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Sociedad

Un centenar de municipios incumple con distribuir canastas de alimentos

Preocupante balance. El gobierno transfirió 230 millones de soles para que las autoridades ediles compren comestibles de primera necesidad y los entreguen a las familias más vulnerables afectadas por la cuarentena, pero lamentablemente no lo hacen.

Municipalidades provinciales y distritales que ya recibieron el dinero para adquirir los alimentos que deben repartir a las familias más vulnerables y no lo hacen. No entienden lo que es una emergencia. Autoridades que han comprado los productos, los tienen almacenados y no los reparten. Gobiernos locales que ni siquiera cuentan con un padrón de los beneficiarios. Entrega de canastas con alimentos de dudosa procedencia. Robo en el peso del arroz o de las menestras. Funcionarios municipales que ocultan bolsas o canastas que deberían suministrar a los más afectados por la cuarentena... Desgraciadamente, un sector de las autoridades ediles no responde a la altura de las circunstancias.

De acuerdo con la base de datos de la Contraloría General de la República, al día de hoy se ha registrado más de un centenar de intervenciones a municipios provinciales y distritales que incumplen el mandato del Gobierno del 27 de marzo, de asistir con alimentos a las poblaciones más dañadas por la inmovilización social.

El incumpliendo de la repartición de comestibles de primera necesidad compromete casi 20 millones de soles del presupuesto que ha habilitado el gobierno expresamente para atender a las familias que se han quedado literalmente sin comer. Pero parece que algunas autoridades ediles viven otra realidad.

En las municipalidades provinciales de Chiclayo, Lambayeque, y Santa, Áncash, a las que el Ejecutivo ha transferido 1 millón 461 mil 402 soles y 1 millón 371 mil 534 soles, respectivamente, los servidores de la Contraloría detectaron serias irregularidades. En ambos casos, las autoridades ediles no han cumplido con completar la adquisición de los alimentos.

Aquí no hablamos de un problema de recursos sino de ineficacia para disponer de los recursos. No se entiende que el país vive una situación excepcional y que la prioridad son las personas vulnerables.

Gasto cero

Lamentablemente, lo que sucede con Chiclayo y Santa es la irregularidad más frecuente en los municipios. Los funcionarios tardan demasiado en comprar los alimentos.

Nótese, por ejemplo, que la Contraloría ha detectado a numerosos distritos de Ica que ya cuentan con el dinero para efectuar las adquisiciones de comestibles, y no lo han hecho.

Lo mismo se reitera en varios concejos distritales de Lambayeque. ¿Qué debe ocurrir para que entiendan que se vive una situación de emergencia y que es urgente distribuir alimentos a las familias más afectadas para la cuarentena?

Otra constante detectada en la ejecución de la asistencia alimentaria de emergencia es que no cuentan con el padrón de beneficiarios. Este es uno de los requerimientos fundamentales para que las canastas o bolsas lleguen a los que realmente requieren de los comestibles de primera necesidad.

Es responsabilidad de los gobiernos locales identificar a las familias que demandan la atención de alimentos. Pero no lo hacen y reparten los alimentos inadecuadamente, como ha ocurrido con los municipios provinciales de Chepén (La Libertad), Anta (Cusco) y Tacna.

Guerra avisada

Mediante decreto de urgencia, el Ejecutivo dispuso de 230 millones de soles para la compra de alimentos. Expertos en políticas públicas observaron que era necesario precisar los alcances de la responsabilidad de los gobiernos locales en la ejecución de dicho presupuesto.

Incluso la Contraloría General de la República advirtió que la ausencia de precisiones sobre cómo gastar dicho dinero y rendir cuentas del mismo podría afectar el cumplimiento del objetivo gubernamental de atender a las poblaciones más vulnerables.

Por esta razón, como informó recientemente La República, del total de los 230 millones de soles, con las justas los municipios de todo el país han gastado el 40%.

Lo que se temía ha comenzado a suceder.

