Primos deben caminar varios kilómetros para tomar sus clases virtuales en Pasco

Estudiar en el actual contexto de emergencia sanitaria se ha convertido en una peripecia para muchos. Ese es el caso de Frank Simeon Campos y Jordan Campos Adama, dos primos que deben caminar varios kilómetros al día para poder conectarse a sus clases virtuales.

Ellos parten desde diferentes puntos de Villa Rica para encontrarse en el centro poblado Villa la Sal. Demoran aproximadamente 1 hora y 20 minutos por tramo. Cuando finalmente llegan a su destino se encuentran muy agotados, pero con las mismas ganas de seguir aprendiendo.

Una vez en el lugar, ellos se instalan en una improvisada torre construida de troncos y maderas en medio de la nada. Esa es la única forma en la que pueden conectarse a Internet para no perderse una sola sesión de aprendizaje. Los jóvenes son destacados alumnos del colegio de alto rendimiento (COAR) de Chontabamba, en Pasco.

“De lunes a viernes, prácticamente estudiamos 5 horas diarias, de 8:00 a. m. a 2 o 3 de la tarde y el día sábado de 8 a 1 de la tarde. Para el estudio no hay obstáculo alguno” señala el pequeño Frank.

Cuando alistan sus útiles, ellos deben llevar unas contundentes loncheras para poder alimentarse después del largo viaje que hacen de ida y vuelta.

“Las clases empiezan a las 7.30 a. m. por lo que tienen que salir a las 6.00 a. m. Deben caminar un tramo de 3 a 4 kilómetros”, mencionó Juan Carlos Simeon, el orgulloso padre de Frank. Él se dedica a la siembra y cosecha de café. Señala también que las dificultades económicas no son impedimento para que su hijo destaque en los estudios.

Finalmente, Jordan, quien usa con mucha disciplina una mascarilla blanca, envía un mensaje a todos los estudiantes del Perú. “A los que está viendo esto, si tienen la facilidad de estudiar, no lo dejen, el estudio es lo más importante en la vida. Te abrirá caminos y te hará una buena persona al final”, manifestó.