Al ritmo de Swing
“Y, si Lima es el Perú, porque en el otro Perú (Arequipa, Puno, Cusco, etc.) no tenemos nuestra farándula, con esos personajes bufonescos y farsantes. ¿Los tenemos?”
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Federico Rosado
Docente
El reciente caso de Richard Swing permite hacer una conexión con una frase dicha por Valdelomar: “Lima es el Perú”.
Ciertamente que Lima no es Chibolín, la Bozzo, el Hermanón, la Magaly; pero suenan más que cualquier político y muchísimo más que cualquier intelectual. Ser de la farándula capitalina implica el descenso humano de la dignidad para pasar a la exposición mediática y eso da dinero, fama, admiradores.
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Y, si Lima es el Perú, porque en el otro Perú (Arequipa, Puno, Cusco, etc.) no tenemos nuestra farándula, con esos personajes bufonescos y farsantes. ¿Los tenemos? Dejaré esa misión a los informados lectores.
En lo que sí debo insistir es en cómo así tenemos a estos personajes mencionados y cómo estos construyen sus discursos y argumentos.
“El mediocre, que sabe que no conoce, cree que sabe más que todos. Su propia mediocridad hace que no reconozca que no sabe y que otros saben más que él”, esto señala “La paradoja o síndrome del mediocre”, descubierto por Dunning y Kruger.
Usted, enterado lector, ya debe estar pensando cuál de sus amigos o vecinos padece este síndrome.
Tal vez sea verdad que no haya “chibolines” en lo que alguien llamó “el resto del Perú. Es muy probable que por estos lares no veamos a “bozzos” o “magalys”…. ¿Hay? ¿Y tenemos a “swignes”?
Bueno, no seremos aún, pero poco a poco nos vamos pareciendo a Lima.
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