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Sociedad

Sinceramiento de cifras de la COVID-19 nos acerca a la realidad y mide el peligro

Aclaración. El último fin de semana, el Sistema Informático Nacional de Defunciones publicó las cifras de fallecidos durante el mes de abril, lo que provocó diversas interpretaciones. En la mayoría de casos, apocalípticas. La doctora Patricia García y el economista Marco Carrasco explican por qué estos últimos datos deben ser tomados con cautela.

fallecidos
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Por: Alexandra Ampuero

El escenario que dejó el coronavirus la semana pasada, para algunos, es desolador: cifras no registradas y estadísticas poco claras, sumadas a la incertidumbre de si la cuarentena fue o no efectiva.

Por un lado, el subregistro de muertes por COVID-19 reveló la tendencia mundial: mueren más personas de las que muestran las cifras oficiales. El Financial Times señaló que “algunas de estas muertes pueden ser el resultado de causas distintas” al coronavirus.

Lo que revelaría, por ejemplo, que hay menos capacidad de atención a enfermedades preexistentes. En esta línea, el diario británico señala que algunas muertes se dan porque las personas evitan los hospitales por otras dolencias. Un vocero del Ministerio de Salud (Minsa) estima que si bien se reducen las muertes por accidentes, aumentan las que son por causas naturales.

También se habla de los “efectos secundarios” de la pandemia. Para la doctora Patricia Garcia, exministra de Salud, la situación no sería muy diferente así tuviésemos el mejor sistema de salud del mundo. “Esto te lo demuestra Estados Unidos: su sistema de salud es lo máximo pero la mortalidad es altísima”, comenta. Aunque el subregistro parece alarmante, para la exministra “se están sincerando los datos”.

El economista Marco Carrasco ensaya, junto a otros expertos de salud y la economía, una explicación sobre la cifra real de muertos en Lima.

Ellos apuntan a que podría ser cuatro veces mayor a la cifra oficial, ofrecida por el gobierno. Esta publicación surge a raíz de que el Sistema Informático Nacional de Defunciones (Sinadef) publicó, el fin de semana, los datos sobre los fallecimientos en el Perú, desde el 2017 hasta el pasado abril.

Opuesto a la opinión pública, que pareció entrar en pánico luego de conocer este “subregistro”, Carrasco declara que este sinceramiento “nos sirve para acercarnos a la realidad y medir el peligro”.

El economista comenta a este diario que si bien los fallecidos anómalos no tienen explicación con la tendencia ni con el registro del COVID-19, esas cantidades sí estarían relacionadas con el contexto que genera la pandemia, “porque empuja y complica las enfermedades preexistentes”.

Ahora, que la cifra real de fallecidos sea mucho más elevada que la cifra oficial, “no significa que haya ocultamiento de información por parte del gobierno”, subraya Carrasco en el artículo publicado por el Instituto de Estudios Políticos Andinos.

La dificultad que tiene el Perú para registrar a sus muertos pasa por la informalidad y por el acceso a internet en zonas rurales.

Inicialmente es el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec) la entidad encargada de recoger las actas de defunción de los peruanos e ingresarlas a una base de datos. Este paso es un requisito para proceder con el entierro o cremación del fallecido, por lo que a través de esta entidad se podría calcular el número real y actualizado de muertes en el país.

Sin embargo, la atención se detuvo las últimas siete semanas. Por ende, declara un vocero oficial a La República, “no tenemos un registro actualizado de muertes”. Este procedimiento se puede hacer en mesa de partes de la entidad presencialmente o en línea.

En este punto se encuentra un vacío, tanto para Reniec como para Sinadef. Ambos cuentan con el registro en línea de parte de los médicos tratantes. Pero, según el vocero de Reniec, hay un 30% del sistema de salud que no tiene acceso al registro en esa modalidad.

Esto explicaría por qué, en las condiciones actuales, es imposible para Reniec dar con las cifras reales de difuntos en época de coronavirus.

Inclusive en circunstancias normales ya es difícil para el Estado peruano mantener actualizados estos datos.

“Los estudios de mortalidad se hacen respecto a años pasados. En la web del Minsa vas a encontrar las defunciones actualizadas pero solo la data hasta el 2018 está completa”, aclara el vocero del Ministerio de Salud.

Sabiendo que el registro que hoy conocemos, gracias al Sinadef, se limita a los certificados de defunción ingresados de manera virtual en el sistema del Minsa, es que el economista Marco Carrasco y sus compañeros estiman que la cifra real excedería cuatro veces la cifra oficial.

“Sabemos que la contabilidad es complicada para el sector público”, dice Carrasco. Y, añade, “más aún en un país con tantas limitaciones”.

Para la exministra García, sin cuarentena hubiésemos estado peor. “La cuarentena sí ha funcionado, si no se hubiese aplicado, a estas alturas tendríamos cientos de miles de muertos”, comenta, al comparar las cifras peruanas con las de otros países.

“Los datos que estamos viendo son nada, respecto a lo que pudo haber sido de no ser por las restricciones. Si bien es momento en que tenemos que levantar la cuarentena formal por la economía del país, tenemos que cambiar el chip”, afirma García.

Añade que “muchas opiniones son contraproducentes porque están condicionando comportamientos como los de ahora”, refiriéndose a la salida masiva vista los últimos días, sobre todo en Lima.

“Lo que estamos viendo lo pagaremos las siguientes cuatro semanas”, sentencia.

Médicos y economistas explican el subregistro

En el portal web del Instituto de Estudios Políticos Andinos, los economistas Marco Carrasco y Gerardo Gómez, junto a los doctores Carlos Carrasco y Walter Villacrés (Ecuador), comentan que las cifras hoy conocidas sobre el impacto del coronavirus no son irrefutables por lo difícil que le es al Perú recogerlas en tiempo real.

Añaden que si el gobierno brinda cifras sobre la “cantidad de fallecidos presuntamente por COVID-19”, la ciudadanía podría darse una mejor idea de la magnitud e impacto real de esta enfermedad.

“Esto puede ayudar a que la población permanezca más alerta y sea más cauta en sus medidas de cuarentena y protección al circular”, señalan en el texto.

registro muertes

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