Los auditores de la Contraloría han detectado que proveedores contratados por los municipios entregan los productos con un peso por debajo por el que se les pagó. Y que las autoridades ediles en lugar de observar dicha práctica en agravio de los más necesitados, se limitan a distribuir las bolsas o canastas.

Pobladores de distintas zonas del país que no tienen acceso a los alimentos, y que conocen del presupuesto asignado por el Ejecutivo para dicho fin, han comenzado a protestar porque no han recibido nada. En ocasiones culpan al gobierno, pero lo cierto es que las autoridades municipales son las responsables de que las canastas o bolsas de productos de primera necesidad no lleguen a sus hogares.

No muy lejos, el municipio de Carmen de la Legua, en el Callao, que ha recibido una transferencia de 426 mil 686 soles; y Cieneguilla, que recibió 260 mil 454 soles; no han comprado los alimentos.

La Municipalidad Provincial de Maynas (Loreto) obtuvo 537 mil 622 soles y Andahuaylas (Apurímac) 400 mil soles. Hasta el momento no adquieren los alimentos. En el caso de Huancayo (Junín), que recibió una transferencia de 347 mil 541 soles, hizo la adquisición a un proveedor inadecuado. Es decir, que no cumplía con las normas.

Distritos con importantes asignaciones como San Juan Bautista (Loreto), que recibió 835 mil 065 soles; Nuevo Chimbote (Áncash), con 404 mil 869 soles; Ferreñafe (Lambayeque), con 309 mil soles; y Paracas (Ica), con 225 mil 072 soles, tienen pendiente la adquisición de los alimentos o la repartición de los mismos.

Distritos de Lambayeque, con importantes asignaciones como José Leonardo Ortíz (735 mi l095 soles), Olmos (277 mil 764 soles), Pimentel (220 mil soles) y Monsefú (219 mil 232 soles), están en la lista de municipios pendientes de ejecutar los presupuestos. Y llama especialmente la atención que las autoridades ediles de esta región no avanzan con la repartición de los alimentos, a pesar de que Lambayeque es una de las regiones con un alto índice de enfermos por el nuevo coronavirus.

Incluso en departamentos donde existen altos niveles de pobreza, como Apurímac y Ayacucho, los municipios son demasiado lentos para cumplir con las compras de comestibles.

Sin embargo, lo más lamentable es que, como puede apreciarse en el recuadro, también han aparecido episodios de presuntos actos de corrupción. Personas inescrupulosas que se aprovechan del hambre de los más necesitados.

Datos

Mala nota. El departamento de Ica cuenta con hasta 32 distritos que han recibido el presupuesto y no han comprado los alimentos de primera necesidad.

También la lista. Hasta diecisiete distritos de Lambayeque fueron identificados con el mismo problema de ineficiencia en la ejecución del presupuesto.

El efecto. Es muy probable que el número de municipios ineficientes se duplique. La fiscalización recién empieza.

Actos de corrupción fueron detectados en la distribución

El presupuesto para la compra de comestibles se lanzó sin adjuntarse un reglamento que debían cumplir los municipios con el propósito de que adquirieran adecuadamente los productos, definieran los padrones de beneficiarios y se fiscalizara la ejecución de los fondos.

Las intervenciones de la Contraloría demuestran que en varios casos los concejos municipales han repartido las canastas o bolsas de productos de primera necesidad sin verificar que los recibieran las familias que realmente lo necesitaban, lo que ha generado conflictos en Lima y en provincias.

Como consecuencia de esta falta de transparencia, la Contraloría ha identificado que algunas autoridades ediles compraron productos que no responden a las exigencias técnicas o a un menor precio y de muy mala calidad. En otros casos, se han apropiado de los alimentos.

Como puede observarse en el cuadro adjunto, elaborado sobre el registro de incidentes de la Contraloría, el gran problema es la ausencia de transparencia de compra de los productos. Incluso se ha reportado que se han distribuido bolsas de alimentos con el peso menor de lo que se había ofrecido.

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