Contraloría advierte foco de contagio de COVID-19 en municipio de José L. Ortiz
Guardan vehículos de limpieza pública sin pasarlos por un proceso de desinfección e, incluso, con desechos recogidos durante la emergencia sanitaria. Situación expone a decenas de obreros municipales.
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Coronavirus en Perú. Pese a sus limitaciones, el servicio de limpieza pública no se detuvo durante el estado de emergencia por la COVID-19, debido a que fue considerado por el Gobierno Central como una labor esencial para reducir los focos de contaminación.
Sin embargo, en Lambayeque, la Contraloría General de la República (CGR) advirtió sobre la existencia de un foco infeccioso en los ambientes donde laboran decenas de obreros de la Municipalidad Distrital de José Leonardo Ortiz (MDJLO).
Tal como establece la Resolución Ministerial n.° 193-2020 del Ministerio de Salud (Minsa), las personas contagiadas del nuevo coronavirus no solo se encuentran en los establecimientos de salud, sino también en las viviendas pues existen casos sospechosos o asintomáticos.
En ese sentido, los residuos sólidos recolectados durante la emergencia representan un riesgo de contagio para los trabajadores, por lo que cada municipio debe implementar medidas para proteger a su personal de limpieza pública.
Contraloría verificó condiciones del personal de limpieza de José Leonardo Ortiz.
En el caso de la MDJLO, según el informe de visita de control n.° 014-2020, los vehículos destinados al recojo de basura se guardan en los ambientes del municipio sin pasar por un proceso de limpieza y desinfección.
Incluso, la maquinaria es almacenada teniendo consigo residuos sólidos -orgánicos e inorgánicos- en evidente estado de putrefacción y con filtración de líquidos exponiendo a los trabajadores al contagio de la COVID-19 u otras enfermedades.
Personal en riesgo
Asimismo, la Contraloría detectó que el municipio no monitorea el estado de salud de los obreros de limpieza pública a través de un tamizaje preventivo, lo que también incrementa la posibilidad de propagar el virus.
Es decir, el personal realiza sus labores sin que se le tome control de temperatura, oxigenación o presión arterial; incluso, no cuentan con personal de salud que se encargue de identificar cualquier signo de alarma del coronavirus.
Además, se evidenció que un obrero mayor de 65 años de edad, así como un trabajador con antecedentes de enfermedades crónicas continúan trabajando en el barrido de calles pese a que se encuentran incluidos en los grupos de riesgo.
Finalmente, el órgano de control también advirtió que no se cuenta con un punto de acopio para desechar los equipos de protección personal utilizados por los obreros municipales.
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