Metropolitano inaugurará 14 nuevas estaciones
Sociedad

El lugar de los memes

“Necesitamos esa capacidad de jugar para enfrentar esta situación. Pero de ningún modo debe hacernos perder el sentido de responsabilidad”. -

El lugar de los memes
El lugar de los memes

En estos tiempos sombríos y angustiosos, no solo proliferan las noticias sobre el COVID-19 (genuinas y falsas), sino que se ha producido una -iba a escribir “epidemia”- oleada incontenible de memes. Los cuales son distribuidos por las redes sociales a un ritmo vertiginoso. Algunos se convierten en virales -el lenguaje no nos deja escapar-, otros son muy buenos y abundan los ramplones. Richard Dawkins, el autor de El gen egoísta, nombra como «meme» a la unidad mínima de información que se puede transmitir. Según el autor, “los memes con forman l a base mental de nuestra cultura, como los genes conforman la primera base de nuestra vida. Años después describió a los memes de Internet como un «secuestro de la idea original», implicando que incluso el concepto de meme ha mutado y evolucionado por sí mismo” (Wikipedia).

¿A qué se debe este fenómeno en la actualidad?

La pandemia los ha multiplicado exponencialmente: a más miedo, más memes. Acabo de recibir un video en el que un perro ovejero con anteojos, delante de la pantalla de una computadora, vigila con atención su rebaño. Queda claro que funcionan como un mecanismo de defensa y también como un síntoma. Chateando con colegas de otros países -compartimos un grupo de trabajo para organizar el próximo congreso de la Asociación Psicoanalítica Internacional, Vancouver 2021, cuyo tema es Lo Infantil-, coincidíamos en que en esta era de sufrimiento, traumática, se requieren aspectos infantiles sanos para protegernos de la saturación de temores irracionales.

Es necesario diferenciar la risa catártica, liberadora, de las respuestas maníacas que niegan la realidad. Lo hemos visto en Presidentes del continente.

De modo que necesitamos esa capacidad de jugar, soñar, reír, crear, propia de lo infantil, para enfrentar esta situación aterradora. Pero esto de ningún modo debe hacernos perder el sentido de la responsabilidad y la urgencia de guardar la distancia social, lavarse las manos y acatar la cuarentena. En esto tenemos que ser adultos responsables. Lo ocurrido el último sábado, en donde los mercados y supermercados fueron escenarios de aglomeraciones incontrolables no es adulto ni infantil: es tanático.

Algo salió espantosamente mal en la división entre mujeres y hombres para las salidas. Podemos hacer memes al respecto, pero es indispensable entender qué pasó y que no se repita.

Los artículos firmados por La República son redactados por nuestro equipo de periodistas. Estas publicaciones son revisadas por nuestros editores para asegurar que cada contenido cumpla con nuestra línea editorial y sea relevante para nuestras audiencias.