias y en el otro, entre 120 a 150.

Las dos asociaciones son pobres. A inicios de junio, la llegada de la pandemia los empobreció aún más. Desde lejos se apreciaba en las puertas o techos de las casas banderas blancas que en esta emergencia simbolizan la carencia, el hambre. La mayoría de la población eran trabajadores independientes: comerciantes, ambulantes, obreros, gasfiteros, los mil oficios del Cusco. Ahora ninguno tiene trabajo, se advirtió en el reportaje realizado por La República en junio pasado.

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