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Sociedad

Refundación de Arequipa

Escojamos: o seguimos igual yendo para peor o decidimos ser una región donde se pueda vivir mejor. Escojamos ahora o nunca.

Columna de Federico Rosado.
Columna de Federico Rosado.

Federico Rosado

Docente

Es indiscutible que si algo bueno nos ha traído este COVID-19 es el develamiento de que todo lo que se dijo de Arequipa fue mentira.

“Que Arequipa crecía por encima del promedio nacional, que nos estábamos convirtiendo en una metrópoli, que éramos la región número 1 en salud, que después de Lima seguía la blanca ciudad”.

Toda una falsedad, como aquella fracesita que menos mal ya nadie golpea: “somos un país de emprendedores”.

Lo que sí es cierto pero muy pocos observaron es que somos la penúltima región en el pilar “institucional”. O sea: no hay inversión pública, la gestión regional es un desastre, la delincuencia campea, y el Poder Judicial no se queda atrás.

Recomiendo ampliar el tema en: incoreperu.pe

Lo concreto es que Arequipa fue, se agotó; que estamos cuesta abajo y no en neutro sino en quinta y apretando el acelerador.

Que, necesitamos refundarla; es urgente, impostergable.

Que, el coronavirus nos dará un plazo corto para salir de la inercia en que Arequipa se ha estancado.

Que, las instituciones sobrevivientes se autoconvoquen.

Que, si no hacemos nada, cada día nos pareceremos más a eso que debería ser un baldón: la plataforma Avelino Cáceres, desde el óvalo hacia abajo.

Escojamos: o seguimos igual yendo para peor o decidimos ser una región donde se pueda vivir mejor. Escojamos ahora o nunca.

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